Proponen usar plantas de tabaco para hacer vacunas contra el norovirus

Las plantas de tabaco podrían usarse como biorreactores para fabricar lo que los científicos esperan sea la primera vacuna contra el norovirus, el virus que causa muchas intoxicaciones alimentarias y la gastroenteritis típica del invierno (winter vomiting disease).

Las plantas de tabaco podrían usarse como biorreactores para fabricar lo que los científicos esperan sea la primera vacuna contra el norovirus, el virus que causa muchas intoxicaciones alimentarias y la gastroenteritis típica del invierno (winter vomiting disease).

Conjugando el uso de virus, bacterias y plantas para producir eficientemente grandes cantidades de la vacuna, los investigadores de la Universidad Estatal de Arizona y de la compañía de biotecnología Vaxx dicen haber desarrollado una manera rápida, barata y confiable de controlar a patógenos como el norovirus.

Con unos 23 a 74 millones de casos anuales en Estados Unidos solamente, el norovirus es considerado la segunda causa de enfermedades infecciosas luego del virus de la gripe. Más aún, de la misma manera que el virus de la gripe, el norovirus tiene la capacidad de cambiar rápidamente y producir nuevas cepas cada uno o dos años, lo que dificulta el desarrollo de una vacuna.

La tecnología usada por Charles Arntzen y sus colegas se basa en un sistema que permite la producción en altas concentraciones de proteínas ajenas en plantas de tabaco, alcanzando hasta un gramo de la proteína de interés por kilo de biomasa.

El segundo desafío, cuenta Carole Cramer, directora ejecutiva del Instituto de Biociencias de Arkansas, es lograr un producto (la vacuna) de calidad farmacéutica. Luego habría que pensar en vacunas comestibles, para facilitar y abaratar la manera de producir y administrar la vacuna.

P
ero por ahora Arntzen cree que las plantas de tabaco son un buen sistema que combina una excelente producción de biomasa con métodos simples de extracción del producto deseado. Confía en que la vacuna pueda producirse de esta manera a bajos costos y que los ensayos clínicos puedan iniciarse en 2010.