Usan bacterias de lecha materna para prevenir alergias
Buscan crear un alimento infantil que mejore las defensas de los niños que no fueron amamantados. Científicos del Conicet aislaron y cultivaron bacterias presentes en la leche materna en procura de adicionarlas a un producto maternizado que mejore el sistema inmunológico de los lactantes
Buscan crear un alimento infantil que mejore las defensas de los niños que no fueron amamantados. Científicos del Conicet aislaron y cultivaron bacterias presentes en la leche materna en procura de adicionarlas a un producto maternizado que mejore el sistema inmunológico de los lactantes.
Una leche infantil con esa característica puede favorecer el desarrollo de la flora intestinal del lactante para que sea similar a la de los niños que se alimentan exclusivamente de pecho, de manera de reducir riesgos de alergias y enfermedades gastrointestinales. Las fórmulas que existen actualmente en el mercado no contienen bacterias de leche materna, salvo una que se comercializa en España, adicionada con lactobacilos. "Nosotros aislamos bifidobacterias, que son microorganismos anaerobios y obtuvimos buenos resultados al controlar que siguieran vivas para incorporarlas al producto lácteo con la capacidad de ejercer su propiedad, explicó Florencia Zacarías, una de las autoras del estudio.
Tras la caracterización tecnológica, el equipo de investigadores evalúa ahora la funcionalidad y seguridad para comenzar los ensayos con animales "a fin de comprobar si la fórmula mejora el sistema inmune. "En ratones, encontramos que hay efecto estimulador en la mucosa intestinal; los que recibieron por diez días la leche con bifidobacterias tuvieron aumento significativo de las células productoras de inmunoglobulina A, que forman parte de la defensa inmunológica de la mucosa intestinal", detalló.
La leche materna no es estéril, sino que posee bacterias que la madre transfiere al bebé para ayudar a su desarrollo inmunológico. El equipo de investigadores -integrado además por Ana Binetti, Gabriel Vinderola y Jorge Reinheimer, del INLAIN, y Marcelo Laco, del Instituto Médico de la Mujer- pudo comprobar que las bacterias resisten la digestión, gracias a un ensayo in vitro que simula todo el proceso que ocurre desde que se ingiere el alimento hasta que llega al intestino."En los ensayos de laboratorio -dijo-, las bifidobacterias de la leche materna mostraron buena resistencia para llegar al intestino viables y en cantidad suficiente".
El procedimiento comenzó con la obtención de manera séptica de leche materna en el Centro Médico de la Mujer, en la ciudad de Santa Fe. Luego siguieron "los cultivos a partir de las muestras para buscar las que nos interesaban, bifidobacterias y lactobacilos, tras lo cual pasamos a la etapa de identificación, en la que aislaron e identificaron cepas de bifidobacterias", relató Zacarías. La becaria contó que las cepas fueron sometidas luego a imitaciones del proceso tecnológico y a la producción en mayor escala, "sin que aparecieran problemas. "Suspendimos esa leche en agua caliente a 40 o 50 grados centígrados, que es la temperatura a la que los pediatras recomiendan preparar las mamaderas, y hubo buena viabilidad", indicó.
Los investigadores obtuvieron resultados satisfactorios al imitar la preparación de una mamadera con la leche en polvo en la que habían secado las bifidobacterias. Estas "tampoco disminuyeron su viabilidad en un entorno muy ácido como es el del estómago, al ser simulada in vitro la digestión gastrointestinal. Los investigadores observaron que, tras suspenderlas en leche, secarlas y rehidratarlas, aún subsistía un importante número de bacterias.