Microbios extremos en volcanes de Sudamérica

Un equipo de la Universidad de Colorado Boulder encontró microorganismos capaces de vivir en suelos inhóspitos. Usando un nuevo método para analizar ADN, encontraron en suelos de regiones volcánicas de Sudamérica algunas bacterias, arqueas y hongos rudimentarios pero con algunas características fuera de lo común. Un equipo de la Universidad de Colorado Boulder encontró microorganismos capaces de vivir en suelos inhóspitos. Usando un nuevo método para analizar ADN, encontraron en suelos de regiones volcánicas de Sudamérica algunas bacterias, arqueas y hongos rudimentarios pero con algunas características fuera de lo común.

Según Ryan Lynch, del equipo de investigación, "estos microorganismos son muy diferentes a los que se cultivan en el laboratorio. Genéticamente, son diferentes en al menos un 5% a las secuencias depositadas en las bases de datos, que hoy contienen unas 2,5 millones de secuencias."

El equipo del profesor Steve Schmidt colectó las muestras en la región de Atacama, donde el suelo es tan pobre en nutrientes que los niveles de nitrógeno están por debajo de los límites de detección. La radiación ultravioleta en ese desierto de altura puede ser hasta el doble que la que llega a un desierto menos elevado, y la amplitud térmica es tan grande que a la noche puede caer a -10ºC y subir durante el día a 55ºC.

Cómo hacen los microorganismos para sobrevivir en tales condiciones es aún un misterio. Los primeros estudios indican que no son fotosintéticos y que generarían energía por reacciones químicas a partir de gases, como el monóxido de carbono y el dimetilsulfuro.

Mientras que los suelos comunes suelen tener miles de especies de microbios por gramo, e incluso los de jardín muchas más, se han encontrado poquísimas especies en la región volcánica de Atacama. "Para un microbiólogo de suelos, encontrar menos de 20 especies es algo muy sorprendente”, agregó Schmidt.

Según el científico, lo particular de esta zona volcánica, que se encuentra a más de 6.000 metros de altura y libre de hielos desde hace más de 48.000 años, es que los ecosistemas no han evolucionado a comunidades con mayor diversidad. "Pensamos que esto se debe a la falta de agua. Sin agua no hay desarrollo de comunidades complejas”, explicó.

Además, sugiere Schmidt, el crecimiento en esta zona debe ser intermitente, ya que el suelo tiene agua en un período muy corto de tiempo, luego de la escasa nieve que cae. Probablemente haya microbios que se desarrollan cuando nieva, luego quedan en un estado de dormición, quizás por años.

El próximo paso es trabajar en el laboratorio con una incubadora que imite las condiciones extremas que se registran en la zona de Atacama, y así estudiar cómo los microorganismos pueden vivir en ese ambiente. Schmidt y su grupo piensan que esto los puede llevar a descubrir nuevas formas de metabolismo presentes en los microorganismos y tal vez dar alguna clave de cómo se generó la vida en la Tierra o si podría haber vida en Marte.

El trabajo fue publicado en la revista Journal of Geophysical Research-Biogeosciences.