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Con la introducción de un único gen de bacterias en las levaduras, científicos de la Universidad de Tecnología de Delft, Holanda, alcanzaron tres logros para la producción de bioetanol a partir de deshechos agrícolas: más etanol, menos acetato y la eliminación del principal producto secundario, el glicerol.

Con la introducción de un único gen de bacterias en las levaduras, científicos de la Universidad de Tecnología de Delft, Holanda, alcanzaron tres logros para la producción de bioetanol a partir de deshechos agrícolas: más etanol, menos acetato y la eliminación del principal producto secundario, el glicerol.

El bioetanol se obtiene de la fermentación de los azúcares contenidos en las plantas por la levadura Saccharomyces cerevisiae, pero debido a la creciente demanda de etanol como biocombustible, se están investigando el uso de fuentes que no compitan con los alimentos, como los deshechos de los cultivos agrícolas. Sin embargo, cuando se produce alcohol a partir de estos materiales, se forma también una cantidad importante de acetato, que limita la producción de etanol por parte de las levaduras.

Otro problema que aparece en el proceso de producción de bioetanol es que un 4% del azúcar se pierde como glicerol, un producto secundario. La formación de glicerol se considera una consecuencia inevitable del proceso de fermentación.

Los investigadores de la Universidad de Tecnología de Delft han solucionado todos estos problemas, y en un solo paso. Introduciendo un gen de la bacteria Escherichia coli, lograron que las levaduras conviertan el acetato en etanol y dejen de producir glicerol.

Jack Pronk, director del laboratorio resume con entusiasmo:”con una única modificación matamos tres pájaros de un tiro: no se forma glicerol, se consume el acetato y se produce más etanol”.

Los investigadores, que solicitaron una patente para proteger la innovación, esperan establecer próximamente colaboraciones para acelerar la implementación industrial de esta cepa de levaduras.