La fitorremediación como una alternativa para limpiar suelos y aguas contaminadas

Investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte trabajan para demostrar que los árboles pueden usarse para degradar o capturar combustibles que contaminan el suelo y las napas de agua.

Investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte trabajan para demostrar que los árboles pueden usarse para degradar o capturar combustibles que contaminan el suelo y las napas de agua.

A través del proceso llamado fitorremediación, las plantas y árboles remueven contaminantes del ambiente o los transforman en compuestos menos tóxicos. La Dra. Elizabeth Nichols y su equipo emplean este proceso para limpiar un sitio contaminado en Elizabeth City, N.C.

L
a fitorremediación usa a las plantas para absorber metales pesados del suelo a través de sus raíces. El proceso es una alternativa atractiva con respecto a los métodos de limpieza comunes, que son muy caros y consumen mucha energía.

En el sito mencionado se plantaron diferentes árboles de crecimiento rápido, como álamos y sauces, para evitar que los residuos de combustibles se incorporen al Río Pasquotank. Se plantaron unos 3.000 árboles en la zona de la base Coast Guard, donde se arrojaron restos de combustible al suelo y a las napas desde 1942 a 1991. “Sabíamos que el crecimiento de los árboles iba a ser difícil por la cantidad de combustible en el agua y el suelo, pero confiábamos que los árboles iban a poder evitar que la contaminación llegue al río”, explicó Nichols. “Los árboles necesitan agua para la fotosíntesis y la absorben del suelo, ese proceso puede disminuir la cantidad de agua que llega al río”.

Los árboles además pueden aumentar la abundancia y diversidad de microorganismos del suelo en la zona de las raíces. Algunos de estos microbios degradarán el  combustible que aún permanece en el suelo. “Puede ser un proceso lento, pero queremos mostrar que con el tiempo los árboles removerán todo el combustible. Nuestros primeros resultados son muy alentadores, la cantidad de combustible en el suelo ha disminuido mucho más rápido que lo anticipado. Pero aún hay mucho que aprender”, agregó Nichols.