Valor agregado a la industria cárnica

Científicos del INTI trabajan en el desarrollo y la implementación de técnicas para obtener proteínas –péptidos y aminoácidos– con propiedades funcionales aplicables a alimentos saludables. Científicos del INTI trabajan en el desarrollo y la implementación de técnicas para obtener proteínas –péptidos y aminoácidos– con propiedades funcionales aplicables a alimentos saludables.

En el marco de un convenio bilateral con China, técnicos del Centro INTI-Carnes se ocupan de la extracción de péptidos y aminoácidos a partir de subproductos cárnicos (hueso y sangre).

“El objetivo del proyecto es extraer componentes valiosos para la industria, como son los péptidos y aminoácidos de huesos y sangre, para incrementar su valor y desarrollar productos que hasta el momento se importan”, explica el doctor Iván Rousseau, miembro del Centro INTI-Carnes y referente del proyecto en Argentina.

Los resultados de esta primera parte del proyecto fueron positivos: lograron obtener péptidos con capacidad antihipertensiva, antioxidante y antimicrobiana mediante la utilización de la biotecnología enzimática.

Estos componentes fueron extraídos exitosamente, tanto del hueso como de la sangre de vacunos, a partir de un trabajo en conjunto con el Centro INTI-Biotecnología Industrial, que cuenta con una planta diseñada para trabajar en un amplio rango de procesos destinado a diversas aplicaciones como la elaboración de aditivos para alimentos.

Actualmente, estos subproductos de la industria cárnica son comercializados a bajo costo, desperdiciando compuestos con alto valor agregado.

Las harinas de hueso y sangre contienen una proporción considerable de proteínas pero sólo una pequeña parte es utilizada en la industria alimentaria. Una gran cantidad se utiliza como fertilizante y otra proporción importante es directamente descartada.

Aplicaciones


Los huesos y sangre vacuna sufren un proceso de degradación enzimática para lograr un hidrolizado proteico rico en péptidos y aminoácidos. Estos hidrolizados se hacen visibles en forma de polvo liofilizado y son utilizables como ingredientes en la formulación de alimentos funcionales.

Durante los últimos años, este tipo de complementos cobraron popularidad como “alimentos saludables”, ya que la adición de componentes, como hierro y antioxidantes, mejoran la calidad de vida de quienes los consumen. Estos agregados también pueden ser aplicados en dietas enterales, es decir, consumidas a través de sondas por aquellas personas que no pueden digerir alimentos, ya que los hidrolizados tienen alta capacidad de absorción intestinal; como así también en alimentos balanceados para mascotas con problemas digestivos.

Transferencia tecnológica

Una vez finalizada la etapa de investigación y desarrollo, el paso siguiente será la transferencia tecnológica a las industrias nacionales que comercializan los subproductos cárnicos. El INTI podrá brindarles las herramientas tecnológicas para desarrollar un producto comercializable de alto valor agregado.

Argentina exporta a bajo costo la materia prima para fabricar estos compuestos y luego debe importarlos de países que ya aplican mecanismos de extracción y comercialización. Aquí radica la importancia de este desarrollo para la industria local, ya que el país cuenta con el capital humano y tecnológico necesario para comenzar a desarrollar productos nacionales.