Cerdos genéticamente modificados, más ecológicos

Canadá autorizó la producción limitada de cerdos genéticamente modificados que generan heces con menores niveles de fósforo.

Canadá autorizó la producción limitada de cerdos genéticamente modificados que generan heces con menores niveles de fósforo.

 

Se trata del cerdo Enviropig, que fue genéticamente modificado para contener niveles menores (hasta un 65% menos) de fósforo en las heces y orina. Esto es una buena noticia para los lagos, ríos y deltas, donde el fósforo excretado por los animales puede producir las floraciones de algas, que agotan rápidamente el oxígeno creando vastas zonas sin peces ni otros organismos acuáticos.

Todos los seres vivos necesitan fósforo, como elemento fundamental en muchas funciones de los órganos y las células. Los cerdos domésticos obtienen su dosis diaria de fósforo del maíz u otros cereales, pero con mucho esfuerzo, ya que estos alimentos contienen fósforo en una forma que no es digerible por los cerdos (los fitatos). Por eso es necesario agregarle la enzima fitasa al alimento, para que los animales puedan descomponer y aprovechar el fósforo presente en los fitatos. Pero la fitasa ingerida con el alimento no es tan eficaz, y como consecuencia una gran cantidad de fósforo termina en los excrementos, alcanzando el agua.

Para solucionar este problema, los científicos modificaron genéticamente a los cerdos para que fabriquen fitasa en sus glándulas salivales. Así, cuando comen los cereales, la fitasa se mezcla con la saliva y a lo largo del tracto digestivo va descomponiendo los fitatos, liberando el fósforo. Este fósforo es absorbido en el tracto digestivo y por lo tanto llega en mucha menor cantidad a las heces.

Para los investigadores no se trata sólo de un beneficio ambiental, sino que el Enviropig también reduce los costos de producción (al no tener que agregar fitasa al alimento).

Los cerdos transgénicos se criarán por ahora de forma controlada y sólo en determinadas instalaciones en Canadá. Según los expertos, por ahora están lejos del consumidor, ya que aún faltan muchos estudios para evaluar su seguridad como alimento.

Cabe destacar que por ahora no hay ningún animal genéticamente modificado aprobado para consumo humano en el mundo, pero en 2008 la FDA anunció la autorización comercial del primer producto farmacéutico para la salud humana producido en animales transgénicos: la proteína anticoagulante ATryn, producida en cabras.