Desarrollan una nueva vacuna contra la brucelosis bovina
Un grupo de científicos argentinos desarrolló una nueva vacuna, llamada Delta-pgm, para el control de la brucelosis bovina, una enfermedad que representa el segundo problema de sanidad ganadera más importante en el país.
Un grupo de científicos argentinos desarrolló una nueva vacuna, llamada Delta-pgm, para el control de la brucelosis bovina, una enfermedad que representa el segundo problema de sanidad ganadera más importante en el país.
Luego de un largo proceso de investigación, que demandó 15 años de trabajo, un grupo de científicos argentinos desarrolló una nueva vacuna, llamada Delta-pgm, para el control de la brucelosis bovina, una enfermedad que representa el segundo problema de sanidad ganadera más importante en el país, luego de la aftosa, y que también afecta a las personas.
El proyecto se encuentra en su última etapa de evaluación, a la espera de ser aprobado por el Senasa para su comercialización. Mientras tanto, se continúan haciendo pruebas en animales para mejorar los resultados.
"Estamos en la recta final de un camino largo y exitoso", consideraron los doctores Diego Comerci y Juan Ugalde.
Comerci y Ugalde, junto con Cecilia Cziberner, forman parte del equipo de trabajo que desarrolló la vacuna. Los científicos fueron liderados por el doctor Rodolfo Ugalde, del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas-Instituto Tecnológico de Chascomús (IIB-INTECH), del Conicet y de la Universidad Nacional de San Martín, y además de estas entidades, recibieron financiamiento de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y de inversores privados.
Recientemente, la iniciativa también fue premiada con U$S 25.000 por el Programa de Apoyo al Desarrollo Científico Tecnológico, impulsado por la empresa DuPont y el Conicet. "Es un incentivo para continuar con las investigaciones y obtener resultados más consistentes, ya que cada prueba de vacunos demanda unos 100.000 dólares", explicó Comerci.
Según los investigadores, la brucelosis afecta al ganado bovino y causa abortos prematuros. Además, se contagia a humanos, por el contacto que pueden establecer criadores, tamberos o veterinarios con los animales, o consumidores con productos lácteos no pasteurizados. La enfermedad en personas no es letal, pero sí crónica y debilitante.
"En los inicios de la investigación, queríamos comprender los mecanismos moleculares que usa la bacteria para causar la enfermedad.
Hace 10 años empezamos a caracterizar este gen (el PGN), y comenzamos la investigación que arrojó los resultados actuales", apuntó Ugalde.
"En este proceso aprendimos a desarticular la bacteria, su capacidad de ser patógena. Queríamos crear una nueva vacuna, atenuada, que produce inmunidad en el animal", agregó.
Hoy existe una vacuna en el mercado, la S-19, pero de acuerdo con los científicos, presenta algunas desventajas: "Posee cierto grado de peligrosidad para los humanos y no se puede usar en animales adultos (sólo en terneras de seis meses), con lo cual se reduce el nivel de protección en adultos. Además, es necesario hacer un manejo especial de los animales al hacer un diagnóstico", detallaron, según informó Agrodiario en base a una publicación de Clarín.
"El producto ideal consistía en crear una vacuna inocua, que confiera protección, que pueda ser usada en animales jóvenes y adultos, que permitiera dar refuerzos y que no generara problemas en el diagnóstico", afirmaron, y estas tres características son las que poseería esta nueva vacuna. "En las pruebas logramos un 88% de pariciones normales, contra un 65% que se obtienen con la vacuna tradicional", dijeron.
La vacuna se desarrolló entre 1999 y 2002. Las pruebas de laboratorio se realizaron hasta principios de 2008, cuando se realizaron los primeros ensayos preclínicos mediante los cuales se testea la vacuna en el organismo donde se debe aplicar para combatir la enfermedad.
"Ya tenemos otros tres lotes con 80 animales vacunados, que en un año y medio darán nuevos resultados. Ahora viene una etapa de docencia con el sector industrial y con los productores, que llevará por lo menos dos años más, hasta llegar al mercado", se alentaron.
Luego de un largo proceso de investigación, que demandó 15 años de trabajo, un grupo de científicos argentinos desarrolló una nueva vacuna, llamada Delta-pgm, para el control de la brucelosis bovina, una enfermedad que representa el segundo problema de sanidad ganadera más importante en el país, luego de la aftosa, y que también afecta a las personas.
El proyecto se encuentra en su última etapa de evaluación, a la espera de ser aprobado por el Senasa para su comercialización. Mientras tanto, se continúan haciendo pruebas en animales para mejorar los resultados.
"Estamos en la recta final de un camino largo y exitoso", consideraron los doctores Diego Comerci y Juan Ugalde.
Comerci y Ugalde, junto con Cecilia Cziberner, forman parte del equipo de trabajo que desarrolló la vacuna. Los científicos fueron liderados por el doctor Rodolfo Ugalde, del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas-Instituto Tecnológico de Chascomús (IIB-INTECH), del Conicet y de la Universidad Nacional de San Martín, y además de estas entidades, recibieron financiamiento de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y de inversores privados.
Recientemente, la iniciativa también fue premiada con U$S 25.000 por el Programa de Apoyo al Desarrollo Científico Tecnológico, impulsado por la empresa DuPont y el Conicet. "Es un incentivo para continuar con las investigaciones y obtener resultados más consistentes, ya que cada prueba de vacunos demanda unos 100.000 dólares", explicó Comerci.
Según los investigadores, la brucelosis afecta al ganado bovino y causa abortos prematuros. Además, se contagia a humanos, por el contacto que pueden establecer criadores, tamberos o veterinarios con los animales, o consumidores con productos lácteos no pasteurizados. La enfermedad en personas no es letal, pero sí crónica y debilitante.
"En los inicios de la investigación, queríamos comprender los mecanismos moleculares que usa la bacteria para causar la enfermedad.
Hace 10 años empezamos a caracterizar este gen (el PGN), y comenzamos la investigación que arrojó los resultados actuales", apuntó Ugalde.
"En este proceso aprendimos a desarticular la bacteria, su capacidad de ser patógena. Queríamos crear una nueva vacuna, atenuada, que produce inmunidad en el animal", agregó.
Hoy existe una vacuna en el mercado, la S-19, pero de acuerdo con los científicos, presenta algunas desventajas: "Posee cierto grado de peligrosidad para los humanos y no se puede usar en animales adultos (sólo en terneras de seis meses), con lo cual se reduce el nivel de protección en adultos. Además, es necesario hacer un manejo especial de los animales al hacer un diagnóstico", detallaron, según informó Agrodiario en base a una publicación de Clarín.
"El producto ideal consistía en crear una vacuna inocua, que confiera protección, que pueda ser usada en animales jóvenes y adultos, que permitiera dar refuerzos y que no generara problemas en el diagnóstico", afirmaron, y estas tres características son las que poseería esta nueva vacuna. "En las pruebas logramos un 88% de pariciones normales, contra un 65% que se obtienen con la vacuna tradicional", dijeron.
La vacuna se desarrolló entre 1999 y 2002. Las pruebas de laboratorio se realizaron hasta principios de 2008, cuando se realizaron los primeros ensayos preclínicos mediante los cuales se testea la vacuna en el organismo donde se debe aplicar para combatir la enfermedad.
"Ya tenemos otros tres lotes con 80 animales vacunados, que en un año y medio darán nuevos resultados. Ahora viene una etapa de docencia con el sector industrial y con los productores, que llevará por lo menos dos años más, hasta llegar al mercado", se alentaron.
