De los hongos al etanol
Un hongo de color verde oscuro, conocido por devorar los uniformes y la tela de las carpas durante la Segunda Guerra Mundial, podría proporcionar una manera más eficiente para producir biocombustibles como el etanol, según informó esta semana un grupo de investigadores.
Un hongo de color verde oscuro, conocido por devorar los uniformes y la tela de las carpas durante la Segunda Guerra Mundial, podría proporcionar una manera más eficiente para producir biocombustibles como el etanol, según informó esta semana un grupo de investigadores. Estos secuenciaron el genoma completo del Trichoderma reesei y encontraron pistas importantes respecto de cómo éste transforma las fibras de plantas en azúcares simples, necesarios para fabricar combustible a base de plantas. Mientras que el apetito del hongo por el algodón y otras plantas fibrosas causaba problemas para las tropas en el Pacífico Sur, éste podría proveer una manera para utilizar mijos y otras plantas no alimentarias para fabricar biocombustibles, según informaron los investigadores en la revista Nature Biotechnology. Una barrera para utilizar plantas no alimentarias para fabricar biocombustibles ha sido la dificultad para convertirlos en azúcar. Cosechas de alimentos como el maíz podrían convertirse de manera más fácil. "Nuestro análisis, junto a los datos de secuencia del genoma, nos entrega una hoja de ruta para construir cepas realizadas del hongo para aplicaciones industriales, como la producción de biocombustibles", según escribió Diego Martínez junto a colegas del Laboratorio Nacional Los Alamos, en Nuevo México. El hongo ya ha sido explotado para su uso comercial. "Ha gozado de una larga historia de utilización segura para la producción industrial de enzimas", escribieron. Pero el análisis genético ha cambiado algunos supuestos sobre su funcionamiento. El hongo utiliza las enzimas que crea para digerir las fibras de plantas y transformarlas en un tipo de azúcares más simples, conocidos como monosacáridos. Sin embargo, el hongo posee menos genes dedicados a la producción de enzimas que se alimentan de celulosas que otros de su misma especie. "Estamos conscientes de la reputación de T. reesei como un productor de grandes cantidades de enzimas degradadas. Sin embargo, nos vimos sorprendidos por los pocos tipos de enzimas que produce, lo que nos sugiere que su sistema de secreción de proteínas es excepcionalmente eficiente", dijo Martínez, que también forma parte de la Universidad de México, en un comunicado. El hongo puede ser cultivado a escala industrial para secretar sus enzimas de consumo de fibra, que a su vez pueden agregarse a las plantas de pulpa para producir azúcar. El azúcar puede entonces ser fermentada por levadura, para producir etanol. "La información contenida en este genoma nos permitirá entender mejor cómo este organismo degrada la celulosa de manera tan eficiente y cómo produce las enzimas requeridas de una manera tan prodigiosa", dijo Joel Cherry, de Novozymes, una empresa de biotecnología que participó en el estudio. "Utilizando esta información, podría ser posible mejorar ambas de estas propiedades, disminuyendo el costo de transformar biomasa celulosa a combustibles y químicos", dijo Cherry.