Agricultores españoles exigen que no se frene el progreso tecnológico para poder competir en igualdad
El Grupo de agricultores españoles Probio, a través de un manifiesto salido hoy a la luz, exigen que no se pongan frenos al progreso tecnológico para poder así competir en condiciones de igualdad a nivel nacional e internacional.
El Grupo de agricultores españoles Probio, a través de un manifiesto salido hoy a la luz, exigen que no se pongan frenos al progreso tecnológico para poder así competir en condiciones de igualdad a nivel nacional e internacional.
Además, apuestan por una clara y veraz información sobre los organismos modificados genéticamente basada exclusivamente en argumentos científicos y no en intereses políticos ni económicos.
Así de contundentes se han mostrado los agricultores días antes de que la Comisión Europea someta a votación la autorización para el cultivo de dos nuevas modificaciones genéticas de maíz (cada una de las cuales podría ofrecerse al agricultor en múltiples variedades), el Bt11 y el 1507 resistentes al taladro, comercializadas por Syngenta Seeds y Pioneer Hi-Bred, respectivamente. El Comité Regulador, formado por expertos de los veintisiete países, debe pronunciarse al respecto y lograr una mayoría cualificada para que la Comisión Europea pueda adoptar la decisión.
En esta línea, el Ejecutivo comunitario ha pedido también que se retire la prohibición de cultivo de la modificación genética MON810 en Grecia, Francia y Hungría ya que, según explicó el portavoz Michel Mann, la EFSA (Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria) ha asegurado que “no existe ningún de riesgo para la salud humana ni para el medio ambiente”. Esta modificación genética es la que actualmente se cultiva en España con múltiples variedades ofrecidas por varias empresas.
La aprobación del cultivo de estas dos nuevas modificaciones genéticas, así como la supresión de las prohibiciones del cultivo en ciertos estados miembros, supondría un gran impulso hacia esta tecnología facilitando más opciones a los agricultores europeos. En 2008 los cultivos biotecnológicos en 7 países de la Unión Europea superaron las 107 mil hectáreas, lo que representa un aumento del 5% respecto al año anterior.
España se encuentra a la cabeza europea de cultivos transgénicos superando las 75 mil hectáreas durante 2007 y sobrepasando las 79 mil hectáreas en 2008. Los cultivos de maíces transgénicos representan en España el 22% de la superficie total de maíz.
En 2008 estos cultivos han supuesto un ahorro estimado en más de 47.000 millones de litros de agua en un año en el que la sequía ha azotado todo el país. Además, el incremento en la producción ha permitido que la importación de maíz disminuyera en más de 95 millones de Kg.
Pese a este importante progreso y al gran apoyo por parte de los agricultores europeos, y después de once años de cultivos continuados de organismos modificados genéticamente en España, el 23% de los europeos afirma no haber oído hablar nunca de estas variedades, mientras que el 20% no conoce lo suficiente para hablar sobre ellas.
Además, apuestan por una clara y veraz información sobre los organismos modificados genéticamente basada exclusivamente en argumentos científicos y no en intereses políticos ni económicos.
Así de contundentes se han mostrado los agricultores días antes de que la Comisión Europea someta a votación la autorización para el cultivo de dos nuevas modificaciones genéticas de maíz (cada una de las cuales podría ofrecerse al agricultor en múltiples variedades), el Bt11 y el 1507 resistentes al taladro, comercializadas por Syngenta Seeds y Pioneer Hi-Bred, respectivamente. El Comité Regulador, formado por expertos de los veintisiete países, debe pronunciarse al respecto y lograr una mayoría cualificada para que la Comisión Europea pueda adoptar la decisión.
En esta línea, el Ejecutivo comunitario ha pedido también que se retire la prohibición de cultivo de la modificación genética MON810 en Grecia, Francia y Hungría ya que, según explicó el portavoz Michel Mann, la EFSA (Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria) ha asegurado que “no existe ningún de riesgo para la salud humana ni para el medio ambiente”. Esta modificación genética es la que actualmente se cultiva en España con múltiples variedades ofrecidas por varias empresas.
La aprobación del cultivo de estas dos nuevas modificaciones genéticas, así como la supresión de las prohibiciones del cultivo en ciertos estados miembros, supondría un gran impulso hacia esta tecnología facilitando más opciones a los agricultores europeos. En 2008 los cultivos biotecnológicos en 7 países de la Unión Europea superaron las 107 mil hectáreas, lo que representa un aumento del 5% respecto al año anterior.
España se encuentra a la cabeza europea de cultivos transgénicos superando las 75 mil hectáreas durante 2007 y sobrepasando las 79 mil hectáreas en 2008. Los cultivos de maíces transgénicos representan en España el 22% de la superficie total de maíz.
En 2008 estos cultivos han supuesto un ahorro estimado en más de 47.000 millones de litros de agua en un año en el que la sequía ha azotado todo el país. Además, el incremento en la producción ha permitido que la importación de maíz disminuyera en más de 95 millones de Kg.
Pese a este importante progreso y al gran apoyo por parte de los agricultores europeos, y después de once años de cultivos continuados de organismos modificados genéticamente en España, el 23% de los europeos afirma no haber oído hablar nunca de estas variedades, mientras que el 20% no conoce lo suficiente para hablar sobre ellas.