La sustancia de un árbol sería efectiva contra el herpes
Permitiría tratar la queratitis estromal. La versión purificada de la meliacina, una sustancia obtenida de las hojas del árbol del paraíso, ha mostrado en ratones ser capaz de curar la queratitis estromal herpética, una enfermedad ocular producida por el virus Herpes simplex , que en el hombre ocasiona úlceras en la córnea y es la primera causa de trasplante de córnea en el mundo.
Permitiría tratar la queratitis estromal. La versión purificada de la meliacina, una sustancia obtenida de las hojas del árbol del paraíso, ha mostrado en ratones ser capaz de curar la queratitis estromal herpética, una enfermedad ocular producida por el virus Herpes simplex , que en el hombre ocasiona úlceras en la córnea y es la primera causa de trasplante de córnea en el mundo. El producto que ha sido ensayado con éxito por el equipo que dirige la doctora Laura Alché, profesora en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA (Fceyn), tiene una doble función: inhibe la multiplicación de los virus y tiene acción antiinflamatoria. "Cuando el virus ingresa en el organismo, establece una infección latente y, periódicamente, ante distintos estímulos como la luz ultravioleta o el estrés, vuelve al sitio de la primera infección, y comienza a replicarse, produciendo nuevamente la enfermedad. Las sucesivas recurrencias pueden producir ceguera", afirma Alché, también investigadora del Conicet. En colaboración con el doctor Alejandro Berra, de la Facultad de Medicina de la UBA, los investigadores probaron el compuesto en un modelo animal que reproduce la enfermedad del ser humano. "Luego de inocular el virus en la córnea de los ratones, observamos que, al aplicar la meliacina en los días 1, 2 y 3 después de la infección, los animales no se enfermaban -relata Alché-. En otro grupo de animales aplicamos el producto en los días 4, 5 y 6, luego de inocular el virus, y vimos que tampoco se desarrollaba la enfermedad." Los investigadores infirieron que la meliacina no sólo inhibe la multiplicación viral, sino que también posee actividad antiinflamatoria. Porque el virus se multiplica en el ojo del animal los primeros días de la infección, y luego migra hacia otro sitio del organismo, alrededor del día 4 o 5. Lo que aparece en esos días es la respuesta inflamatoria. Los resultados fueron publicados en Experimental Eye Research . Un árbol milenario Disponer de una molécula que reúna las dos propiedades optimiza el tratamiento, porque hoy día esas infecciones se tratan con antivirales, que inhiben la multiplicación viral, y con corticoides, que reducen la inflamación y el dolor. Pero los corticoides tienen un efecto contraproducente: estimulan la multiplicación viral. Desde hace más de veinte años, en el laboratorio de virología de Exactas se estudian los extractos de las hojas del paraíso ( Melia azedarach ), del cual se obtuvo la meliacina y también una molécula purificada, designada con la sigla CDM (por su nombre químico). Este árbol, oriundo de Asia, se ha utilizado durante siglos en la medicina oriental debido a los beneficios observados en el uso de extractos de las hojas y de otras partes de la planta (los frutos son tóxicos). En 1982, la doctora Celia Coto, profesora de la Fceyn y fundadora del laboratorio de virología, describió por primera vez las propiedades antivirales de extractos obtenidos de la raíz del este árbol. El compuesto CDM fue probado con diferentes virus para medir su efecto e indagar los mecanismos involucrados. "Este compuesto tiene un efecto pleiotrópico, es decir, induce, en forma simultánea, una serie de respuestas diferentes: por un lado, frena o impide la producción de proteínas virales imprescindibles para la replicación viral; por otro lado, posee una acción inmunomoduladora", dice la doctora Andrea Barquero, investigadora del Conicet y miembro del equipo. Para estudiar el mecanismo de acción, las investigadoras apuntaron a un factor de transcripción, denominado NF-kB, que es clave en el control de la respuesta natural frente a los patógenos, promoviendo la inflamación. Como piratas de las células, muchos virus tienen una acción sobre el NF-kB, por ejemplo, para controlar la apoptosis (muerte celular programada). Pueden inhibirla, y así lograr que la célula se mantenga viva para poder multiplicarse. Pero un virus también puede inducir la apoptosis cuando, una vez que se multiplicó, debe romper la célula para salir de ella. El NF-kB reside en el citoplasma celular en estado inactivo. Ante la llegada de un virus como el herpes o de moléculas pro inflamatorias, viaja de inmediato al núcleo, donde se une al ADN y dispara la síntesis de diferentes productos. Las investigadoras determinaron que el compuesto purificado (CDM) actúa sobre ese factor y, en consecuencia, podría estar afectando la síntesis de aquellas proteínas que desencadenan la respuesta inflamatoria. Disponer de este compuesto no significa contar ya con la terapia contra la enfermedad, pues serán necesarios todavía numerosos estudios clínicos. Por el momento, los investigadores siguen trabajando para desentrañar los mecanismos de acción.