Nuevas herramientas para cuidar la salud de los cultivos locales
La producción de alimentos tiene una rentabilidad creciente. Para protegerla, investigadores de la Universidad Nacional de La Plata emplean modernas herramientas biotecnológicas para identificar hongos, virus y bacterias causantes de las enfermedades de los cultivos.
La producción de alimentos tiene una rentabilidad creciente. Para protegerla, investigadores de la Universidad Nacional de La Plata emplean modernas herramientas biotecnológicas para identificar hongos, virus y bacterias causantes de las enfermedades de los cultivos.
"La tecnología actual permite determinar enfermedades de los vegetales con gran precisión. Seguir diagnosticándolas solamente por los síntomas, equivaldría a ejercer la medicina sin hacer ecografías o tomografías. Muchas veces los síntomas de patologías diferentes son similares, pero las medidas que deben aplicarse para controlarlas son distintas", afirma el doctor Pedro Balatti, director del CIDEFI (Centro de Investigaciones de Fitopatología), perteneciente a la facultad de Ciencias Agrarias de la UNLP. Este centro tiene un servicio de diagnóstico de enfermedades que brinda asesoramiento, entre otros, a productores del importante cinturón florihortícola de La Plata. Los cultivos más redituables en esta zona son los tomates, los pimientos (o ajíes) y las flores. Entre los principales causantes de problemas sanitarios se encuentran los virus, y el CIDEFI utiliza modernas herramientas biotecnológicas para su detección.
"Un método rápido y eficaz es el ensayo ELISA (Enzime Linked Immuno sorbent Assay)", explica Balatti, quien es investigador de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires. "Consiste en poner en contacto material extraído de una planta (hojas, savia, etc.) con anticuerpos para un cierto virus. Si la planta está infectada con ese virus, los anticuerpos se unen a él. Utilizando reactivos especiales con enzimas puede determinarse cuántos anticuerpos se unieron a los virus y conocer el grado de infección".
Alerta por virus. Si es necesario, el ELISA se complementa con estudios del ADN viral. Las semillas que se comercializan tienen resistencia genética a ciertas enfermedades, pero puede ocurrir que el virus haya mutado, burlando las defensas del vegetal, o que haya otro virus en la zona cultivada, contra el cual no tiene resistencia.
En nuestra región se han detectado enfermedades virales que afectan a pimientos. "Actualmente en nuestro centro estamos identificando los distintos virus que producen sintomatologías semejantes, a fin de ayudar a hacer diagnósticos más certeros y aplicar las medidas de control correctas", destacó la ingeniera agrónoma Elena DalBó. El CIDEFI publicará en breve un manual que ayudará a los profesionales a reconocer sobre el terreno las enfermedades de tomates y ajíes.
Estar preparados a afrontar un problema de infección de los cultivos antes de que aparezca es la mejor medida de prevención. La llamada "mosca blanca" que se ha propagado hacia el sur desde América Central, es un vector de los "Geminivirus" que suelen afectar a los cultivos de hortalizas. El CIDEFI detectó estos virus al analizar tomates provenientes del noreste de nuestro país. Y aunque los ejemplares de moscas blancas encontrados en la región no parecen ser portadores de Geminivirus, los investigadores alertan a los productores sobre la necesidad de tomar precauciones para evitar esta enfermedad.
Los análisis de ADN se usan también para identificar hongos y bacterias. "El aumento de cultivos en invernaderos ha incrementado las enfermedades causadas por hongos. Entre ellas, el 'moho de la hoja' provoca grandes pérdidas a las plantaciones de tomate", dice la ingeniera agrónoma Lía Ronco. "Encontramos que las respuestas a la aplicación de fungicidas son erráticas y nuestros estudios biomoleculares mostraron que hay variabilidad genética del hongo". Los investigadores están aislando variedades de este hongo presentes en el país y ya han caracterizado un número importante de ellas con marcadores moleculares. Están reproduciendo semillas de tomate de genética "modelo" para identificar en las plantas las distintas "razas" del hongo. Así se podrá establecer la vulnerabilidad de los cultivos comerciales frente a cada una de ellas.
La tecnología y la experiencia del CIDEFI se utilizan también para identificar las plagas que afectan a otros cultivos como los de flores, cereales o frutales. Como se están introduciendo nuevas plantas de valor comercial en el país, los investigadores reciben nuevas consultas y deben estudiar los microorganismos específicos que las atacan. Entre otras, están analizando patologías de cultivos de soja, kiwi, arándano y jatrofa (planta con la que se produce biodiesel).
