La pulpa de la remolacha azucarera como ingrediente de bioplásticos

Científicos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) y sus colaboradores universitarios han desarrollado un plástico biodegradable que se puede usar en los envases desechables para comidas. El plástico, llamado termoplástico, se ablanda al calentarse. Científicos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) y sus colaboradores universitarios han desarrollado un plástico biodegradable que se puede usar en los envases desechables para comidas. El plástico, llamado termoplástico, se ablanda al calentarse.

Para hacer el termoplástico, los científicos mezclaron la pulpa de la remolacha azucarera, la cual es el residuo que queda después de la extracción del azúcar, con un polímero biodegradable. El resultado es un compuesto termoplástico que retiene las propiedades mecánicas semejantes a las del poliestireno y polipropileno, que se usan para hacer los envases blancos y esponjosos para comidas.

El procesamiento de la remolacha azucarera produce toneladas de pulpa cada año. Descubrir usos rentables para esta pulpa es crítico para la viabilidad económica a largo plazo del sector de la remolacha azucarera en EE.UU. Ahora, el químico LinShu Liu y el fisiólogo de plantas Arland Hotchkiss, quienes trabajan en el Centro de Investigación de la Región Oriental mantenido por el ARS en Wyndmoor, Pensilvania, y sus colegas, han descubierto una variedad de nuevos usos para la pulpa. ARS es la agencia principal de investigaciones científicas del Departamento de Agricultura de EE.UU.

En colaboración con el profesor Jinwen Zhang de la Universidad Estatal de Washington en Pullman, Washington, Liu y sus colegas desarrollaron el termoplástico a base de la pulpa de remolacha azucarera y un polímero biodegradable llamado ácido poliláctico (PLA por sus siglas en inglés), utilizando un extrusor de dos tornillos.

El PLA es un polímero disponible comercialmente y derivado de los azúcares del maíz, la remolacha azucarera, el pasto Panicum virgatum y otras plantas. La extrusión es un proceso económico de fabricación que se usa ampliamente en la producción a gran escala de alimentos, plásticos y materiales compuestos.

Los investigadores demostraron que se puede producir un termoplástico biodegradable mezclando hasta el 50 por ciento de la pulpa de la remolacha azucarera y el PLA. Estos termoplásticos son semejantes a los compuestos a base de los productos petroquímicos usados en la actualidad para hacer los envases descartables para comidas. El nuevo termoplástico puede competir en términos de costos con los plásticos a base de los derivados del petróleo, según los científicos.

Los resultados de esta investigación han sido publicados en la revista Industrial and Engineering Chemistry Research.