Ya funciona el laboratorio de genética y biotecnología de peces en el Acuario de Rosario

Se trabaja en el cultivo y la conservación de especies autóctonas. Hacen estudios moleculares perfilados a la selección y fortalecimiento de especímenes como el pacú, la boga y el pejerrey.

Mientras se definen los aspectos técnicos y económicos que hacen al inicio de las obras de reconversión del Acuario de Rosario, en el predio emplazado en el Parque Alem, ya funciona el laboratorio de genética y biotecnología de peces.

El secretario de Estado de Ciencia, Tecnología e Innovación del Gobierno de Santa Fe, David Asteggiano, adelantó la puesta en funcionamiento del laboratorio que apunta al cultivo y la conservación de especies autóctonas, tales como el pacú, la boga y el pejerrey. La propuesta persigue la idea de brindar herramientas para los criadores de peces y conocer el impacto de la sobrepesca en el río Paraná, con el objetivo mejorar y transferir los conocimientos para potenciar la producción.

En este sentido, Asteggiano apuntó: “El laboratorio cuenta con un espacio para los tanques de especímenes, sala de alimentos, sala de experimentación y depósito de peces en cuarentena, donde los científicos se aseguran de que los nuevos ejemplares no estén enfermos y contagien al resto. Nuestro objetivo es reproducir peces autóctonos que tengan determinadas cualidades: alto crecimiento, buena carne y tolerancia al frío”. Por su parte, el funcionario mencionó la posibilidad que tienen los rosarinos de seguir de cerca este tipo de trabajos y destacó: “El laboratorio está en funcionamiento y, mediante visitas programadas, todos pueden conocer de cerca la propuesta innovadora que hemos desarrollado”.

En otro orden, en lo que respecta al proceso de remodelación de las instalaciones del acuario, Asteggiano dijo que está en proceso de estudio de las propuestas técnicas y económicas para adjudicar las obras lo antes posible. El proyecto incluye un nuevo edificio inspirado en los acuarios modernos y el tratamiento integral del espacio abierto a partir de la creación de un parque público, un parque autóctono y un paseo ribereño.

El nuevo acuario comprende unas 2,5 hectáreas y el edificio, unos 3.500 m2 cubiertos. Será un espacio no sólo para la observación y la recreación, sino también para la generación de conocimiento científico, la divulgación pedagógica de la biodiversidad autóctona y la toma de conciencia en el cuidado del medio ambiente.