Descubren en Yellowstone nueva especie de bacterias que almacenan luz
Un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Pennsilvania, liderado por Ernet C. Pollard, junto con David Ward de la Universidad de Montana, descubrió una nueva especie de bacteria que transforma la luz en energía química.
Un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Pennsilvania, liderado por Ernet C. Pollard, junto con David Ward de la Universidad de Montana, descubrió una nueva especie de bacteria que transforma la luz en energía química. La bacteria, llamada Candidatus Chloracidobacterium (Cab.) thermophilum, fue descubierta en el Parque Nacional Yellowstone (Estados Unidos), viviendo entre los microorganismos más 'extremos' (extremófilos), capaces de sobrevivir a temperaturas altísimas. Estos extremófilos son fuentes potenciales de genes y proteínas para aplicaciones biotecnológicas en diferentes industrias, como la farmacéutica, la química, de detergentes y para limpiar ambientes contaminados. "Las bacterias le dan a las aguas termales de Yellowstone sus coloraciones particulares, amarillas, naranjas, rojas, verdes y marrones', explica Bryant. "Como estos microbios son muy difíciles de cultivar en el laboratorio, la técnica de la metagenómica constituye una herramienta poderosa para encontrar a los organismos aún desconocidos, y estudiar su fisiología, metabolismo y ecología', agrega. La técnica consiste en aislar ADN de las células y secuenciar el material a gran escala. El análisis de las secuencias revela qué tipos de genes y organismos hay en la muestra. El equipo se concentró en dos genes: el correspondiente al ARN ribosomal 16S, y el de la proteína PscA, esencial para convertir energía lumínica en energía química. Nota: la nueva bacteria tiene 'antenas' especiales para almacenar luz, conocidas como clorosomas, que contienen unas 250.000 moléculas de clorofila cada una. Es la primera bacteria aeróbica descripta hasta hoy que tiene clorosomas. Candidatus Chloracidobacterium (Cab.) thermophilum fabrica dos tipos de clorofila que le permiten competir con otros microbios en las 'alfombras' microbianas y también con las cianobacterias por la luz.