Científicos argentinos mejoran rendimiento de las plantas de papa
Investigadores de la UBA y del CONICET lograron obtener una versión de plantas de papa más robustas y con más tubérculos mediante la sobreexpresión del gen BBX21. La expresión de este gen regula, a su vez, a otro conjunto de genes implicados en el crecimiento y desarrollo de las plantas.
Investigadores de la UBA y del CONICET lograron obtener una versión de plantas de papa más robustas y con más tubérculos mediante la sobreexpresión del gen BBX21. La expresión de este gen regula, a su vez, a otro conjunto de genes implicados en el crecimiento y desarrollo de las plantas.
Un equipo de científicos argentinos logró producir plantas de papa más robustas y con mayor rendimiento que las versiones comerciales actuales. “Como nuestro estudio se hizo en un invernáculo, el siguiente paso será asociarse con productores para determinar el comportamiento de las plantas a gran escala en condiciones de campo”, señaló el director del estudio, el doctor Javier Botto, Investigador Principal del Instituto de Investigaciones Fisiológicas y Ecológicas Vinculadas a la Agricultura (IFEVA), que depende del CONICET y de la Facultad de Agronomía de la UBA.
Tal como revela la revista “Plant Physiology”, Botto, su equipo y colegas trabajaron sobre plantas de papa de la variedad Spunta, un genotipo producido y comercializado en la Argentina: le insertaron el gen BBX21, cuya actividad regula a otro conjunto de genes que son necesarios para su crecimiento y desarrollo armónico.
El procedimiento permitió la sobreexpresión (amplificación) del gen, lo cual produjo “plantas con tasas de fotosíntesis más elevadas, más robustas y con un 15% más de tubérculos en comparación con las plantas controles no transformadas”, destacó Botto.
Un aspecto promisorio de estos descubrimientos -añadió Botto- es que las plantas de papa desarrolladas resisten mejor la radiación solar y, en esas condiciones de estrés lumínico, aumentan la tasa de fotosíntesis y la fabricación de hidratos de carbonos. “Esto se traduce en mayores rendimientos cuando crecen en invernáculo y óptimas condiciones de riego”, subrayó el investigador.
En la actualidad, los autores del estudio están interesados en evaluar la potencialidad de este material usando las prácticas agrícolas que utilizan los productores de papa en el campo. Además, desean evaluar si la sobreexpresión del gen BBX21 confiere características de valor agronómico en otros cultivos de importancia económica, para lo cual quisieran generar convenios de colaboración con productores y empresarios interesados en estos descubrimientos.
“Estamos convencidos que nuestros estudios de ciencia básica pueden ayudar a generar cultivos con mayor productividad”, concluyó el científico. La producción anual de papa en Argentina supera los 2 millones de toneladas, con unas 75.000 hectáreas cultivadas.
Del avance también participaron los primeros autores del estudio, Carlos Crocco (Investigador del CONICET) y Gabriel Gómez Ocampo (becario del CONICET) del IFEVA; Edmundo Ploschuk (Profesor Adjunto de la Cátedra de Cultivos Industriales de la Facultad de Agronomía de la UBA), y Anita Mantese (Jefa de Trabajos Prácticos de la Cátedra de Botánica General de la misma facultad).
Un equipo de científicos argentinos logró producir plantas de papa más robustas y con mayor rendimiento que las versiones comerciales actuales. “Como nuestro estudio se hizo en un invernáculo, el siguiente paso será asociarse con productores para determinar el comportamiento de las plantas a gran escala en condiciones de campo”, señaló el director del estudio, el doctor Javier Botto, Investigador Principal del Instituto de Investigaciones Fisiológicas y Ecológicas Vinculadas a la Agricultura (IFEVA), que depende del CONICET y de la Facultad de Agronomía de la UBA.
Tal como revela la revista “Plant Physiology”, Botto, su equipo y colegas trabajaron sobre plantas de papa de la variedad Spunta, un genotipo producido y comercializado en la Argentina: le insertaron el gen BBX21, cuya actividad regula a otro conjunto de genes que son necesarios para su crecimiento y desarrollo armónico.
El procedimiento permitió la sobreexpresión (amplificación) del gen, lo cual produjo “plantas con tasas de fotosíntesis más elevadas, más robustas y con un 15% más de tubérculos en comparación con las plantas controles no transformadas”, destacó Botto.
Un aspecto promisorio de estos descubrimientos -añadió Botto- es que las plantas de papa desarrolladas resisten mejor la radiación solar y, en esas condiciones de estrés lumínico, aumentan la tasa de fotosíntesis y la fabricación de hidratos de carbonos. “Esto se traduce en mayores rendimientos cuando crecen en invernáculo y óptimas condiciones de riego”, subrayó el investigador.
En la actualidad, los autores del estudio están interesados en evaluar la potencialidad de este material usando las prácticas agrícolas que utilizan los productores de papa en el campo. Además, desean evaluar si la sobreexpresión del gen BBX21 confiere características de valor agronómico en otros cultivos de importancia económica, para lo cual quisieran generar convenios de colaboración con productores y empresarios interesados en estos descubrimientos.
“Estamos convencidos que nuestros estudios de ciencia básica pueden ayudar a generar cultivos con mayor productividad”, concluyó el científico. La producción anual de papa en Argentina supera los 2 millones de toneladas, con unas 75.000 hectáreas cultivadas.
Del avance también participaron los primeros autores del estudio, Carlos Crocco (Investigador del CONICET) y Gabriel Gómez Ocampo (becario del CONICET) del IFEVA; Edmundo Ploschuk (Profesor Adjunto de la Cátedra de Cultivos Industriales de la Facultad de Agronomía de la UBA), y Anita Mantese (Jefa de Trabajos Prácticos de la Cátedra de Botánica General de la misma facultad).