Fábricas microscópicas de bioplásticos

La crisis energética plantea la necesidad de reemplazar al petróleo con tecnologías y materiales más amigables. En la 109º Reunión General de la Sociedad Americana  de Microbiología, un grupo de científicos presentó su trabajo sobre la obtención de plásticos a partir de microorganismos.

La crisis energética plantea la necesidad de reemplazar al petróleo con tecnologías y materiales más amigables. En la 109º Reunión General de la Sociedad Americana  de Microbiología, un grupo de científicos presentó su trabajo sobre la obtención de plásticos a partir de microorganismos.

"Los residuos orgánicos industriales, agrícolas y municipales constituyen una fuente importante para hacer bioplásticos, aunque siempre son descartados o usados para hacer biogás. Desde el punto de vista de la sustentabilidad es deseable transformar estos deshechos en productos químicos", señaló Mark van Loosdrecht de la Universidad de Tecnología de Delft, Holanda, y quien ha estado trabajando en el uso de bacterias para transformar deshechos en los plásticos llamados polihidroxialkanoatos (PHAs).

Los PHAs son poliésteres lineales producidos por fermentación bacteriana de azúcares o lípidos (grasas). Son producidos por las bacterias como una forma de almacenar carbono y energía. Es posible combinar más de 150 monómeros de esta familia de plásticos para generar materiales con propiedades bien diferentes. Sin embargo, el alto costo de la producción de PHA comparado con el de los plásticos convencionales ha limitado su uso.

El grupo de van Loosdrecht está tratando de usar cultivos abiertos de microorganismos para convertir los deshechos orgánicos en PHAs. Este nuevo proceso puede producir mucho más PHA, y más rápido, que los procesos que se usan actualmente.

Por su parte Kevin O'Connor, de la Universidad de Dublin, Irlanda, también desarrolló un método de producción de PHAs a partir de desechos, pero en este caso, de plásticos tradicionales. Usando el método llamado pirólisis, los plásticos descartados se calientan en ausencia de aire, haciendo que se rompan las uniones químicas. Lo que queda es un aceite que se usa para alimentar a las bacterias del suelo para producir PHA. El proceso fue desarrollado inicialmente a partir de poliestireno, pero O'Connor dice que también funciona con otros plásticos, como el polietileno tereftalato (PET), usado para las botellas de agua.