La biotecnología con sello local hace su aporte al negocio global

La Argentina es el segundo productor mundial de biocombustibles y la creciente demanda mundial pone a esta producción como eje de un negocio de alta rentabilidad. Según las últimas estimaciones sectoriales, este mercado a nivel mundial movilizó alrededor de 18.000 millones de dólares en 2011 y prevé escalar a 71.000 millones en una década. La Argentina es el segundo productor mundial de biocombustibles y la creciente demanda mundial pone a esta producción como eje de un negocio de alta rentabilidad. Según las últimas estimaciones sectoriales, este mercado a nivel mundial movilizó alrededor de 18.000 millones de dólares en 2011 y prevé escalar a 71.000 millones en una década.
 
En este marco se inscribe la puesta en marcha de la empresa rosarina Keclon, que se enfocará en la generación de enzimas para mejorar la calidad, eficiencia y los costos de producción del biodiesel de origen vegetal. Keclon es la primera empresa argentina de biotecnología que recibió una inversión de 600 mil dólares provenientes de fondos de capital emprendedor. Nacida por una demanda específica de la propia industria de los biocombustibles, y ubicada en el epicentro de una región líder en la producción de biodiesel como es Rosario, la firma rosarina además llega para confirmar que es posible unir el mundo empresario con el académico.

Los creadores de Keclon establecieron un acuerdo de cooperación investigación y desarrollo con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y con la Universidad Nacional de Rosario (UNR).

Durante la presentación de la empresa -que se realizó la semana pasada en Buenos Aires- el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, Lino Barañao, resaltó el papel que deben ocupar las empresas y el sector académico. En ese sentido, destacó que “ni es el rol de la universidad convertirse en empresa, ni es rol de la empresa hacer la investigación de alto riesgo que eventualmente conduzca a algo que pueda tener un rédito económico”.

“Hoy sabemos que para que la información se convierta en bienes y servicios necesitamos el capital y que la información pura o el conocimiento puro sin un capital es inútil. La academia y la empresa tienen roles complementarios”, dijo.

Keclon está liderada por un equipo de emprendedores y científicos reconocidos internacionalmente y con gran experiencia en todos los aspectos de la investigación, desarrollo de negocios biotecnológicos y comercialización, como el Hugo Menzella, investigador de Conicet en la Universidad Nacional de Rosario (UNR); Leandro Vetcher, fundador y CEO de Green Pacific Biologicals, Salvador Peirú, científico de la UNR y Conicet, y Sebastián Bernales, investigador en la Fundación de Ciencia y Vida de Chile (FCV) y Director de I+D, en Medivation, Inc.

La firma cuenta con la participación de emprendedores en biotecnología y de inversores de capital emprendedor de renombre, entre los que se destacan el científico chileno Pablo Valenzuela, pionero de la biotecnología industrial, cofundador de Chiron Corporation y actual presidente de la Fundación Ciencia para la Vida; el Fondo AxVentures-Pymar liderado por su fundador y socio gerente Lisandro Bril; y Eduardo Ergas, empresario chileno, con inversiones en empresas globales innovadoras en energías renovables.

Bril destacó la participación del chileno Valenzuela -a quien calificó como el Maradona de la biotecnología- y también que formen parten del proyecto el IBR y la UNR. “Es una garantía de que las cosas se van hacer bien”, dijo y adelantó que “en dos años estaría listo el prototipo industrial para luego hacer la planta (que produzca las enzimas) en la región de Rosario”.

En los próximos dos años Keclon, que funcionará por ahora en la Facultad de Bioquímica de la UNR, se dedicará al desarrollo de nuevas enzimas para la producción de biodiesel. Arranca la etapa de conseguir desarrollar el prototipo industrial que les permitirá escalar en la producción de las enzimas y si todo sale como está planeado en 24 meses se anunciaría la puesta en marcha de una planta para llevar adelante la producción y lanzar el producto al mercado argentino, y luego al brasilero. La proyección es expandirse a Estados Unidos, India y Alemania.

La firma utilizará ingeniería genética, biología sintética y técnicas de evolución dirigida, para generar enzimas nuevas y mejoradas para reducir significativamente los costos de producción y proveer biodiesel de alta calidad.