Científicos chilenos trabajan en el desarrollo de plantas transgénicas resistentes a sequía
Investigadores de la Universidad de Talca (Chile) están desarrollando un sistema biotecnológico para trasladar las propiedades de resistencia a la sequía de algunas de las plantas nativas del norte de ese país a plantas de cultivo masivo.
Investigadores de la Universidad de Talca (Chile) están desarrollando un sistema biotecnológico para trasladar las propiedades de resistencia a la sequía de algunas de las plantas nativas del norte de ese país a plantas de cultivo masivo.
El proyecto, que cuenta con el financiamiento del Programa Fondef de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica CONICYT, está estudiando la manera de convertir a plantas de maíz en resistente a altos niveles de déficit de agua.
De hecho, los investigadores llevan 15 años estudiando la planta nativa de tomate chileno del desierto de Atacama, llamada Solanum chilense, de la que consiguieron aislar un conjunto de genes que se manifestaban bajo condiciones de sequía o salinidad del suelo. El proyecto actual consiste en lograr trasladar estas propiedades plantas monocotiledóneas como son los cultivos de maíz, los cuales son altamente sensibles a la sequía y que a su vez son una de las fuentes de alimentos más importante del mundo.
“Dado que Maule es una Región eminentemente agrícola, es de especial importancia que los fondos para ciencia y tecnología estén orientados a proyectos como éste, que buscan establecer una mejora para la agroindustria”, comenta Paula González, directora del Programa Regional de CONICYT.
Durante la primera etapa de la investigación, se ha sometido a las plantas a un máximo de tres semanas de sequía. De todas formas, “aún tenemos tan sólo estimaciones de la capacidad de tolerancia al déficit de agua, las pruebas definitivas se realizarán a finales de este año”, explica Simón Ruiz, investigador principal y director del proyecto.
La investigación intenta, de hecho, dar respuesta a uno de los mayores desafíos a nivel mundial en cuanto a la seguridad alimentaria como es la sostenida disminución de agua para fines agrícolas que existe en el planeta, a causa de factores como el aumento de la población, el cambio climático o el aumento de la salinidad del suelo. “Por ello, debemos tener plantas que presenten una mayor eficiencia en el uso del agua, es decir, produzcan lo mismo con menor agua”, explica Ruiz, quien recuerda que “muchas plantas nativas o silvestres, como Solanum chilense, son capaces de sobrevivir en condiciones extremas, y por lo tanto debemos aprender de ellas y cuidarlas ya que son las que nos aportan con recursos genéticos únicos e irrepetibles, susceptibles de ser traspasados a plantas de cultivo”.
El proyecto, que cuenta con el financiamiento del Programa Fondef de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica CONICYT, está estudiando la manera de convertir a plantas de maíz en resistente a altos niveles de déficit de agua.
De hecho, los investigadores llevan 15 años estudiando la planta nativa de tomate chileno del desierto de Atacama, llamada Solanum chilense, de la que consiguieron aislar un conjunto de genes que se manifestaban bajo condiciones de sequía o salinidad del suelo. El proyecto actual consiste en lograr trasladar estas propiedades plantas monocotiledóneas como son los cultivos de maíz, los cuales son altamente sensibles a la sequía y que a su vez son una de las fuentes de alimentos más importante del mundo.
“Dado que Maule es una Región eminentemente agrícola, es de especial importancia que los fondos para ciencia y tecnología estén orientados a proyectos como éste, que buscan establecer una mejora para la agroindustria”, comenta Paula González, directora del Programa Regional de CONICYT.
Durante la primera etapa de la investigación, se ha sometido a las plantas a un máximo de tres semanas de sequía. De todas formas, “aún tenemos tan sólo estimaciones de la capacidad de tolerancia al déficit de agua, las pruebas definitivas se realizarán a finales de este año”, explica Simón Ruiz, investigador principal y director del proyecto.
La investigación intenta, de hecho, dar respuesta a uno de los mayores desafíos a nivel mundial en cuanto a la seguridad alimentaria como es la sostenida disminución de agua para fines agrícolas que existe en el planeta, a causa de factores como el aumento de la población, el cambio climático o el aumento de la salinidad del suelo. “Por ello, debemos tener plantas que presenten una mayor eficiencia en el uso del agua, es decir, produzcan lo mismo con menor agua”, explica Ruiz, quien recuerda que “muchas plantas nativas o silvestres, como Solanum chilense, son capaces de sobrevivir en condiciones extremas, y por lo tanto debemos aprender de ellas y cuidarlas ya que son las que nos aportan con recursos genéticos únicos e irrepetibles, susceptibles de ser traspasados a plantas de cultivo”.