EE.UU.: Los cultivos genéticamente modificados tienen el potencial de reducir los daños ecológicos
Según un informe reciente del Consejo Nacional de Investigación (NRC) publicado por las Academias Nacionales de los EE.UU, los cultivos GM genéticamente modificados benefician tanto a los agricultores como al medio ambiente.
En los EE.UU., los cultivos genéticamente modificados (GM) ocupan aproximadamente la mitad de la superficie cultivada, y para soja, maíz y algodón, la proporción de variedades transgénicas es del 80%. En 2008, el NRC le encargó a una organización independiente formada por científicos, economistas y sociólogos, un estudio para investigar las consecuencias del cultivo de plantas modificadas genéticamente desde 1996. Este estudio representa la primera evaluación completa de los efectos económicos, ecológicos y sociológicos de la producción agrícola de cultivos GM.
Al adoptar variedades GM, la mayoría de agricultores han logrado mayores rendimientos en las cosechas o reducción de los costos en los insecticidas. Al mismo tiempo, según dice el informe, el cultivo de transgénicos reduce la contaminación del medio ambiente, en comparación con sus pares convencionales. Efectivamente, el cultivo a gran escala del maíz y algodón Bt, resistente a ciertas plagas, requiere de menos aplicaciones de insecticidas para controlarlas. En cuanto a los cultivos tolerantes a herbicidas, su empleo ha facilitado la implementación de métodos de laboreo conservacionistas (siembra directa), permitiendo controlar fácilmente las malezas y al mismo tiempo mejorar la calidad y la retención de agua en el suelo y reducir la erosión.
Para continuar percibiendo estos beneficios ambientales, los autores recomiendan que los agricultores cumplan con las buenas prácticas agrícolas, empleando, por ejemplo, las cantidades necesarias de herbicidas. Esto evitará o retrasará la aparición de malezas resistentes a los mismos.