Hongos en la soja: investigan para mejorar su detección
Un hongo es el responsable de diversas enfermedades que afectan a los cultivos de soja de la región causando importantes pérdidas económicas. Investigadores de la UNL estudian cómo identificar al microorganismo de manera temprana.
Un hongo es el responsable de diversas enfermedades que afectan a los cultivos de soja de la región causando importantes pérdidas económicas. Investigadores de la UNL estudian cómo identificar al microorganismo de manera temprana.
El clima cálido y húmedo del litoral es una de las condiciones que favorecen la producción agraria, pero también el ámbito ideal para la aparición de hongos y sus enfermedades relacionadas. Uno de los microorganismos más comunes e importantes actualmente es el denominado Cercospora kikuchii, responsable de las llamadas “enfermedades de final de ciclo”. Investigadores de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) están desarrollando un método con el que pretenden detectar de manera anticipada la presencia del hongo en los cultivos de soja. Se trata del diseño de estrategias tecnológicas que permiten obtener buenos resultados en el control de la enfermedad. “Los ensayos ELISA son sensibles y específicos, además permiten un diagnóstico rápido y acertado de las enfermedades. Su mayor ventaja reside en que para su aplicación no se necesita personal con alta capacitación, infraestructura especial y tampoco equipamiento demasiado sofisticado", afirmó María Gabriela Latorre Rapela, docente e investigadora del Laboratorio de Microbiología General de la FBCB. Hasta la fecha no se conocen equipos de este tipo para detectar la presencia del hongo. Por este motivo, en la actualidad la herramienta más común de prevención para el control es la aplicación de fungicidas en los campos cultivados. Los investigadores de la FBCB trabajan en conjunto con expertos de la Facultad de Ciencias Agrarias (FCA ) de la UNL. A su vez, el grupo de agrónomos pertenece al programa Red de información de Interés Agronómica (RIIA), y se encarga de monitorear las cosechas de soja en la parte centro y norte de la provincia; las clasifican, y envían las plantas afectadas al laboratorio. “Lo primero que hacemos es estudiar el hongo, ya que se conoce poco acerca de sus características poblacionales en la soja de la zona. A partir de las muestras que recibimos, aislamos el hongo y analizamos las características genotípicas (estudio de la variabilidad genética mediante el uso de marcadores moleculares) y fenotípicas (estudio de las características morfológicas - color, pigmento y esporulación, entre otros)” contó Latorre. Las enfermedades de fin ciclo (EFC) son unas de las más frecuentes en los cultivos de soja. Ocasionan un gran deterioro en la calidad de la oleaginosa y disminuye su rendimiento. Uno de los principales problemas ligados a estas enfermedades es que los síntomas se manifiestan de forma visible recién en etapas intermedias o avanzadas de la reproducción, cercanas al momento de la cosecha. La Cercospora kikuchii es un fitopatógeno que produce EFC como el tizón de la hoja o la mancha púrpura en la semilla. Este microorganismo está ampliamente distribuido a nivel mundial y tiene una alta prevalencia en el territorio de Santa Fe y el resto de la región agroproductiva del país. La relevancia socioeconómica de estas enfermedades hizo que el trabajo de investigación de María Gabriela Latorre Rapela fuera reconocido por la Asociación Argentina de Micología. “La originalidad del proyecto reside en que uno de los objetivos es tratar de lograr una detección precoz de este tipo de hongo en la planta, para poder controlar las enfermedades que produce y disminuir las mermas”, dijo la investigadora.
El clima cálido y húmedo del litoral es una de las condiciones que favorecen la producción agraria, pero también el ámbito ideal para la aparición de hongos y sus enfermedades relacionadas. Uno de los microorganismos más comunes e importantes actualmente es el denominado Cercospora kikuchii, responsable de las llamadas “enfermedades de final de ciclo”. Investigadores de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) están desarrollando un método con el que pretenden detectar de manera anticipada la presencia del hongo en los cultivos de soja. Se trata del diseño de estrategias tecnológicas que permiten obtener buenos resultados en el control de la enfermedad. “Los ensayos ELISA son sensibles y específicos, además permiten un diagnóstico rápido y acertado de las enfermedades. Su mayor ventaja reside en que para su aplicación no se necesita personal con alta capacitación, infraestructura especial y tampoco equipamiento demasiado sofisticado", afirmó María Gabriela Latorre Rapela, docente e investigadora del Laboratorio de Microbiología General de la FBCB. Hasta la fecha no se conocen equipos de este tipo para detectar la presencia del hongo. Por este motivo, en la actualidad la herramienta más común de prevención para el control es la aplicación de fungicidas en los campos cultivados. Los investigadores de la FBCB trabajan en conjunto con expertos de la Facultad de Ciencias Agrarias (FCA ) de la UNL. A su vez, el grupo de agrónomos pertenece al programa Red de información de Interés Agronómica (RIIA), y se encarga de monitorear las cosechas de soja en la parte centro y norte de la provincia; las clasifican, y envían las plantas afectadas al laboratorio. “Lo primero que hacemos es estudiar el hongo, ya que se conoce poco acerca de sus características poblacionales en la soja de la zona. A partir de las muestras que recibimos, aislamos el hongo y analizamos las características genotípicas (estudio de la variabilidad genética mediante el uso de marcadores moleculares) y fenotípicas (estudio de las características morfológicas - color, pigmento y esporulación, entre otros)” contó Latorre. Las enfermedades de fin ciclo (EFC) son unas de las más frecuentes en los cultivos de soja. Ocasionan un gran deterioro en la calidad de la oleaginosa y disminuye su rendimiento. Uno de los principales problemas ligados a estas enfermedades es que los síntomas se manifiestan de forma visible recién en etapas intermedias o avanzadas de la reproducción, cercanas al momento de la cosecha. La Cercospora kikuchii es un fitopatógeno que produce EFC como el tizón de la hoja o la mancha púrpura en la semilla. Este microorganismo está ampliamente distribuido a nivel mundial y tiene una alta prevalencia en el territorio de Santa Fe y el resto de la región agroproductiva del país. La relevancia socioeconómica de estas enfermedades hizo que el trabajo de investigación de María Gabriela Latorre Rapela fuera reconocido por la Asociación Argentina de Micología. “La originalidad del proyecto reside en que uno de los objetivos es tratar de lograr una detección precoz de este tipo de hongo en la planta, para poder controlar las enfermedades que produce y disminuir las mermas”, dijo la investigadora.