Nuevos perfiles universitarios. Tecnología más ciencias básicas: el combo de las carreras 'bio'
Licenciaturas e ingenierías en bioinformática, biotecnología y biomedicina crecen en la oferta universitaria.
Licenciaturas e ingenierías en bioinformática, biotecnología y biomedicina crecen en la oferta universitaria.
En los últimos años aparecieron en la oferta de grado tanto ingenierías como licenciaturas que combinan una fuerte formación en ciencias básicas con materias de aplicación más específica en diversos campos de la tecnología y la producción. Así nacieron carreras como Biotecnología, Bioinformática, Bioingeniería y, la más reciente, Agrobiotecnología.
“Si el siglo XX fue el siglo de la física, muchos piensan que el XXI será el siglo de la biología y la medicina”, asegura Marcelo Risk, director del Departamento de Investigación del ITBA. Allí lanzaron este año la carrera de Bioingeniería, que Risk dirige, una de las ingenierías más jóvenes que aplica métodos tecnológicos e ingenieriles a los problemas presentados por la medicina y la biología.
Según la Convención sobre Diversidad Biológica de Naciones Unidas, la biotecnología es toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos. La experimentación en biotecnología se desarrolló durante casi todo el siglo XX, pero las carreras específicas, al menos en la Argentina, aparecieron recién a mediados de los 90 en las universidades nacionales de Rosario, San Martín y Quilmes.
Entre las privadas, la UADE comenzó a dictarla en 2005 y, desde 2010, incorporó a la oferta la licenciatura en Bioinformática.
Esta última carrera, que también se dicta en la Universidad Nacional de Entre Ríos, aplica las tecnologías de la información para organizar, analizar y distribuir información biológica con la finalidad de responder preguntas complejas en biología. “Es capaz de unir la mesada húmeda del laboratorio con la mesada seca de la computadora”, describe Federido Prada, director de la carrera en la UADE. “El impacto más grande de esta disciplina es en la farmacogenómica o medicina personalizada: se analiza el genoma de una persona en la mesada húmeda, con eso se va a la compu y se encuentra cuál es la droga que puede tener el efecto más adecuado para esa persona”, ejemplifica.
También se vincula con el campo de la salud la Bioingeniería o Ingeniería Biomédica. “Hay una demanda mundial de estos perfiles profesionales porque la tecnología en los hospitales está creció a pasos agigantados”, señala Guillermo La Mura, director de la carrera en la UNSAM. “Los profesionales tienen conocimientos de biofísica y fisiología humana y de ciencias de ingeniería (electrónica, matemática e instrumentación biomédica) como para mantener, diseñar e investigar la tecnología médica”, agrega.
Derivada de la biotecnología, se creó hace dos años la carrera de Ingeniería en Agrobiotecnología en la Unsam. Este proyecto, que busca vincular la investigación científica y tecnológica con el sistema productivo agropecuario, cuenta con la participación del Conicet, el Inta, la Comisión de Investigación Científica y el Ministerio de Agricultura. “A diferencia de las carreras de biotecnología, esta ingeniería cubre como objetivo central la producción primaria”, explica Guillermo Santa María, director de la carrera. Además, durante su formación, los alumnos tienen un acercamiento con aspectos específicos de producción en condiciones de campo y adquieren destrezas prácticas”, agrega.
En los últimos años aparecieron en la oferta de grado tanto ingenierías como licenciaturas que combinan una fuerte formación en ciencias básicas con materias de aplicación más específica en diversos campos de la tecnología y la producción. Así nacieron carreras como Biotecnología, Bioinformática, Bioingeniería y, la más reciente, Agrobiotecnología.
“Si el siglo XX fue el siglo de la física, muchos piensan que el XXI será el siglo de la biología y la medicina”, asegura Marcelo Risk, director del Departamento de Investigación del ITBA. Allí lanzaron este año la carrera de Bioingeniería, que Risk dirige, una de las ingenierías más jóvenes que aplica métodos tecnológicos e ingenieriles a los problemas presentados por la medicina y la biología.
Según la Convención sobre Diversidad Biológica de Naciones Unidas, la biotecnología es toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos. La experimentación en biotecnología se desarrolló durante casi todo el siglo XX, pero las carreras específicas, al menos en la Argentina, aparecieron recién a mediados de los 90 en las universidades nacionales de Rosario, San Martín y Quilmes.
Entre las privadas, la UADE comenzó a dictarla en 2005 y, desde 2010, incorporó a la oferta la licenciatura en Bioinformática.
Esta última carrera, que también se dicta en la Universidad Nacional de Entre Ríos, aplica las tecnologías de la información para organizar, analizar y distribuir información biológica con la finalidad de responder preguntas complejas en biología. “Es capaz de unir la mesada húmeda del laboratorio con la mesada seca de la computadora”, describe Federido Prada, director de la carrera en la UADE. “El impacto más grande de esta disciplina es en la farmacogenómica o medicina personalizada: se analiza el genoma de una persona en la mesada húmeda, con eso se va a la compu y se encuentra cuál es la droga que puede tener el efecto más adecuado para esa persona”, ejemplifica.
También se vincula con el campo de la salud la Bioingeniería o Ingeniería Biomédica. “Hay una demanda mundial de estos perfiles profesionales porque la tecnología en los hospitales está creció a pasos agigantados”, señala Guillermo La Mura, director de la carrera en la UNSAM. “Los profesionales tienen conocimientos de biofísica y fisiología humana y de ciencias de ingeniería (electrónica, matemática e instrumentación biomédica) como para mantener, diseñar e investigar la tecnología médica”, agrega.
Derivada de la biotecnología, se creó hace dos años la carrera de Ingeniería en Agrobiotecnología en la Unsam. Este proyecto, que busca vincular la investigación científica y tecnológica con el sistema productivo agropecuario, cuenta con la participación del Conicet, el Inta, la Comisión de Investigación Científica y el Ministerio de Agricultura. “A diferencia de las carreras de biotecnología, esta ingeniería cubre como objetivo central la producción primaria”, explica Guillermo Santa María, director de la carrera. Además, durante su formación, los alumnos tienen un acercamiento con aspectos específicos de producción en condiciones de campo y adquieren destrezas prácticas”, agrega.