Biocombustibles. El compromiso de comenzar a cambiar
En la Universidad Nacional de La Plata,, la doctora en Química Patricia Vázquez investiga los biodiesel. Una forma de tomar en serio el cambio climático.
Allá por mediados del siglo XIX, el filósofo inglés John Stuart Mill lanzó una advertencia que pocos oyeron: "¿Por qué la gente quiere tener más de lo que le hace falta?". En esta reflexión se escondía algo más que una simple cuestión materialista y de consumo: se escondía la sospecha de que el crecimiento no podía ser infinito, sino que en algún momento iba a colapsar la tierra. "Esta nueva tendencia, que se denomina ecología industrial, tiene que ver con el objetivo de tomar las materias primas, tanto naturales como ya elaboradas, y combinarlas tanto en el proceso propiamente dicho, el producto final y el residuo", introduce Patricia Vázquez, doctora en Química e investigadora independiente del Conicet en el laboratorio Cindeca, de la UNLP.
Un cambio en la actitud y en las costumbres es la base fundamental para poder dar inicio a transformaciones significativas. "Las cosas pasan porque hay un desorden social y una inequidad muy grande. Una de las cosas es que el cambio tiene que ser individual, pero es bastante resistido. Esto tiene que ver con la enseñanza y, de vuelta, con la equidad. Es decir yo estoy bien, pero si hay tantos que están mal, tendré que posicionarme desde algún punto para que no haya tanta gente que esté mal. Desde ese punto, la ecología industrial busca no dejar residuos".
Es en esta discusión, y en el gran problema del cambio climático, que se da la investigación sobre biocombustibles. "Desde hace muchos años hay una tendencia que se llama ciencia de la sostenibilidad, que intenta que los polos industriales estén unidos los unos a los otros y que los residuos de una sean convertidos en materia prima para que alguna otra industria inicie su proceso. Esto que se llama tecnología del residuo cero", grafica Vázquez. La producción de biocombustibles se inserta en esta lógica de reducción de residuos y reutilización de los desechos como materia prima para un nuevo proceso.
La combustión del biodiesel genera casi un 70% menos de dióxido de carbono (CO2) que la proveniente de combustibles fósiles. "Entonces, al haber una disminución tan grande de emisiones de CO2 a la atmósfera, respecto del diesel que viene del fósil, lo que hace es entrar en el ciclo de una simbiosis natural", detalla la profesora. El beneficio comparativo de los biocombustibles por sobre el diesel común es que no sólo son ecológicos, sino también rentables. "Es absolutamente posible llevar adelante este cambio porque las reacciones químicas se miden por rendimiento. Y por un litro de aceite usado, por un litro de aceite vegetal, se obtiene entre un 85% y un 90% de rendimiento de biodiesel. Es decir, es redituable porque la reacción tiene una selectividad muy alta y un rendimiento muy alto. Además, no tenés gasto energético en la producción. Es decir, no es una cuestión de dinero, sino de decisiones políticas".
El fantasma de la producción que trae la hambruna
El argumento que muchos suelen usar para dar por tierra la posibilidad de sintetizar biocombustibles es oponer la plantación agrícola para alimentación o para la producir
biocombustibles. "Lo cierto es que no hay necesidad de competir porque en los desechos que quedan, en las mismas hojas, en los tallos del maíz, se puede triturar y sale aceite. De hecho es lo que hacen, desde hace muchísimos años la gente de campo", sostiene la doctora en Química Patricia Vázquez. "América Latina es un ejemplo de reserva, tanto de petróleo como de agua. Es un lugar donde hay mucha materia prima para la biomasa. Y ésta es la que le da el origen al biocombustible", sintetiza.
Otto Diesel creó motores ecológicos a biocombustible
El cambio de actitud frente a la problemática ambiental no es tarea sencilla. Tiene que ver no sólo con lo social y lo académico, sino también con lo económico. "Digamos que esto no es nuevo. Otto Diesel, cuando crea el motor a diesel, lo hace para que ande con aceites vegetales, no para que ande con diesel proveniente del petróleo. Pero por una razón económica, comenzaron a usarlo con combustibles fósiles", relata Patricia Vázquez. investigadora independiente del Conicet. "Entonces, una de las cosas era que los motores tuvieron que ir cambiando y ahora, los más viejos, no pueden utilizar el biodiesel, porque es un solvente muy fuerte para algunas gomas, por decirlo así. Pero los autos nuevos sí lo pueden usar. A partir de 2000, más o menos, todo lo que son las juntas de un motor de combustión interna, andan bien. Y, para mejorar los resultados, están los catalizadores de tres vías que llevan los autos nuevos. Esos catalizadores toman todos los óxidos que por la combustión interna se producen y, eliminan. a la atmósfera, vapores de agua. Son los autos que llaman híbridos, porque son amigables con el medio ambiente, porque no
contaminan", asegura Vázquez.