"Si se generalizara el uso de la tecnología de análisis disponible actualmente, se podría garantizar a los productores que las semillas o plantas que introducen en sus cultivos están libres de enfermedades. El único obstáculo es el costo, pero si se trata de especies que tienen un alto valor comercial, esta tecnología podría ser rentable", asevera Balatti.
Fuente: doctora Irene A. Maier (CIC)
"La tecnología actual permite determinar enfermedades de los vegetales con gran precisión. Seguir diagnosticándolas solamente por los síntomas, equivaldría a ejercer la medicina sin hacer ecografías o tomografías. Muchas veces los síntomas de patologías diferentes son similares, pero las medidas que deben aplicarse para controlarlas son distintas", afirma el doctor Pedro Balatti, director del CIDEFI (Centro de Investigaciones de Fitopatología), perteneciente a la facultad de Ciencias Agrarias de la UNLP. Este centro tiene un servicio de diagnóstico de enfermedades que brinda asesoramiento, entre otros, a productores del importante cinturón florihortícola de La Plata. Los cultivos más redituables en esta zona son los tomates, los pimientos (o ajíes) y las flores. Entre los principales causantes de problemas sanitarios se encuentran los virus, y el CIDEFI utiliza modernas herramientas biotecnológicas para su detección.
"Un método rápido y eficaz es el ensayo ELISA (Enzime Linked Immuno sorbent Assay)", explica Balatti, quien es investigador de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires. "Consiste en poner en contacto material extraído de una planta (hojas, savia, etc.) con anticuerpos para un cierto virus. Si la planta está infectada con ese virus, los anticuerpos se unen a él. Utilizando reactivos especiales con enzimas puede determinarse cuántos anticuerpos se unieron a los virus y conocer el grado de infección".
Alerta por virus. Si es necesario, el ELISA se complementa con estudios del ADN viral. Las semillas que se comercializan tienen resistencia genética a ciertas enfermedades, pero puede ocurrir que el virus haya mutado, burlando las defensas del vegetal, o que haya otro virus en la zona cultivada, contra el cual no tiene resistencia.
En nuestra región se han detectado enfermedades virales que afectan a pimientos. "Actualmente en nuestro centro estamos identificando los distintos virus que producen sintomatologías semejantes, a fin de ayudar a hacer diagnósticos más certeros y aplicar las medidas de control correctas", destacó la ingeniera agrónoma Elena DalBó. El CIDEFI publicará en breve un manual que ayudará a los profesionales a reconocer sobre el terreno las enfermedades de tomates y ajíes.
Estar preparados a afrontar un problema de infección de los cultivos antes de que aparezca es la mejor medida de prevención. La llamada "mosca blanca" que se ha propagado hacia el sur desde América Central, es un vector de los "Geminivirus" que suelen afectar a los cultivos de hortalizas. El CIDEFI detectó estos virus al analizar tomates provenientes del noreste de nuestro país. Y aunque los ejemplares de moscas blancas encontrados en la región no parecen ser portadores de Geminivirus, los investigadores alertan a los productores sobre la necesidad de tomar precauciones para evitar esta enfermedad.
Los análisis de ADN se usan también para identificar hongos y bacterias. "El aumento de cultivos en invernaderos ha incrementado las enfermedades causadas por hongos. Entre ellas, el 'moho de la hoja' provoca grandes pérdidas a las plantaciones de tomate", dice la ingeniera agrónoma Lía Ronco. "Encontramos que las respuestas a la aplicación de fungicidas son erráticas y nuestros estudios biomoleculares mostraron que hay variabilidad genética del hongo". Los investigadores están aislando variedades de este hongo presentes en el país y ya han caracterizado un número importante de ellas con marcadores moleculares. Están reproduciendo semillas de tomate de genética "modelo" para identificar en las plantas las distintas "razas" del hongo. Así se podrá establecer la vulnerabilidad de los cultivos comerciales frente a cada una de ellas.
La tecnología y la experiencia del CIDEFI se utilizan también para identificar las plagas que afectan a otros cultivos como los de flores, cereales o frutales. Como se están introduciendo nuevas plantas de valor comercial en el país, los investigadores reciben nuevas consultas y deben estudiar los microorganismos específicos que las atacan. Entre otras, están analizando patologías de cultivos de soja, kiwi, arándano y jatrofa (planta con la que se produce biodiesel).
"Si se generalizara el uso de la tecnología de análisis disponible actualmente, se podría garantizar a los productores que las semillas o plantas que introducen en sus cultivos están libres de enfermedades. El único obstáculo es el costo, pero si se trata de especies que tienen un alto valor comercial, esta tecnología podría ser rentable", asevera Balatti.
Fuente: doctora Irene A. Maier (CIC)