Estudios genéticos para conservar el algarrobo blanco
Investigadores llevan a cabo la selección de los mejores ejemplares para conservar su material hereditario, aplicado a futuras plantaciones.
Investigadores llevan a cabo la selección de los mejores ejemplares para conservar su material hereditario, aplicado a futuras plantaciones. Gran parte de la superficie territorial de la provincia de Santiago del Estero es semiárida y posee la presencia de asentamientos humanos en desfavorable situación socioeconómica. Sin embargo, en estas regiones existen recursos forestales de gran valor para el consumo humano, representado por el género Prosopis (algarrobo blanco que comprende varias especies del mismo). “De manera permanente este árbol es perseguido por la motosierra. La ejecución de este proyecto surgió como respuesta al clamor de los investigadores de todo el país, para resguardar este recurso genético importantísimo de nuestro suelo argentino. Además, esto permite responder a las demandas de recursos en material leñoso y no leñoso para el aprovechamiento que el hombre puede realizar de éste”, afirma el investigador Carlos López, director del proyecto.
Es por ello que el estudio tiene como meta rescatar y conservar la mayor variabilidad genética posible de Prosopis alba (algarrobo blanco) y Prosopis hassleri (otra especie de algarrobo blanco que se encuentra específicamente en Formosa) de la región chaqueña argentina, que comprende principalmente las provincias de Santiago del Estero, Salta, Chaco y Formosa. Además se intenta, mediante la realización de recombinaciones genéticas de dichos árboles, contribuir a mejorar la productividad forestal. Es decir, se pretende evaluar cuáles son las mejores especies de este género, reunirlas, para luego proveer una semilla mejorada en el futuro.
Con este fin, se conserva el material genético de las mejores especies arbóreas y se estudia su estructura hereditaria. Este componente se guarda para su preservación en un banco de germoplasma -que es un ámbito de almacenamiento de las semillas con bajo contenido de humedad y en frío- que permite su conservación por muchos años. Simultáneamente, se efectúan investigaciones de campo para evaluar la estructura genética de las poblaciones de algarrobos y estudiar si hay diferencias entre distintas procedencias de estos árboles en toda el área de distribución analizada. La evaluación de estos experimentos se realiza con mediciones directas de diferentes rasgos de los algarrobos, esto es, diámetros, alturas, densidad básica de la madera, cantidad y calidad del fruto y de azúcares, para identificar a los mejores especímenes. Finalmente, se hace un ranking de los más aptos, los cuales son elegidos para formar la segunda generación en el proceso de mejoramiento.
En la actualidad el proyecto está en la etapa del establecimiento, medición y evaluación de los estudios de las progenies, es decir, de las generaciones arbóreas. Hasta el momento, se realizó la clasificación de los árboles muestreados, que consiste en la determinación de los rasgos taxonómicos de sus hojas y frutos. También se llevaron a cabo clasificaciones morfológicas, las cuales asocian la forma que tienen los organismos estudiados con respecto a los estándares que están descriptos para la región del parque chaqueño. Asimismo, se confirmó que los grupos morfológicos son ecotipos, es decir, subpoblaciones de este árbol genéticamente diferenciados, que están restringidos a un hábitat específico, es decir, un ambiente particular o un ecosistema definido con límites de tolerancia a los factores ambientales.
Es por ello que el estudio tiene como meta rescatar y conservar la mayor variabilidad genética posible de Prosopis alba (algarrobo blanco) y Prosopis hassleri (otra especie de algarrobo blanco que se encuentra específicamente en Formosa) de la región chaqueña argentina, que comprende principalmente las provincias de Santiago del Estero, Salta, Chaco y Formosa. Además se intenta, mediante la realización de recombinaciones genéticas de dichos árboles, contribuir a mejorar la productividad forestal. Es decir, se pretende evaluar cuáles son las mejores especies de este género, reunirlas, para luego proveer una semilla mejorada en el futuro.
Con este fin, se conserva el material genético de las mejores especies arbóreas y se estudia su estructura hereditaria. Este componente se guarda para su preservación en un banco de germoplasma -que es un ámbito de almacenamiento de las semillas con bajo contenido de humedad y en frío- que permite su conservación por muchos años. Simultáneamente, se efectúan investigaciones de campo para evaluar la estructura genética de las poblaciones de algarrobos y estudiar si hay diferencias entre distintas procedencias de estos árboles en toda el área de distribución analizada. La evaluación de estos experimentos se realiza con mediciones directas de diferentes rasgos de los algarrobos, esto es, diámetros, alturas, densidad básica de la madera, cantidad y calidad del fruto y de azúcares, para identificar a los mejores especímenes. Finalmente, se hace un ranking de los más aptos, los cuales son elegidos para formar la segunda generación en el proceso de mejoramiento.
En la actualidad el proyecto está en la etapa del establecimiento, medición y evaluación de los estudios de las progenies, es decir, de las generaciones arbóreas. Hasta el momento, se realizó la clasificación de los árboles muestreados, que consiste en la determinación de los rasgos taxonómicos de sus hojas y frutos. También se llevaron a cabo clasificaciones morfológicas, las cuales asocian la forma que tienen los organismos estudiados con respecto a los estándares que están descriptos para la región del parque chaqueño. Asimismo, se confirmó que los grupos morfológicos son ecotipos, es decir, subpoblaciones de este árbol genéticamente diferenciados, que están restringidos a un hábitat específico, es decir, un ambiente particular o un ecosistema definido con límites de tolerancia a los factores ambientales.