Lechuga transgénica puede prevenir malformaciones fetales
En cinco años podría llegar al mercado una variedad de lechuga transgénica rica en ácido fólico, capaz de prevenir malformaciones fetales causadas por la carencia de este nutriente. Desarrollada por Embrapa Recursos Genéticos y Biotecnología, el cultivar tiene 15 veces más ácido fólico que la lechuga convencional y dos hojas de esa lechuga aportarían el 100% de los requerimientos diarios de un adulto.
En cinco años podría llegar al mercado una variedad de lechuga transgénica rica en ácido fólico, capaz de prevenir malformaciones fetales causadas por la carencia de este nutriente. Desarrollada por Embrapa Recursos Genéticos y Biotecnología, el cultivar tiene 15 veces más ácido fólico que la lechuga convencional y dos hojas de esa lechuga aportarían el 100% de los requerimientos diarios de un adulto.
Según Francisco Aragão, responsable de la investigación, ya se están realizando los ensayos necesarios para generar un producto comercial que pueda ser cultivado y vendido. “Ya terminamos los primeros ensayos a campo. La lechuga transgénica, cultivada en condiciones comerciales, mantuvo los niveles de ácido fólico obtenidos en condiciones de laboratorio. El desempeño agronómico fue el mismo que en las plantas convencionales. Ahora estamos haciendo los estudios en animales”, señaló el investigador.
Los científicos de Embrapa introdujeron en la lechuga un gen de Arabidopsis thaliana, una planta modelo usada en investigación. La función de este gen es aumentar la producción natural de ácido fólico. El gen está en los vegetales de hoja oscura, como brócoli y espinaca, y el ácido fólico (una forma de vitamina B) colabora con los procesos de multiplicación celular, como el desarrollo fetal.
Por esta razón, se recomienda el suplemento de ácido fólico desde dos meses antes de la concepción hasta el final del embarazo. Esto puede prevenir un 50% de los casos de malformación, que, en Brasil, afecta a 1,6 bebés de cada mil nacidos vivos. La anencefalia (la acumulación de líquido amniótico en el cerebro) es uno de los tipos más graves y ocurre en 0,6 bebés de cada mil nacidos vivos.
Para reducir esta triste estadística, el gobierno impuso el agregado obligatorio de ácido fólico a la harina de trigo. El problema es que en la preparación del pan y las pastas, el 60% de la vitamina se degrada por el calor. Lo mismo ocurre con la cocción de los vegetales ricos en ácido fólico.
Aragão cree que la lechuga transgénica puede facilitar el acceso de la población al ácido fólico, ya que la lechuga se consume cruda. Según el científico, la incorporación de esta lechuga a la dieta podría reducir el costo de distribución de ácido fólico en la red pública de salud. Además, protegería a los bebés de madres que, por ignorar su estado de embarazo, aún no iniciaron la suplementación.
Traducido por ArgenBio
Según Francisco Aragão, responsable de la investigación, ya se están realizando los ensayos necesarios para generar un producto comercial que pueda ser cultivado y vendido. “Ya terminamos los primeros ensayos a campo. La lechuga transgénica, cultivada en condiciones comerciales, mantuvo los niveles de ácido fólico obtenidos en condiciones de laboratorio. El desempeño agronómico fue el mismo que en las plantas convencionales. Ahora estamos haciendo los estudios en animales”, señaló el investigador.
Los científicos de Embrapa introdujeron en la lechuga un gen de Arabidopsis thaliana, una planta modelo usada en investigación. La función de este gen es aumentar la producción natural de ácido fólico. El gen está en los vegetales de hoja oscura, como brócoli y espinaca, y el ácido fólico (una forma de vitamina B) colabora con los procesos de multiplicación celular, como el desarrollo fetal.
Por esta razón, se recomienda el suplemento de ácido fólico desde dos meses antes de la concepción hasta el final del embarazo. Esto puede prevenir un 50% de los casos de malformación, que, en Brasil, afecta a 1,6 bebés de cada mil nacidos vivos. La anencefalia (la acumulación de líquido amniótico en el cerebro) es uno de los tipos más graves y ocurre en 0,6 bebés de cada mil nacidos vivos.
Para reducir esta triste estadística, el gobierno impuso el agregado obligatorio de ácido fólico a la harina de trigo. El problema es que en la preparación del pan y las pastas, el 60% de la vitamina se degrada por el calor. Lo mismo ocurre con la cocción de los vegetales ricos en ácido fólico.
Aragão cree que la lechuga transgénica puede facilitar el acceso de la población al ácido fólico, ya que la lechuga se consume cruda. Según el científico, la incorporación de esta lechuga a la dieta podría reducir el costo de distribución de ácido fólico en la red pública de salud. Además, protegería a los bebés de madres que, por ignorar su estado de embarazo, aún no iniciaron la suplementación.
Traducido por ArgenBio