Batalla de las bacterias: E. coli genéticamente modificadas vs la P. aeruginosa
Ingenieros bioquímicos de la Universidad Tecnológica de Nanyang en Singapur han modificado genéticamente una cepa de la bacteria Escherichia coli para combatir a las Pseudomonas aeruginosa.
Ingenieros bioquímicos de la Universidad Tecnológica de Nanyang en Singapur han modificado genéticamente una cepa de la bacteria Escherichia coli para combatir a las Pseudomonas aeruginosa.
Mediante la inserción de fragmentos de ADN en la E.coli, la cepa diseñada de la bacteria produce piocina S5, una proteína tóxica que mata a las cepas de P. aeruginosa. Las piocinas son producidas por la misma P. aeruginosa para competir con su propia especie, por lo que son antibióticos específicos de la especie.
Mateo Chang y su equipo también diseñaron su cepa de E. coli de manera de que libere la piocina sólo cuando se detecte la bacteria P. aeruginosa. Ellos explotaron la cascada de señalización química de la P. aeruginosa y desarrollaron su E. coli de tal manera que sólo liberara piocinas al detectar las señales químicas que las Pseudomonas se envían entre sí.
Se sabe que la P. aeruginosa coloniza el tracto respiratorio y gastrointestinal y puede causar infecciones mortales en pacientes inmunosuprimidos. Esta bacteria también es resistente a muchos antibióticos y es una de las principales causas bacterianas de las infecciones hospitalarias. Los autores escribieron que tenían la intención de desarrollar una estrategia antimicrobiana novedosa y poco convencional que no dependa de los antibióticos actuales.
Probada en la P. aeruginosa planctónica, la E.coli artificial detectó y mató a las Pseudomonas y ha demostrado una reducción del 99% en las células viables. Se ha demostrado una reducción del 90% en biopelículas de la P.aeruginosa más virulentas y más resistentes a los antibióticos. Los resultados parecen prometedores para estudios futuros en modelos animales. Los ingenieros piensan afinar el diseño de su E.coli para que suministre una mayor cantidad de piocina, antes de avanzar con los modelos animales. También esperan poder ampliar su estrategia antimicrobiana novedosa para incluir a otros patógenos como el Vibrio cholerae y el Helicobacter pylori. Parece que ya se dio la señal de partida para la batalla entre las bacterias.
El trabajo fue publicado en la revista Molecular Systems Biology
Mediante la inserción de fragmentos de ADN en la E.coli, la cepa diseñada de la bacteria produce piocina S5, una proteína tóxica que mata a las cepas de P. aeruginosa. Las piocinas son producidas por la misma P. aeruginosa para competir con su propia especie, por lo que son antibióticos específicos de la especie.
Mateo Chang y su equipo también diseñaron su cepa de E. coli de manera de que libere la piocina sólo cuando se detecte la bacteria P. aeruginosa. Ellos explotaron la cascada de señalización química de la P. aeruginosa y desarrollaron su E. coli de tal manera que sólo liberara piocinas al detectar las señales químicas que las Pseudomonas se envían entre sí.
Se sabe que la P. aeruginosa coloniza el tracto respiratorio y gastrointestinal y puede causar infecciones mortales en pacientes inmunosuprimidos. Esta bacteria también es resistente a muchos antibióticos y es una de las principales causas bacterianas de las infecciones hospitalarias. Los autores escribieron que tenían la intención de desarrollar una estrategia antimicrobiana novedosa y poco convencional que no dependa de los antibióticos actuales.
Probada en la P. aeruginosa planctónica, la E.coli artificial detectó y mató a las Pseudomonas y ha demostrado una reducción del 99% en las células viables. Se ha demostrado una reducción del 90% en biopelículas de la P.aeruginosa más virulentas y más resistentes a los antibióticos. Los resultados parecen prometedores para estudios futuros en modelos animales. Los ingenieros piensan afinar el diseño de su E.coli para que suministre una mayor cantidad de piocina, antes de avanzar con los modelos animales. También esperan poder ampliar su estrategia antimicrobiana novedosa para incluir a otros patógenos como el Vibrio cholerae y el Helicobacter pylori. Parece que ya se dio la señal de partida para la batalla entre las bacterias.
El trabajo fue publicado en la revista Molecular Systems Biology