Crean tomate transgénico que disminuye la hipertensión

La investigación de científicos mexicanos es la primera que modifica el fruto para controlar la enfermedad, que afecta a 30 por ciento de la población global. La investigación de científicos mexicanos es la primera que modifica el fruto para controlar la enfermedad, que afecta a 30 por ciento de la población global.

Un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias Químico-Biológicas de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) incorporó en la planta de tomate y mediante ingeniería genética, un gen de una proteína propia del amaranto que reduce la hipertensión. La proteína en cuestión se produce en el fruto y, según un experimento en roedores, resultó tan efectiva e inocua como los fármacos que hay disponibles para tratar esa enfermedad.

El trabajo de científicos mexicanos se destaca a escala internacional por ser el único que modifica la genética del tomate para prevenir y enfrentar la hipertensión, enfermedad que afecta a 30 por ciento de la población del planeta. Como el proceso para purificar y producir la proteína sola para consumo puede ser caro, los investigadores pensaron en un modelo que pudiera incorporarla al tomate, por tratarse de un alimento popular y que se encuentra presente en una gran variedad de dietas a escala global. Los científicos identificaron la proteína amarantina que ayuda a disminuir la hipertensión, la extrajeron del amaranto, la purificaron, aislaron y secuenciaron, para poder luego expresarla en el tomate y probarla con ratas hipertensas en el laboratorio.  

Según Lourdes Janeth Germán Báez, quien encabezó al equipo científico del Laboratorio de Biotecnología e Ingeniería Genética, la amarantina actúa en los pulmones y otros órganos donde se encuentra la enzima convertidora de angiotensina (ECA). La ECA hidroliza una sustancia llamada Angiotensina I y la convierte en Angiotensina II, un péptido que eleva la presión arterial. La amarantina actúa como inhibidor de la ECA y, ante una sobreactividad de la enzima, impide su función y logra normalizarla, de manera que si un individuo que consume el fruto no es hipertenso no le hace daño.

La siguiente etapa de su proyecto será probar el efecto de este tomate en humanos para determinar las dosis adecuadas.