Informe del USDA evalúa los beneficios de los cultivos biotecnológicos en Estados Unidos

El Servicio Exterior de Agricultura del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) ha publicado el informe ‘Los cultivos modificados genéticamente en los Estados Unidos’, un estudio en el que se han evaluado los beneficios de los cultivos biotecnológicos en el país. El Servicio Exterior de Agricultura del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) ha publicado el informe ‘Los cultivos modificados genéticamente en los Estados Unidos’, un estudio en el que se han evaluado los beneficios de los cultivos biotecnológicos en el país.

El análisis resalta que la adopción de estas semillas ha permitido el ahorro de tiempo a los agricultores, la reducción del uso de insecticidas, así como el uso de herbicidas menos agresivos con el entorno. Una tecnología que sigue avanzando y que con cada nueva variedad amplía las opciones de los agricultores haciendo su actividad más competitiva.

En 2013 aproximadamente la mitad de las tierras cultivadas en los Estados Unidos fueron con semillas transgénicas. Un total de 70 millones de hectáreas se destinaron al cultivo de semillas modificadas genéticamente en el país durante 2013, la gran mayoría correspondientes a maíz, soja y algodón. El 93% de la superficie total del cultivo de soja, el 85% de la superficie total del cultivo de maíz y el 82% de la superficie total del cultivo de algodón fueron con semillas modificadas genéticamente.

Sobre la aceptación de alimentos con ingredientes modificados genéticamente, el informe concluye que ésta varía en función de las características del producto, las zonas y la información de la que dispone el consumidor. En el caso de productos mejorados nutricionalmente los consumidores no sólo están dispuestos a consumirlos sino también a pagar más por ellos.

El estudio analiza los beneficios para las empresas biotecnológicas, los agricultores y los consumidores. El apartado de los agricultores es el más extenso analizando la productividad, el uso de insecticidas y herbicidas, e incluso el precio de los alimentos.