Los biocombustibles y la sustitución del petróleo

Licenciado en Ciencias Biológicas y coordinador de laboratorios de la UNLa, Guillermo Guirín aclara algunas cosas acerca de los principales temas vinculados con biocombustibles: investigación sobre biomasa, la necesidad de un uso responsable de la energía y las consecuencias ambientales de su abuso.

Licenciado en Ciencias Biológicas y coordinador de laboratorios de la UNLa, Guillermo Guirín aclara algunas cosas acerca de los principales temas vinculados con biocombustibles: investigación sobre biomasa, la necesidad de un uso responsable de la energía y las consecuencias ambientales de su abuso. 

¿Cómo se mide la importancia de la sustitución del petróleo por los biocombustibles?
Los biocombustibles se desarrollaron de forma significativa como respuesta a las recurrentes crisis energéticas que ocurren a nivel mundial, al elevado costo del petróleo y a las limitadas reservas mundiales de dicho combustible. A través del uso de biocombustibles se sustituye una fuente de energía fósil por una sustentable. De esta manera se reduce la presencia de sustancias contaminantes y se contribuye de manera favorable a la problemática del efecto invernadero y de la lluvia ácida.

¿Cómo colabora esta investigación en la búsqueda de la materia prima más eficiente para la generación de biocombustibles, así como de los mejores métodos para la obtención de éstos? 
Los biocombustibles más usados y desarrollados son el bioetanol y el biodiesel.
El bioetanol se obtiene a partir de maíz, sorgo, caña de azúcar, remolacha, o de algunos cereales como el trigo o la cebada. El biodiesel se fabrica a partir de aceites vegetales que pueden provenir de la soja, el girasol o el colza, entre otros. 


El uso de cultivos para la producción de biocombustibles puede traer consecuencias poco favorables para el ambiente, ya que podría destruir espacios naturales. Por otro lado, puede producirse un efecto de competencia entre la producción de biocombustibles y la de alimentos.
La investigación plantea una mejora en la generación de biocombustibles, ya que propone métodos químico-biológicos para la producción de etanol a partir de desechos agroindustriales y no a partir de cultivos. 


Los desechos agroindustriales son desperdicios orgánicos que quedan luego de utilizar cierta materia prima para la elaboración de un producto. Los mismos pueden provenir de distintas fuentes y se desechan por su bajo o nulo contenido energético. Nosotros, en este proyecto, utilizamos el bagazo de manzana y pera, proveniente de la industria juguera. Por lo tanto, el mayor desafío consistía en no gastar más energía de la que se producía. En este punto, se probaron varias alternativas hasta encontrar un proceso biológico con unas levaduras, capaces de destruir esta lignina en sustratos atacables por levaduras más comunes como la Saccharomyces cereviciae. Pero el desafío era utilizar desechos agroindustriales para no consumir alimentos, produciendo un reciclado de materia orgánica que además produce energía (positiva), aunque sea con mayor trabajo. 


El bagazo de manzana y pera viene de las jugueras, luego de ser exprimidas al máximo y sólo queda este desecho que únicamente sirve para fermentar, como se hizo en esta investigación. 

¿Cuáles son los principales objetivos de esta investigación?
El objetivo principal es el de encontrar una manera energéticamente ventajosa de obtener bioetanol a partir de sustratos muy difíciles de atacar biológicamente. Para eso probamos diferentes métodos químicos de atacar al sustrato para luego atacarlo biológicamente y así obtener etanol. Atacarlo químicamente implica un gasto energético, por lo tanto el balance total de energía tiene que ser favorable.
De esta manera, estaríamos usando material inútil como el bagazo y así obtenemos el etanol. 

¿Por qué considera usted que algunos sectores son reticentes a la utilización de biocombustibles?
Algunos sectores de la sociedad piensan que la utilización de biocombustibles fomenta una competencia con los cultivos destinados a la alimentación, perjudicando tanto a otros sectores de la producción primaria (como por ejemplo aquellos encargados de la producción de bovinos de carne) como a las industrias agroalimentarias y a los consumidores finales. Esto podría provocar una menor oferta de alimentos, que en contraposición de una alta demanda ocasionaría un aumento del precio de los mismos. Pero justamente, nosotros tratamos de demostrar que es posible obtener bioetanol a partir de desechos como el bagazo de manzana y pera.


Por otro lado, algunos sectores ecologistas de la sociedad son reticentes a la utilización de biocombustibles ya que el “boom” que ocasionó su aparición puede ser tal que se destinen tierras a su producción exclusivamente, acabando con espacios verdes y tierras dedicadas a la agricultura y ganadería. Si esto fuera así, nosotros compartimos esta idea, por eso nos dedicamos a la utilización de desechos.