Prueban hongos encapsulados en bioplástico para disminuir los niveles de aflatoxinas
Las aflatoxinas son carcinógenos altamente tóxicos producidos por varias especies del hongo Aspergillus. Sin embargo, hay especies de Aspergillus que no producen aflatoxinas, como la cepa K49, que se están usando para combatir las especies perjudiciales de Aspergillus y evitar que contaminen los cultivos como el maíz.
Las aflatoxinas son carcinógenos altamente tóxicos producidos por varias especies del hongo Aspergillus. Sin embargo, hay especies de Aspergillus que no producen aflatoxinas, como la cepa K49, que se están usando para combatir las especies perjudiciales de Aspergillus y evitar que contaminen los cultivos como el maíz.
Científicos del Servicio Agrícola de Estados Unidos (ARS-USDA) y de la Universidad de Bolonia, desarrollaron un nuevo método de aplicación de K49 para evitar que el maíz se contamine con aflatoxinas, toxinas que causan pérdidas estimadas en 200 millones de dólares por año en EE.UU.
La K49 es una cepa no toxigénica, ya que no puede producir aflatoxinas, a diferencia de las cepas de A. flavus y A. parasiticus que sí las producen. Sin embargo, K49 tiene una propiedad interesante, y es que puede competir por los recursos y excluir a sus parientes toxigénicos de los nichos ecológicos. El uso de esta capacidad se conoce como bioexclusión, y podría usarse para disminuir los niveles de aflatoxinas en el suelo y en los granos del maíz. Para eso los investigadores encapsularon K49 en gránulos de bioplástico preparados a base de almidón de maíz y otros ingredientes amigables con el medio ambiente.
Según los investigadores, los gránulos de bioplástico prolongan la vida útil del hongo beneficioso y su viabilidad después de aplicación, y no son alimento de roedores y aves.
En los primeros ensayos, el uso de estos gránulos con K49 redujo los niveles de aflatoxinas entre un 65 y un 97 por ciento.
Esta tecnología también podría ser útil para aplicar otros hongos beneficiosos usados para proteger cultivos contra enfermedades.
Científicos del Servicio Agrícola de Estados Unidos (ARS-USDA) y de la Universidad de Bolonia, desarrollaron un nuevo método de aplicación de K49 para evitar que el maíz se contamine con aflatoxinas, toxinas que causan pérdidas estimadas en 200 millones de dólares por año en EE.UU.
La K49 es una cepa no toxigénica, ya que no puede producir aflatoxinas, a diferencia de las cepas de A. flavus y A. parasiticus que sí las producen. Sin embargo, K49 tiene una propiedad interesante, y es que puede competir por los recursos y excluir a sus parientes toxigénicos de los nichos ecológicos. El uso de esta capacidad se conoce como bioexclusión, y podría usarse para disminuir los niveles de aflatoxinas en el suelo y en los granos del maíz. Para eso los investigadores encapsularon K49 en gránulos de bioplástico preparados a base de almidón de maíz y otros ingredientes amigables con el medio ambiente.
Según los investigadores, los gránulos de bioplástico prolongan la vida útil del hongo beneficioso y su viabilidad después de aplicación, y no son alimento de roedores y aves.
En los primeros ensayos, el uso de estos gránulos con K49 redujo los niveles de aflatoxinas entre un 65 y un 97 por ciento.
Esta tecnología también podría ser útil para aplicar otros hongos beneficiosos usados para proteger cultivos contra enfermedades.