Tomates transgénicos para cubrir las necesidades diarias de folatos
Un equipo de científicos de la Universidad de Florida creó tomates transgénicos que fabrican 25 veces más folato (ácido fólico o vitamina B9) que los tomates comunes, y podrían ofrecer hasta siete veces más folato que los vegetales de hojas verdes, considerados una fuente muy rica de esta vitamina.
Un equipo de científicos de la Universidad de Florida creó tomates transgénicos que fabrican 25 veces más folato (ácido fólico o vitamina B9) que los tomates comunes, y podrían ofrecer hasta siete veces más folato que los vegetales de hojas verdes, considerados una fuente muy rica de esta vitamina. El ácido fólico se encuentra principalmente en las verduras de hojas verdes, además de las lentejas y los garbanzos. La deficiencia en ácido fólico durante las primeras etapas del embarazo parece estar asociada al riesgo de presentar defectos del tubo neural (NTD), conocidos comúnmente como espina bífida y anencefalia en los bebés. Es por eso que a partir de 1998 los cereales y sus derivados (harinas) se fortifican con ácido fólico. "Sin embargo, la fortificación de los alimentos a veces es difícil de implementar debido a los costos, principalmente', explica Rocío Díaz de la Garza, una de las autoras del trabajo. "Por eso la biofortificación, es decir la fortificación a través de la modificación genética de las vías metabólicas de la planta, es una alternativa muy interesante para aumentar la cantidad de folato en los alimentos'. Según lo describen en el último número de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, los científicos han logrado por ingeniería genética dos tipos de tomates transgénicos que producen en gran cantidad al precursor del folato, el pteridin o p-aminobenzoato - PABA, y cruzando estas dos líneas obtuvieron plantas de tomate que contienen 25 veces más folato que los tomates comunes. Los tomates se obtuvieron por transformación genética, usando dos genes de la planta modelo Arabidopsis: el de la enzima aminodeoxicorismato sintasa (AtADCS) y el de la CTP ciclohidrolasa I (GCHI), ambas necesarias para la formación del PABA y la hiperacumulación del folato. Los tomates que tienen ambos genes acumulan alrededor de 840 microgramos de folato por cada 100 gramos de fruto, lo suficiente como para cubrir los requerimientos diarios de una mujer embarazada. 'Es menos que una porción diaria', señalaron los investigadores.