México: transgénicos enmohecen por desidia oficial
Investigaciones sobre maíz resistente a la sequía están arrumbadas por el desinterés del gobierno, afirma el experto Luis Herrera Estrella.
Investigaciones sobre maíz resistente a la sequía están arrumbadas por el desinterés del gobierno, afirma el experto Luis Herrera Estrella.
Investigaciones de científicos mexicanos sobre variedades de maíz tolerante a la sequía y con mayor eficiencia a los fertilizantes se encuentran archivadas en un cajón debido a la falta de definición del gobierno federal sobre los organismos genéticamente modificados, advirtió Luis Herrera Estrella, conocido en el mundo como El Padre de los Transgénicos.
“Hay muchas investigaciones que hemos tenido que guardar en el escritorio porque no hay luz verde en México; estamos utilizando el genoma del maíz para estudiar los mecanismos de tolerancia a la sequía, ya tenemos varios genes identificados pero no podemos avanzar”, lamentó.
El también director del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio) alertó que una nueva moratoria para la siembra experimental de maíz genéticamente modificado condenaría a nuestro país a un retroceso de más de 20 años.
Explicó que cerrar las puertas a los transgénicos tendría un impacto negativo en el desarrollo económico de la agricultura y en la investigación a escala nacional porque “no tendría caso trabajar en la creación de nuevas tecnologías si finalmente no vamos a poder sacar ningún producto”.
Detalló que frenar los ensayos significaría un duro golpe para aproximadamente 150 científicos mexicanos que trabajan en el Instituto de Biotecnología de la UNAM; la Universidad Autónoma de Morelos; el Centro de Investigaciones Científicas de Yucatán y el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN (Cinvestav) Campus Irapuato, al que pertenece el Langebio.
“Por un lado el gobierno y la sociedad nos exigen que la ciencia impacte el desarrollo económico y social del país, y al mismo tiempo, nos están poniendo trabas para lograrlo”, indicó.
El doctor en Ciencias señaló que sería paradójico que al final los descubrimientos de nuestros científicos fueran explotados por empresas como Monsanto, Pioneer o Bayer, todo porque en México no podemos llevarlo al campo de la experimentación.
En entrevista con Excélsior, Luis Herrera Estrella, recientemente galardonado con el premio Thompson Reuters, por ser uno de los 20 científicos mexicanos más citados en el mundo, consideró apropiado que las secretarías de Agricultura y Medio Ambiente aprueben al menos diez de las 31 solicitudes de permisos para la siembra experimental de maíz transgénico.
“Para que tenga una validez científica se necesitarían, por lo menos, unos diez experimentos, porque hay que probar la efectividad de estas variedades en diferentes localidades”, precisó.
Dijo que no existe ningún riesgo para las 59 razas nativas de maíz que existen en México, ya que los ensayos se realizarían dentro de las instalaciones del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
Precisó que se establecerían medidas de bioseguridad para evitar cualquier mezcla de genes, como es la colocación de una cerca de maíz convencional alrededor de los transgénicos; el desfase de una siembra con la otra para evitar el cruce de polen y la separación de un cultivo a otro, de alrededor de uno a dos kilómetros.
“Se puede decir que hay cuatro, cinco o seis centros de diversidad genética del maíz, las que quieran los opositores, pero hay zonas en el país donde definitivamente el riesgo de mezcla es relativamente pequeño y si a esto le sumamos las medidas de bioseguridad la probabilidad es prácticamente nula de que las dos variedades se puedan cruzar”, manifestó.
Investigaciones de científicos mexicanos sobre variedades de maíz tolerante a la sequía y con mayor eficiencia a los fertilizantes se encuentran archivadas en un cajón debido a la falta de definición del gobierno federal sobre los organismos genéticamente modificados, advirtió Luis Herrera Estrella, conocido en el mundo como El Padre de los Transgénicos.
“Hay muchas investigaciones que hemos tenido que guardar en el escritorio porque no hay luz verde en México; estamos utilizando el genoma del maíz para estudiar los mecanismos de tolerancia a la sequía, ya tenemos varios genes identificados pero no podemos avanzar”, lamentó.
El también director del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio) alertó que una nueva moratoria para la siembra experimental de maíz genéticamente modificado condenaría a nuestro país a un retroceso de más de 20 años.
Explicó que cerrar las puertas a los transgénicos tendría un impacto negativo en el desarrollo económico de la agricultura y en la investigación a escala nacional porque “no tendría caso trabajar en la creación de nuevas tecnologías si finalmente no vamos a poder sacar ningún producto”.
Detalló que frenar los ensayos significaría un duro golpe para aproximadamente 150 científicos mexicanos que trabajan en el Instituto de Biotecnología de la UNAM; la Universidad Autónoma de Morelos; el Centro de Investigaciones Científicas de Yucatán y el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN (Cinvestav) Campus Irapuato, al que pertenece el Langebio.
“Por un lado el gobierno y la sociedad nos exigen que la ciencia impacte el desarrollo económico y social del país, y al mismo tiempo, nos están poniendo trabas para lograrlo”, indicó.
El doctor en Ciencias señaló que sería paradójico que al final los descubrimientos de nuestros científicos fueran explotados por empresas como Monsanto, Pioneer o Bayer, todo porque en México no podemos llevarlo al campo de la experimentación.
En entrevista con Excélsior, Luis Herrera Estrella, recientemente galardonado con el premio Thompson Reuters, por ser uno de los 20 científicos mexicanos más citados en el mundo, consideró apropiado que las secretarías de Agricultura y Medio Ambiente aprueben al menos diez de las 31 solicitudes de permisos para la siembra experimental de maíz transgénico.
“Para que tenga una validez científica se necesitarían, por lo menos, unos diez experimentos, porque hay que probar la efectividad de estas variedades en diferentes localidades”, precisó.
Dijo que no existe ningún riesgo para las 59 razas nativas de maíz que existen en México, ya que los ensayos se realizarían dentro de las instalaciones del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
Precisó que se establecerían medidas de bioseguridad para evitar cualquier mezcla de genes, como es la colocación de una cerca de maíz convencional alrededor de los transgénicos; el desfase de una siembra con la otra para evitar el cruce de polen y la separación de un cultivo a otro, de alrededor de uno a dos kilómetros.
“Se puede decir que hay cuatro, cinco o seis centros de diversidad genética del maíz, las que quieran los opositores, pero hay zonas en el país donde definitivamente el riesgo de mezcla es relativamente pequeño y si a esto le sumamos las medidas de bioseguridad la probabilidad es prácticamente nula de que las dos variedades se puedan cruzar”, manifestó.