Obtener omega-3 de plantas transgénicas sería más sustentable
Los ácidos grasos de cadena larga llamados EPA (eicosapentaenoico) y DHA (docosahexaenoico) son ácidos grasos omega-3 que se encuentran principalmente en los pescados como el atún, salmón y la caballa, y son considerados 'protectores' frente a las enfermedades cardiovasculares, y esenciales para el desarrollo del cerebro de los bebés durante la gestación.
Los ácidos grasos de cadena larga llamados EPA (eicosapentaenoico) y DHA (docosahexaenoico) son ácidos grasos omega-3 que se encuentran principalmente en los pescados como el atún, salmón y la caballa, y son considerados 'protectores' frente a las enfermedades cardiovasculares, y esenciales para el desarrollo del cerebro de los bebés durante la gestación. Los expertos recomiendan ingerir unos 450 mg de estos ácidos grasos por día, pero la mayoría de los adultos consumen apenas la mitad. Entre los adolescentes, los valores apenas alcanzan los 100mg por día. Para enfrentar los problemas que podrían resultar de la baja ingesta de estos ácidos grasos, el proyecto europeo Lipgene reunió a casi 200 científicos y economistas para analizar las alternativas para aumentar los niveles de EPA y DHA en la dieta de las personas. Un estudio realizado por el mismo proyecto encontró que los costos derivados del aumento de omega-3 en las dietas serán claramente recompensados por la reducción en los costos de salud. Johnathan Napier, del Instituto de Investigación Rothamsted en Hertfordshire, señaló que la única manera sustentable de aumentar la ingesta de EPA y DHA en la dieta de las personas es a través de la tecnología de la modificación genética. "No hay plantas comestibles que sinteticen naturalmente estos ácidos grasos omega-3, por eso debemos tomar esa capacidad de otros organismos, a través de la modificación genética', explicó Napier. Los EPA y DHA son fabricados por algas marinas microscópicas que sirven de alimento para los peces pequeños, pasando así a estos ácidos grasos a la cadena alimentaria. Napier tomó los genes de las algas y los introdujo en lino y canola, para que estas plantas sintetizaran sus propios EPA y DHA. Las plantas transgénicas a su vez pueden usarse para alimentar a los pollos y otros animales. Según el investigador, estos cultivos podrían estar disponibles en 5 años. Otra ventaja de no usar a los peces como fuente de aceites es la contaminación con mercurio. Los científicos sin embargo señalan que hay problemas de percepción pública sobre los cultivos transgénicos, pero Ian Givens, del mismo proyecto, se muestra optimista: "Cuando los problemas de sustentabilidad del aceite de pescado se aclaren, y los consumidores vean cuánto se benefician con la nueva tecnología, estoy seguro que la percepción cambiará." Según Napier, los ambientalistas deberían considerar el aspecto de la sustentabilidad: 'Reducir la presión sobre las poblaciones naturales de peces será un gran beneficio. No se puede decir que no a todo, hay que buscar soluciones'. Nota: omega es la letra griega que se utiliza para denominar al último carbono de la cadena de un ácido graso (el que tiene unido el grupo metilo). Así, los ácidos grasos se pueden clasificar según el carbono donde comienza el primer doble enlace, empezando a contar desde el carbono omega: omega 3, omega 6, omega 9. De estos tres tipos de ácidos grasos, los omega 3 (en particular EPA y DHA) son los que concentran la mayor atención debido a sus propiedades biológicas relacionadas con enfermedades vasculares, reacciones inflamatorias y respuesta inmunológica. Los omega 3 que se encuentran en la naturaleza son: linolénico (en aceites vegetales), eicosapentaenoico (en pescados) y docosahexaenoico (en pescados).