El Reino Unido instado a poner nuevamente a la ciencia sólida como base para regular las innovaciones genéticas de cultivos después del Brexit
Un reporte escrito por el economista agrícola independiente Graham Brookes, de PG Economics Ltd., advierte que mantener un alineamiento estricto con las normas actuales “mal administradas” de la UE podría llevar al Reino Unido a mayores dificultades comerciales y mayores pérdidas de beneficios económicos y sociales.
Un reporte escrito por el economista agrícola independiente Graham Brookes, de PG Economics Ltd., advierte que mantener un alineamiento estricto con las normas actuales “mal administradas” de la UE podría llevar al Reino Unido a mayores dificultades comerciales y mayores pérdidas de beneficios económicos y sociales.
El reporte “Genética de plantas del Reino Unido: un ambiente regulatorio para maximizar las ventajas para la economía del Reino Unido post Brexit” considera tres escenarios futuros para la regulación de los cultivos editados genéticamente y los organismos genéticamente modificados (OGM), que van desde mantener el alineamiento actual con la UE a través de una mejor implementación de las normas de la UE, a que el Reino Unido establezca su propia ruta regulatoria para OGMs y cultivos obtenidos mediante nuevas técnicas de mejoramiento (NBTs). No desviarse de algunos aspectos de la regulación de la UE sobre biotecnología de cultivos y NBTs después del Brexit representará una oportunidad perdida para el Reino Unido y podría llevar a que no aproveche los potenciales beneficios económicos y sociales, anuncia el reporte.
Actualmente todas las innovaciones en biotecnología de cultivos están sujetas al marco regulatorio de la UE. Sin embargo, como señala el reporte, este sistema de aprobaciones no ha funcionado según lo previsto por la legislación, ya que las autorizaciones demoran más tiempo que el esperado y la opinión científica del organismo específicamente establecido para brindar asesoramiento a los que formulan las políticas es frecuentemente ignorada. Esto ha contribuido a la incertidumbre en los negocios, interrumpiendo el comercio y alejando la inversión en investigación y desarrollo del sector de fitomejoramiento.
El informe concluye que, si el Reino Unido establece su propio sistema regulatorio para OGMs y NBTs, basado en ciencia sólida y consistente con los sistemas regulatorios de otros países del mundo, proporcionará un sistema de evaluación de seguridad de alimentos de primer nivel que potencialmente les dará a los productores mejores semillas y mayor competitividad, y satisfacerá mejor las demandas de los consumidores, maximizando los beneficios económicos y sociales de largo plazo para el Reino Unido.
Un reporte escrito por el economista agrícola independiente Graham Brookes, de PG Economics Ltd., advierte que mantener un alineamiento estricto con las normas actuales “mal administradas” de la UE podría llevar al Reino Unido a mayores dificultades comerciales y mayores pérdidas de beneficios económicos y sociales.
El reporte “Genética de plantas del Reino Unido: un ambiente regulatorio para maximizar las ventajas para la economía del Reino Unido post Brexit” considera tres escenarios futuros para la regulación de los cultivos editados genéticamente y los organismos genéticamente modificados (OGM), que van desde mantener el alineamiento actual con la UE a través de una mejor implementación de las normas de la UE, a que el Reino Unido establezca su propia ruta regulatoria para OGMs y cultivos obtenidos mediante nuevas técnicas de mejoramiento (NBTs). No desviarse de algunos aspectos de la regulación de la UE sobre biotecnología de cultivos y NBTs después del Brexit representará una oportunidad perdida para el Reino Unido y podría llevar a que no aproveche los potenciales beneficios económicos y sociales, anuncia el reporte.
Actualmente todas las innovaciones en biotecnología de cultivos están sujetas al marco regulatorio de la UE. Sin embargo, como señala el reporte, este sistema de aprobaciones no ha funcionado según lo previsto por la legislación, ya que las autorizaciones demoran más tiempo que el esperado y la opinión científica del organismo específicamente establecido para brindar asesoramiento a los que formulan las políticas es frecuentemente ignorada. Esto ha contribuido a la incertidumbre en los negocios, interrumpiendo el comercio y alejando la inversión en investigación y desarrollo del sector de fitomejoramiento.
El informe concluye que, si el Reino Unido establece su propio sistema regulatorio para OGMs y NBTs, basado en ciencia sólida y consistente con los sistemas regulatorios de otros países del mundo, proporcionará un sistema de evaluación de seguridad de alimentos de primer nivel que potencialmente les dará a los productores mejores semillas y mayor competitividad, y satisfacerá mejor las demandas de los consumidores, maximizando los beneficios económicos y sociales de largo plazo para el Reino Unido.