La investigadora Raquel Chan disertó en el Ciclo de Conferencias 'Fronteras en Ciencias Biológicas' organizadas por el IBR

El grupo de investigación de la doctora Chan, perteneciente al Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (IAL), en la ciudad de Santa Fe, estudia las bases moleculares de la adaptación de las plantas a condiciones medioambientales desfavorables. El grupo de investigación de la doctora Chan, perteneciente al Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (IAL), en la ciudad de Santa Fe, estudia las bases moleculares de la adaptación de las plantas a condiciones medioambientales desfavorables.

La charla en el IBR se focalizó en sus últimos hallazgos en el tema, lo que le ha valido a lo largo de su trayectoria científica la presentación de 8 solicitudes de patentes internacionales, algunas de ellas ya concedidas.

Si se tiene en cuenta que más de una tercera parte del planeta está cubierta por suelos no aptos para los cultivos, el equipo de investigadores liderado por Chan, puede haber contestado la “pregunta del millón”: cómo hacer para que las plantas sean tolerantes a condiciones adversas como la sequía, la alta radiación solar, la salinidad, la falta de nutrientes, la carencia de hierro y otros factores a los que los biólogos aplican el rótulo común de “estrés ambiental”. “El conocimiento sobre la estructura y función de ciertos genes nos permitió generar herramientas biotecnológicas para el mejoramiento de cultivos y comprender parte de la diversidad de respuestas que las plantas despliegan para afrontar situaciones desfavorables”, afirma la doctora Chan, en diálogo con el IBR.

Como corolario de estos estudios, los científicos obtuvieron plantas transgénicas capaces de crecer y multiplicarse incluso cuando se encuentren sometidas a condiciones de grave estrés ambiental que puedan ser letales para una planta común. Semillas de soja, maíz y trigo transgénicas, tecnología “made in Argentina”, dentro de muy poco se comercializarán para su siembra, asegura la investigadora, distinguida con el diploma al mérito en Biotecnología el año pasado por la Fundación Konex, justamente por estos logros.

La venta se lanzará en todo el mundo, a través de la empresa BIOCERES, gerenciadora de la licencia y quien ya ha realizado una alianza estratégica entre otros con China, uno de los principales compradores a nivel mundial. “Para vender toneladas de semillas para siembra, se necesitaron empresas que introdujeron esta tecnología en sus propias plantas y ahora las tienen que multiplicar para generar semillas de venta” – comenta Chan y agrega- “primero saldrá la semilla de soja y maíz”. La misma tecnología en el trigo requerirá de más tiempo debido a las complicaciones que acarrea el tamaño de su genoma”.

¿Cómo avizora la agrobiotecnología en el país?
La buena agrobiotecnología parte de una buena ciencia básica, por eso es importante seguir impulsando la generación de conocimiento. En el país hay buena ciencia básica, hecha en Institutos como este, hay grupos de plantas de referencia. Rosario es un ejemplo, Mar del Plata, La Plata, Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba. Estos grupos van a sumar conocimiento de buena calidad, que puede o no ser aplicado. No siempre se generará una patente, pero siempre solo del conocimiento básico surgirá algo aplicado.

¿Cómo vislumbra la producción de alimentos a nivel mundial y la demanda?
El gran desafío que se nos presenta es de qué manera alimentar a una población que aumenta exponencialmente; una de las claves es optimizar los cultivos en regiones de bajo rendimiento, expandir la frontera agrícola en zonas de poco provecho, por los suelos o el clima, pero hay lugares en donde no se va a poder sembrar, en el Sahara no va a crecer nada aunque riegues.

Los transgénicos serían la mejor tecnología que tenemos en estado de conocimiento para generar mejores cultivos hasta hoy, pero por otro lado aparecen los grupos radicalizados que están en contra por estar en contra y es muy difícil sentarse a dialogar cuando no razonan. Hay que sentarse y discutir las mejores soluciones, no hay motivos para pensar que los transgénicos sean malos. Es necesaria la intervención política para su solución, para el bien del planeta, y de sus habitantes y la población humana es la que tiene privilegio. La biodiversidad hay que mantenerla siempre y cuando podamos mantener a la población humana en condiciones dignas.

¿Qué lugar le otorga a la biodiversidad?
Sin dudas se debería disminuir la tala de árboles y reforestar en algunos lugares, para eso también sirve la biotecnología. Y a la vez, hay dos realidades que se tienen que definir políticamente, alimentar a la población, dinero que necesita el país y la ecología, hay que pensar en el futuro, hay que buscar un equilibrio. No podés deforestar todo porque sería un caos, ni podés dejar de comer, sino van a comer los ricos solamente. Buscar ese equilibrio no es fácil. Hay que producir más en regiones cultivables, sin deforestar, partir las regiones en lugares que habitualmente se siembre pero mal.

Los cultivos existen desde la prehistoria, el hombre ha sido primitivo, cuando empieza el desarrollo de la agricultura el objetivo es la subsistencia, como dije hay que tener un equilibrio, cuidar la biodiversidad pero dar de comer, porque tener una biodiversidad pero a la gente muerta de hambre tampoco va a servir. Tienen que intervenir distintos actores, políticos, ecologistas, biotecnólogos, agrónomos.