Los cultivos transgénicos continúan creciendo a una tasa de dos dígitos
Luego de doce años de comercialización, los cultivos transgénicos continúan ganando terreno con un año más de crecimiento a una tasa de dos dígitos y nuevos países que se suman a la lista.
Luego de doce años de comercialización, los cultivos transgénicos continúan ganando terreno con un año más de crecimiento a una tasa de dos dígitos y nuevos países que se suman a la lista. Así lo señala el informe presentado por el Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agro-biotecnológicas (ISAAA). En 2007, el área de cultivos transgénicos o genéticamente modificados (GM) creció un 12%, o 12,3 millones de hectáreas, para alcanzar las 114,3 hectáreas, el segundo aumento más importante en cinco años.
Pero además del aumento del área cultivada con transgénicos, el informe señala que los agricultores están adoptando rápidamente variedades que presentan más de una característica en la misma planta (características acumuladas, o stacks). Las hectáreas con cultivos de este tipo creció significativamente (66% más que en 2006), reflejando la necesidad que tiene el productor de solucionar, al mismo tiempo, varios problemas que afectan el rendimiento de sus cultivos. Hay que destacar que en Estados Unidos el 63% del maíz transgénico y el 78% del algodón transgénico sembrados en 2007 correspondieron a productos con características acumuladas o stacks. Estos productos marcan una tendencia a futuro muy importante, y están siendo empleados, en forma creciente, en Estados Unidos, Argentina, Canadá, Colombia, Filipinas, Australia, México, Sudáfrica, Honduras y Chile, y se espera que otros países los adopten en un futuro. A la lista de los cultivos transgénicos del año pasado (soja, maíz, algodón, canola, papaya, zapallo y alfalfa), este año se suman los álamos resistentes a insectos, desarrollados y sembrados en China. Estos árboles serán muy útiles en las tareas de reforestación.
En 2007, dice el informe, 2 millones de productores tomaron la decisión de cultivar transgénicos por primera vez, llevando a 12 millones el número de agricultores de todo el mundo que ya adoptaron y se beneficiaron de esta tecnología. Cabe destacar que 9 de cada 10 (u 11 millones) de estos productores son agricultores de escasos recursos. Además, el número de países en desarrollo (12) que sembraron transgénicos fue mayor que el de los países industrializados (11), y también fue mayor la tasa de crecimiento (21 % comparado con 6 %). “Con el aumento global de los precios de los alimentos, el beneficio de los cultivos GM nunca ha sido más importante que ahora,” dijo Clive James, presidente y fundador de ISAAA y autor del informe. “Los productores que han adoptado transgénicos desde hace unos años ya están comenzando a percibir ventajas socio-económicas que no perciben sus pares que cultivan variedades convencionales. Si nos proponemos alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio de reducir el hambre y la pobreza a la mitad para 2015, los cultivos transgénicos deberán jugar un papel aún más importante en la próxima década”. Según el informe, los cultivos GM han brindado beneficios sin precedentes que contribuyen con estos objetivos, en particular en países como China, India y Sudáfrica.
El potencial de los cultivos transgénicos en la segunda década de comercialización (2006-2015) es enorme. Los estudios realizados en China e India demuestran que el algodón Bt (resistente a insectos) ha incrementado los rendimientos en un 50% y un 10 %, respectivamente, y ha logrado reducir el uso de insecticidas a la mitad. Como consecuencia, los ingresos de los productores de algodón Bt han aumentado notablemente. Mientras los beneficios económicos ya están bien documentados en gran parte de los países que emplean transgénicos, están empezando a revelarse los beneficios sociales relacionados con la tecnología. Por ejemplo, un estudio en India señala que las mujeres y niños de hogares que viven del algodón Bt están empezando a tener más beneficios sociales que las mujeres y niños de hogares que viven del algodón convencional. Estos beneficios incluyen el número de visitas pre-natales, asistencia a los partos en el domicilio, y mayores tasas de escolaridad y vacunación.
En 2007, Estados Unidos, Argentina, Brasil, Canadá, India y China continuaron siendo los principales productores de cultivos transgénicos del mundo. La lista se completa con otros 17 países que también cultivaron transgénicos en 2007: Paraguay, Sudáfrica, Uruguay, Filipinas, Australia, España, México, Colombia, Chile, Francia, Honduras, República Checa, Portugal, Alemania, Eslovaquia, Rumania y Polonia. Según el informe de ISAAA, probablemente Burkina Faso, Egipto y Vietnam aprueben transgénicos el año próximo. Australia está ensayando trigo tolerante a sequía y levantó recientemente la moratoria de 4 años que prohibía la canola GM en dos estados. Países como India reconocen la importancia de la tecnología para poder autoabastecerse en granos (incluyendo arroz, trigo y oleaginosas) y espera la aprobación de la berenjena Bt en un futuro cercano. “El número de países, cultivos, características, hectáreas y productores crecerá considerablemente en la segunda década de adopción”, predice James. “Más países en desarrollo aprobarán la tecnología, y es probable que logren implementar sistemas regulatorios rigurosos aunque no excesivamente onerosos para los recursos limitados con que cuentan.
