Cuando las plantas se vuelven fábricas
La biotecnología saltó a la fama en la Argentina cuando se aplicó al mejoramiento de cultivos tradicionales en el país, como la soja y el maíz. Pero esta ciencia cuenta con un amplio campo de acción y el Consejo Argentino para la Información y el Desarrollo de la Biotecnología (Argenbio) presentó algunas de las líneas de investigación que actualmente se están realizando por fuera de la agricultura.
La biotecnología saltó a la fama en la Argentina cuando se aplicó al mejoramiento de cultivos tradicionales en el país, como la soja y el maíz. Pero esta ciencia cuenta con un amplio campo de acción y el Consejo Argentino para la Información y el Desarrollo de la Biotecnología (Argenbio) presentó algunas de las líneas de investigación que actualmente se están realizando por fuera de la agricultura. Uno de estos campos tiene que ver con el desarrollo de plásticos biodegradables, es decir, que pueden ser transformados en sustancias simples por la acción de organismos vivos, y ser así eliminados del medio ambiente. Una buena noticia para los más chicos: en un futuro no muy lejano algunas vacunas inyectables serán reemplazadas por vacunas que se comen. Se trata de vacunas contenidas en frutas u hortalizas, y que al ingerirlas en estos alimentos protegen contra determinadas enfermedades. Esto es posible gracias a la biotecnología vegetal, que permite no sólo mejorar los cultivos y los alimentos sino también producir en las plantas compuestos que nada tienen que ver con éstas. Actualmente se están ensayando en humanos vacunas comestibles contra el cólera (en papa), rabia (en espinaca) y hepatitis B (en lechuga), entre otras. Otros proyectos incluyen el uso de bananas, tomates y arroz. También los animales se podrán beneficiar con esta tecnología, tal es el caso de la alfalfa modificada genéticamente para proteger al ganado de la fiebre aftosa. La increíble y perfecta arquitectura de una telaraña llama la atención por la calidad de las diferentes fibras que la forman, de un milésimo de milímetro, son muy elásticas y más resistentes que una fibra de nylon o acero de igual diámetro. Es por eso que los científicos están investigando cómo usar estas fibras para fabricar, por ejemplo, hilo quirúrgico, microconductores y fibras ópticas. Inclusive, como las telas hechas con estas fibras resultan muy livianas, podrían aplicarse a la fabricación de chalecos antibalas y ropa deportiva.