Estudio argentino allana el camino para desarrollar trigos resistentes a la roya
Investigadores del INTA identificaron genes que protegen al cultivo frente a un patógeno que causa pérdidas de rendimiento estimadas en un 5-10%.
Investigadores del INTA identificaron genes que protegen al cultivo frente a un patógeno que causa pérdidas de rendimiento estimadas en un 5-10%.
La roya de la hoja es una de las enfermedades más importantes del cultivo de trigo en Argentina, provocando pérdidas de rendimiento estimadas en un 5-10% de la producción y un impacto económico que en promedio supera los 100 millones de U$D anuales.
Ahora, científicos del Centro de Investigación en Ciencias Veterinarias y Agronómicas (CICVyA) del INTA Castelar lograron identificar combinaciones de genes que confieren resistencia durable al trigo frente al hongo causante de esa enfermedad, Puccinia triticina. “La caracterización genética y molecular de genes de resistencia a roya de la hoja del trigo, particularmente de aquellos provenientes de variedades con resistencia durable, constituye un aporte significativo para mejorar la competitividad del cultivo”, afirmó a la Agencia CyTA-Leloir la principal autora del estudio, la doctora María José Diéguez, investigadora del Instituto de Genética “Ewald A. Favret” (IGEAF) del CICVyA.
Diéguez y sus colegas estudiaron las bases genéticas de variedades de trigo que se comportan como resistentes a la roya de hoja durante largos periodos de tiempo en el gran cultivo, incluyendo Sinvalocho MA, El Gaucho, Buck Manantial y Buck Poncho. Como resultado, identificaron nuevos genes de resistencia, entre ellos el Lrc-SV2, estudiaron su modo de acción individual y combinados, los localizaron en el genoma y desarrollaron marcadores asociados que permiten su incorporación en los programas de mejoramiento. El siguiente paso, dijeron, es la elaboración de mapas genéticos de alta resolución con el objetivo del clonado para determinar su secuencia de ADN y estudiar su mecanismo de acción.
“La utilización de genes de resistencia en el desarrollo de nuevas variedades de trigo aporta no solo seguridad de cosecha, sino también sustentabilidad, ya que elimina o reduce el uso de agroquímicos”, indicó Diéguez, quien integra el grupo de royas de los cereales que lidera el Ingeniero Agrónomo Francisco Sacco en el IGEAF. “Representa una de las formas más económicas y de menor impacto ambiental para el control de las enfermedades en plantas”, añadió.
Del estudio también participaron Lorena Ingala, Romina Cuyeu, María Fernanda Pergolesi, Marisol Dabove, Mariana Kandus y Gustavo Rosero Yañez, integrantes del equipo del Ing Sacco en el centro de investigaciones del INTA.
Investigadores del INTA identificaron genes que protegen al cultivo frente a un patógeno que causa pérdidas de rendimiento estimadas en un 5-10%.
La roya de la hoja es una de las enfermedades más importantes del cultivo de trigo en Argentina, provocando pérdidas de rendimiento estimadas en un 5-10% de la producción y un impacto económico que en promedio supera los 100 millones de U$D anuales.
Ahora, científicos del Centro de Investigación en Ciencias Veterinarias y Agronómicas (CICVyA) del INTA Castelar lograron identificar combinaciones de genes que confieren resistencia durable al trigo frente al hongo causante de esa enfermedad, Puccinia triticina. “La caracterización genética y molecular de genes de resistencia a roya de la hoja del trigo, particularmente de aquellos provenientes de variedades con resistencia durable, constituye un aporte significativo para mejorar la competitividad del cultivo”, afirmó a la Agencia CyTA-Leloir la principal autora del estudio, la doctora María José Diéguez, investigadora del Instituto de Genética “Ewald A. Favret” (IGEAF) del CICVyA.
Diéguez y sus colegas estudiaron las bases genéticas de variedades de trigo que se comportan como resistentes a la roya de hoja durante largos periodos de tiempo en el gran cultivo, incluyendo Sinvalocho MA, El Gaucho, Buck Manantial y Buck Poncho. Como resultado, identificaron nuevos genes de resistencia, entre ellos el Lrc-SV2, estudiaron su modo de acción individual y combinados, los localizaron en el genoma y desarrollaron marcadores asociados que permiten su incorporación en los programas de mejoramiento. El siguiente paso, dijeron, es la elaboración de mapas genéticos de alta resolución con el objetivo del clonado para determinar su secuencia de ADN y estudiar su mecanismo de acción.
“La utilización de genes de resistencia en el desarrollo de nuevas variedades de trigo aporta no solo seguridad de cosecha, sino también sustentabilidad, ya que elimina o reduce el uso de agroquímicos”, indicó Diéguez, quien integra el grupo de royas de los cereales que lidera el Ingeniero Agrónomo Francisco Sacco en el IGEAF. “Representa una de las formas más económicas y de menor impacto ambiental para el control de las enfermedades en plantas”, añadió.
Del estudio también participaron Lorena Ingala, Romina Cuyeu, María Fernanda Pergolesi, Marisol Dabove, Mariana Kandus y Gustavo Rosero Yañez, integrantes del equipo del Ing Sacco en el centro de investigaciones del INTA.