Identifican origen genético y geográfico del maní cultivado

Investigadores del Instituto de Botánica del Nordeste han establecido el origen geográfico del maní cultivado, así como el origen genético de este cultivo de importancia nacional e internacional. La investigación permite avanzar en planes de mejoramiento y conservación del germoplasma del cultivo.
Esta investigación da continuidad al liderazgo de investigadores de la UNNE en el estudio del Maní. El Instituto de Botánica del Nordeste fue pionero en el estudio taxonómico y citogenético de este cultivo así como en especies relacionadas, y desde 2001 se incorporó una nueva línea de investigación en genética y citogenética molecular.

Esta nueva línea de investigación, surgió con tres objetivos principales: identificar el origen genético y geográfico del maní; identificar especies silvestres más afines al maní cultivado para incorporarlas más eficientemente a planes de premejoramiento y mejoramiento genético; e identificar mecanismos de diferenciación genómica en el género.

Tras años de estudio, el grupo de trabajo ha logrado encontrar las especies silvestres que dieron origen al maní cultivado y localizar el centro de origen geográfico más probable del mismo, comentó el doctor José Guillermo Seijo, uno de los responsables del proyecto científico.

Según los resultados de estudios de marcadores cromosómicos, genómicos y de ADN, el maní cultivado, “es un alotetrapoide” es decir un híbrido interespecífico con cromosomas duplicados con una constitución genómica caracterizada como AABB.

Estos resultados indican, según explicó Seijo, que el maní cultivado es descendiente de dos especies, que el grupo de trabajo del IBONE ha podido identificar precisamente como A. duranensis (AA) y A. ipaënsis (BB).

En ese sentido, a través de una técnica de análisis de ADN de cloropasto, se concluyó que A. duranensis (AA) es el parental materno más probable del maní cultivado y a través de marcadores nucleares se ha establecido que A. ipaënsis es el parental paterno. Además, ambos marcadores de ADN indican que todas las variedades botánicas del cultivo habrían tenido un origen único.

En cuanto al origen geográfico del maní cultivado, se han determinado precisamente no solamente las especies, sino las poblaciones que le dieron origen. Actualmente, las mismas se localizan en un área restringida del Noroeste Argentino y del sur de Bolivia.

Los datos indican que fue en la región citada donde se “ha domesticado” este cultivo, y que las diferentes razas cultivadas habrían surgido como consecuencia de selección artificial para caracteres específicos y de adaptaciones a diferentes agroecosistemas surgidas durante el proceso de domesticación.

Este proceso se habría iniciado hace más de 4000 años y habría sido llevado a cabo por los pueblos originarios de aquella región.

“Conocer el origen genético y geográfico del maní nos permite realizar planes más racionales de premejoramiento y mejoramiento genético tendientes a la transferencia de genes de interés agronómico desde las especies silvestres a la cultivada, así como establecer estrategias de conservación in situ y ex situ de las especies de Arachis más próximas, entre otras tantas posibilidades científicas” resaltó Seijo.

En este sentido, el grupo científico hizo una redefinición genómica de las especies de la sección Arachis, identificando a aquellas con genoma “A” y “B” como las más promisorias para utilizar en la incorporación de características de especies silvestres al maní cultivado. Esto significa mejorar características productivas del maní cultivado transfiriéndole genes de especies silvestres que contengan las características buscadas.

Por otra parte, en el proyecto científico, los investigadores del IBONE pudieron identificar algunas de las causas que conducen a la diferenciación en la información genética de las especies del género Arachis. Los resultados obtenidos por el grupo indican que esta diferenciación no habría ocurrido a nivel de genes, sino a nivel de secuencias de ADN repetitivo.

“Todos estos resultados de análisis cromosómicos y genómicos nos sirven como base para avanzar en posteriores estudio tendientes a la mejora de las especies cultivadas, y a un estudio más profundo de los sistemas genéticos de las mismas” refirió Seijo.

Esta línea de investigación esta siendo desarrollada por diversos docentes investigadores de la UNNE y del CONICET, los doctores Guillermo Seijo, Graciela Lavia, Germán Robledo, los ingenieros agrónomos Aveliano Fernández, Antonio Krapovickas, y los becarios de postgrado, las licenciadas Marina Grabiele y Alejandara Ortiz, y los bioquímicos Sebastian Samoluk y Diego Carísimo.

La investigación inicialmente estuvo financiada por la Comunidad Europea y luego por el CGIAR (Consultative Group for Internacional Agronomical Research) y posteriormente por Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT), y la Secretaría General de Ciencia y Técnica de la UNNE.