El INTA desarrolla bioinsecticidas contra el dengue y el mal de Chagas

Técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) crearon dos bioinsecticidas especiales para combatir a los insectos que transmiten el dengue y el mal de Chagas, sin presentar riesgos para la salud humana. Utilizaron bacterias y hongos entomopatógenos, que enferman y eliminan al vector.

Técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) crearon dos bioinsecticidas especiales para combatir a los insectos que transmiten el dengue y el mal de Chagas, sin presentar riesgos para la salud humana. Utilizaron bacterias y hongos entomopatógenos, que enferman y eliminan al vector.

Además de su inocuidad, estos bioplaguicidas probaron una efectividad del 98 por ciento para combatir a los insectos que transmiten esas enfermedades: el mosquito Aedes aegypti y la vinchuca, y compiten en precio y calidad con productos importados. Este desarrollo de técnicos del Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola (Imyza) del Inta Castelar −Buenos Aires− contó con el apoyo financiero de la Fundación ArgenInta, que aportó 275 mil dólares. "El objetivo fue desarrollar un bioinsecticida con la utilización de insumos que sean más baratos y puedan competir con los importados", dijo el director del Imyza, Roberto Lecuona, quien explicó que este producto hecho a escala nacional costaría alrededor de 90 pesos por litro, la mitad de lo que se abona actualmente por su equivalente extranjero. Los bioinsecticidas creados por el INTA se basaron en bacterias y hongos entomopatógenos, microorganismos que enferman y eliminan al vector.

En esta línea, el descubrimiento de bacterias entomopatógenas del género Bacillus marcó el camino para cerrar el avance del dengue, del que el Ministerio de Salud de la Nación reportó 5.164 casos confirmados por laboratorio en lo que va del presente año. El uso y abuso de insecticidas químicos podría causar graves daños en el ecosistema, como la contaminación de acuíferos y la afectación de todos los organismos vivos; de ahí, la importancia de contar con un bioinsecticida inocuo para la salud humana. "Recordemos que es un bioinsecticida que se pulverizaría sobre los bancos de agua para matar las larvas del mosquito y no el mosquito adulto, y esto hace que el ciclo biológico del mosquito se corte", indicó el director del Imyza.

Su rápida acción letal tiene lugar entre 24 y 48 horas, "con registros de efectividad comprendidos entre el 95 y el 98 por ciento", señaló Lecuona.

También el Imyza experimenta en otros insumos microbiológicos, como biofertilizantes y biofunguicidas, y ya desarrolló formulaciones químicas contra la mosca doméstica, la hormiga y la garrapata. Los experimentos realizados en condiciones simuladas de campo indicaron una excelente eficiencia de control inmediato y muy adecuada persistencia.

Planta piloto.

Por otra parte, con estos antecedentes a muy corto plazo los investigadores consideran que podrían desarrollar otro insecticida que permita combinar el control de Aedes con el de otras especies, como así también a los vectores de gran importancia en la transmisión de otras arbovirosis, como los de la malaria. "Desde el Inta estamos mejorando nuestra pequeña planta piloto para que sirva de trampolín para el desarrollo de nuevos productos", comentó Lecuona, y añadió que, en el caso de las vinchucas, el microorganismo que actúa no es una bacteria sino un hongo.