Falleció el Doctor Enrique Belocopitow
Fue un pionero de la divulgación científica en la Argentina El domingo 7 de enero falleció en la ciudad de Buenos Aires, a los 80 años, el doctor Enrique Belocopitow, director y creador del Programa de Divulgación Científica y Técnica y de la Agencia de Noticias Científicas y Tecnológicas Argentina del Instituto Leloir, luego de varios días de internación a consecuencia de una neumonía severa.
Fue un pionero de la divulgación científica en la Argentina El domingo 7 de enero falleció en la ciudad de Buenos Aires, a los 80 años, el doctor Enrique Belocopitow, director y creador del Programa de Divulgación Científica y Técnica y de la Agencia de Noticias Científicas y Tecnológicas Argentina del Instituto Leloir, luego de varios días de internación a consecuencia de una neumonía severa. Enrique Belocopitow era químico egresado de la UBA y llegó a ser Investigador Principal de la Carrera del Investigador Científico del CONICET. Ingresó al entonces Instituto de Investigaciones Bioquímicas Fundación Campomar, actual Fundación Instituto Leloir, en el año 1958, cuando la institución se mudó a la casa de Obligado y Monroe. Allí trabajó junto al doctor Luis Federico Leloir, con quien hizo su tesis de doctorado, para luego dirigir el Laboratorio de Regulación del Metabolismo de Glicoproteínas, donde se dedicó a investigar sobre el metabolismo de los azúcares. A comienzos de la década de 1980, cuando ya la institución estaba instalada en su actual sede de Patricias Argentinas 435, Belocopitow mostró cada vez más preocupación por comunicar a la sociedad en su conjunto el resultado del trabajo de los investigadores. Fue así como, con el apoyo del doctor Leloir, siempre abierto a nuevas experiencias, tuvo la iniciativa de crear el Programa de Divulgación Científica y Técnica, con el objetivo central de formar profesionales universitarios en divulgación científica y producir notas para los medios de comunicación de todo el país. Desde entonces, se dedicó de lleno a esa tarea con enorme tesón, energía, y el mismo espíritu inquisitivo que había puesto en la investigación, aplicado al universo de los medios de comunicación, que él reconocía le eran -en principio- desconocidos. Con esfuerzo, logró el apoyo de algunas instituciones, lo que le permitió en los años siguientes otorgar más de 70 becas para formar comunicadores especializados en ciencia, muchos de los cuales trabajan en la actualidad en medios y organizaciones vinculadas con ese quehacer, como así también desarrollar un curso anual de formación en periodismo científico, que desde 1986 a la fecha capacitó a más de mil profesionales. Su incansable prédica con los editores de diarios y revistas a fin de lograr espacio para la difusión de la ciencia, y con los investigadores, para que tomaran conciencia de la importancia de trasmitir sus conocimientos a la sociedad -que mantuvo superando dificultades de salud hasta sus últimos días- permitió a quienes pasaron por el Programa de Divulgación Científica publicar en estos años más de 40 mil artículos de divulgación. El último proyecto que impulsó en este sentido fue la Agencia de Noticias Científicas y Tecnológicas Argentina (Agencia CyTA), la primera del país y una de las pocas de América Latina en su tipo, que puso en funcionamiento en febrero de 2006 y a la que le dedicó sus últimos esfuerzos, casi hasta el día en que lo venció el combate final con la enfermedad. Los logros de Enrique Belocopitow, pionero en el campo de la divulgación científica argentina, fueron muy numerosos para resumirlos en estas líneas. No menos importante fue el haber conseguido contagiar a quienes trabajaron a su lado la pasión por ampliar el horizonte del conocimiento. Estaba casado con su inseparable compañera Sofía L?Eveque, con quien tuvo dos hijos, Silvia y Pablo.