El atraso enorme que hoy padece la aprobación del arroz dorado, por ejemplo, que podría beneficiar a millones de personas, es un dilema moral en el que la demanda de un sistema regulatorio estricto se ha transformado en un fin y no en un medio”.
Pero además del aumento del área cultivada con transgénicos, el informe señala que los agricultores están adoptando rápidamente variedades que presentan más de una característica en la misma planta (características acumuladas, o stacks). Las hectáreas con cultivos de este tipo creció significativamente (66% más que en 2006), reflejando la necesidad que tiene el productor de solucionar, al mismo tiempo, varios problemas que afectan el rendimiento de sus cultivos. Hay que destacar que en Estados Unidos el 63% del maíz transgénico y el 78% del algodón transgénico sembrados en 2007 correspondieron a productos con características acumuladas o stacks. Estos productos marcan una tendencia a futuro muy importante, y están siendo empleados, en forma creciente, en Estados Unidos, Argentina, Canadá, Colombia, Filipinas, Australia, México, Sudáfrica, Honduras y Chile, y se espera que otros países los adopten en un futuro. A la lista de los cultivos transgénicos del año pasado (soja, maíz, algodón, canola, papaya, zapallo y alfalfa), este año se suman los álamos resistentes a insectos, desarrollados y sembrados en China. Estos árboles serán muy útiles en las tareas de reforestación.
En 2007, dice el informe, 2 millones de productores tomaron la decisión de cultivar transgénicos por primera vez, llevando a 12 millones el número de agricultores de todo el mundo que ya adoptaron y se beneficiaron de esta tecnología. Cabe destacar que 9 de cada 10 (u 11 millones) de estos productores son agricultores de escasos recursos. Además, el número de países en desarrollo (12) que sembraron transgénicos fue mayor que el de los países industrializados (11), y también fue mayor la tasa de crecimiento (21 % comparado con 6 %). “Con el aumento global de los precios de los alimentos, el beneficio de los cultivos GM nunca ha sido más importante que ahora,” dijo Clive James, presidente y fundador de ISAAA y autor del informe. “Los productores que han adoptado transgénicos desde hace unos años ya están comenzando a percibir ventajas socio-económicas que no perciben sus pares que cultivan variedades convencionales. Si nos proponemos alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio de reducir el hambre y la pobreza a la mitad para 2015, los cultivos transgénicos deberán jugar un papel aún más importante en la próxima década”. Según el informe, los cultivos GM han brindado beneficios sin precedentes que contribuyen con estos objetivos, en particular en países como China, India y Sudáfrica.
El potencial de los cultivos transgénicos en la segunda década de comercialización (2006-2015) es enorme. Los estudios realizados en China e India demuestran que el algodón Bt (resistente a insectos) ha incrementado los rendimientos en un 50% y un 10 %, respectivamente, y ha logrado reducir el uso de insecticidas a la mitad. Como consecuencia, los ingresos de los productores de algodón Bt han aumentado notablemente. Mientras los beneficios económicos ya están bien documentados en gran parte de los países que emplean transgénicos, están empezando a revelarse los beneficios sociales relacionados con la tecnología. Por ejemplo, un estudio en India señala que las mujeres y niños de hogares que viven del algodón Bt están empezando a tener más beneficios sociales que las mujeres y niños de hogares que viven del algodón convencional. Estos beneficios incluyen el número de visitas pre-natales, asistencia a los partos en el domicilio, y mayores tasas de escolaridad y vacunación.
En 2007, Estados Unidos, Argentina, Brasil, Canadá, India y China continuaron siendo los principales productores de cultivos transgénicos del mundo. La lista se completa con otros 17 países que también cultivaron transgénicos en 2007: Paraguay, Sudáfrica, Uruguay, Filipinas, Australia, España, México, Colombia, Chile, Francia, Honduras, República Checa, Portugal, Alemania, Eslovaquia, Rumania y Polonia. Según el informe de ISAAA, probablemente Burkina Faso, Egipto y Vietnam aprueben transgénicos el año próximo. Australia está ensayando trigo tolerante a sequía y levantó recientemente la moratoria de 4 años que prohibía la canola GM en dos estados. Países como India reconocen la importancia de la tecnología para poder autoabastecerse en granos (incluyendo arroz, trigo y oleaginosas) y espera la aprobación de la berenjena Bt en un futuro cercano. “El número de países, cultivos, características, hectáreas y productores crecerá considerablemente en la segunda década de adopción”, predice James. “Más países en desarrollo aprobarán la tecnología, y es probable que logren implementar sistemas regulatorios rigurosos aunque no excesivamente onerosos para los recursos limitados con que cuentan.
El atraso enorme que hoy padece la aprobación del arroz dorado, por ejemplo, que podría beneficiar a millones de personas, es un dilema moral en el que la demanda de un sistema regulatorio estricto se ha transformado en un fin y no en un medio”.