Científicos españoles trabajan en el desarrollo de semillas de cereales con mayor contenido en almidón
Científicos españoles han conseguido incrementar el contenido de almidón en cereales a través de ingeniería genética.
Científicos españoles han conseguido incrementar el contenido de almidón en cereales a través de ingeniería genética.
El desarrollo ha sido realizado por expertos del Instituto de Bioquímica Vegetal y Fotosíntesis, perteneciente al Centro de Investigaciones Científicas Isla de la Cartuja (CicCartuja), que han conseguido incrementar en estas plantas la expresión del gen denominado Ntrc implicado en el crecimiento y en la fotosíntesis. El equipo lleva trabajando sobre este gen desde 2004 cuando lo descubrieron en semillas de arroz.
El gen Ntrc juega un papel clave en el sistema que regula el crecimiento armónico de las plantas y en el control del proceso de fotosíntesis en las distintas etapas del día según los cambios de luz. Tras numerosos ensayos en laboratorio los científicos han logrado desarrollar una planta que cumple las características buscadas. El almidón presente en los vegetales es la mayor fuente de carbohidratos de la que se alimenta el ser humano.
“Las plantas, al igual que los seres humanos crecen de manera coordinada, no nos crece más una pierna que otra o no nos sale una oreja antes que la otra. Con las plantas pasa igual, las raíces crecen de manera armónica con el resto de los órganos y se adapta a los cambios constantes de luz que se producen en las 24 horas que dura un día para realizar la fotosíntesis”, explica el catedrático de la Universidad de Sevilla y responsable del Grupo de Investigación Biotecnología de Semillas de Cereales, Francisco Javier Cejudo.
Los estudios se llevan a cabo con granos de cebada y con un cereal modelo denominado Brachypodium que actualmente no se consume pero que es genéticamente similar al trigo y es de crecimiento muy rápido. Los expertos han descubierto que el gen ntrc también controla la aparición de raíces secundarias en la planta.
“El hombre selecciona especies desde el Neolítico, es lo que se conoce como genética clásica, porque hace 6.000 años, cuando el ser humano pasó de ser cazador a ser agricultor en la primera Revolución Verde, ya se elegían las plantas más resistentes para cultivar y por ello el trigo o el maíz que consumimos hoy día son muy diferentes de sus variedades originarias”, comenta el profesor Cejudo.
Este proyecto de investigación está financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO) y de Excelencia de la Junta de Andalucía.
El desarrollo ha sido realizado por expertos del Instituto de Bioquímica Vegetal y Fotosíntesis, perteneciente al Centro de Investigaciones Científicas Isla de la Cartuja (CicCartuja), que han conseguido incrementar en estas plantas la expresión del gen denominado Ntrc implicado en el crecimiento y en la fotosíntesis. El equipo lleva trabajando sobre este gen desde 2004 cuando lo descubrieron en semillas de arroz.
El gen Ntrc juega un papel clave en el sistema que regula el crecimiento armónico de las plantas y en el control del proceso de fotosíntesis en las distintas etapas del día según los cambios de luz. Tras numerosos ensayos en laboratorio los científicos han logrado desarrollar una planta que cumple las características buscadas. El almidón presente en los vegetales es la mayor fuente de carbohidratos de la que se alimenta el ser humano.
“Las plantas, al igual que los seres humanos crecen de manera coordinada, no nos crece más una pierna que otra o no nos sale una oreja antes que la otra. Con las plantas pasa igual, las raíces crecen de manera armónica con el resto de los órganos y se adapta a los cambios constantes de luz que se producen en las 24 horas que dura un día para realizar la fotosíntesis”, explica el catedrático de la Universidad de Sevilla y responsable del Grupo de Investigación Biotecnología de Semillas de Cereales, Francisco Javier Cejudo.
Los estudios se llevan a cabo con granos de cebada y con un cereal modelo denominado Brachypodium que actualmente no se consume pero que es genéticamente similar al trigo y es de crecimiento muy rápido. Los expertos han descubierto que el gen ntrc también controla la aparición de raíces secundarias en la planta.
“El hombre selecciona especies desde el Neolítico, es lo que se conoce como genética clásica, porque hace 6.000 años, cuando el ser humano pasó de ser cazador a ser agricultor en la primera Revolución Verde, ya se elegían las plantas más resistentes para cultivar y por ello el trigo o el maíz que consumimos hoy día son muy diferentes de sus variedades originarias”, comenta el profesor Cejudo.
Este proyecto de investigación está financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO) y de Excelencia de la Junta de Andalucía.