Bacterias 'adictas' a la cafeína
Científicos de la Universidad de Texas han desarrollado mediante técnicas de ingeniería genética una cepa de bacteria "adicta" a la cafeína que es capaz de ayudar a descontaminar aguas residuales y útil para la producción de algunos medicamentos.
Científicos de la Universidad de Texas han desarrollado mediante técnicas de ingeniería genética una cepa de bacteria "adicta" a la cafeína que es capaz de ayudar a descontaminar aguas residuales y útil para la producción de algunos medicamentos.
A través de modificaciones genéticas en la bacteria Escherichia coli, un equipo de científicos ha obtenido una cepa de estas bacterias caracterizada por un curioso rasgo: son "adictas" a la cafeína. El objetivo de tan llamativo proyecto es disponer de bacterias optimizadas para ayudar a descontaminar aguas residuales o para la bioproducción de algunos medicamentos.
La relación entre la cafeína y la depuración de aguas residuales puede no resultar evidente para la mayoría de la gente al principio, pero se entiende perfectamente si tenemos en cuenta que en la sociedad humana moderna la cafeína y los compuestos químicos relacionados con ésta se han vuelto importantes agentes contaminantes del agua debido al consumo extendido de productos que a menudo llevan cafeína, como por ejemplo café, té, refrescos, bebidas energéticas, chocolatinas y fármacos de algunas clases. Entre estos últimos figuran medicamentos para el tratamiento del asma y de otras afecciones pulmonares.
Para la transformación de Escherichia coli, el equipo de Jeffrey E. Barrick, de la Universidad de Texas en la ciudad de Austin, se basó en el hecho de que una bacteria que vive de forma natural en suelos, la Pseudomonas putida CBB5, es capaz de nutrirse exclusivamente de cafeína. Los investigadores tomaron la maquinaria genética que a la P. putida le permite metabolizar o descomponer la cafeína, y la transfirieron a la E. coli, que es fácil de manejar y hacer crecer, con el objetivo de lograr una cepa de E. coli capaz de eliminar la cafeína de aguas residuales. En las pruebas realizadas tras las modificaciones genéticas, las E. coli resultantes han demostrado ser eficientes en descafeinar el agua.
Las aplicaciones de este desarrollo podrían ir más allá incluso de la depuración de aguas residuales, abarcando también la medición de la cafeína contenida en bebidas, la recuperación de subproductos del procesamiento del café ricos en nutrientes, y la bioproducción barata de algunos medicamentos.
En el trabajo de investigación y desarrollo también han participado Erik M. Quandt, Michael J. Hammerling, Peter B. Otoupal, Ben Slater, Razan N. Alnahhas, Aurko Dasgupta, y James L. Bachman, de la Universidad de Texas, así como Ryan M. Summers, y Mani V. Subramanian, de la Universidad de Iowa, ambas instituciones en Estados Unidos.
A través de modificaciones genéticas en la bacteria Escherichia coli, un equipo de científicos ha obtenido una cepa de estas bacterias caracterizada por un curioso rasgo: son "adictas" a la cafeína. El objetivo de tan llamativo proyecto es disponer de bacterias optimizadas para ayudar a descontaminar aguas residuales o para la bioproducción de algunos medicamentos.
La relación entre la cafeína y la depuración de aguas residuales puede no resultar evidente para la mayoría de la gente al principio, pero se entiende perfectamente si tenemos en cuenta que en la sociedad humana moderna la cafeína y los compuestos químicos relacionados con ésta se han vuelto importantes agentes contaminantes del agua debido al consumo extendido de productos que a menudo llevan cafeína, como por ejemplo café, té, refrescos, bebidas energéticas, chocolatinas y fármacos de algunas clases. Entre estos últimos figuran medicamentos para el tratamiento del asma y de otras afecciones pulmonares.
Para la transformación de Escherichia coli, el equipo de Jeffrey E. Barrick, de la Universidad de Texas en la ciudad de Austin, se basó en el hecho de que una bacteria que vive de forma natural en suelos, la Pseudomonas putida CBB5, es capaz de nutrirse exclusivamente de cafeína. Los investigadores tomaron la maquinaria genética que a la P. putida le permite metabolizar o descomponer la cafeína, y la transfirieron a la E. coli, que es fácil de manejar y hacer crecer, con el objetivo de lograr una cepa de E. coli capaz de eliminar la cafeína de aguas residuales. En las pruebas realizadas tras las modificaciones genéticas, las E. coli resultantes han demostrado ser eficientes en descafeinar el agua.
Las aplicaciones de este desarrollo podrían ir más allá incluso de la depuración de aguas residuales, abarcando también la medición de la cafeína contenida en bebidas, la recuperación de subproductos del procesamiento del café ricos en nutrientes, y la bioproducción barata de algunos medicamentos.
En el trabajo de investigación y desarrollo también han participado Erik M. Quandt, Michael J. Hammerling, Peter B. Otoupal, Ben Slater, Razan N. Alnahhas, Aurko Dasgupta, y James L. Bachman, de la Universidad de Texas, así como Ryan M. Summers, y Mani V. Subramanian, de la Universidad de Iowa, ambas instituciones en Estados Unidos.