Peras y manzanas: la mayor reserva genética está en el INTA
Con casi 900 genotipos conservados, el reservorio de pomáceas del Banco de Germoplasma del INTA Alto Valle –Río Negro– es único en Latinoamérica por su riqueza en variedades. Este tema será presentado en INTA Expone Patagonia, que se realizará del 4 al 6 de octubre en Trelew, Chubut.
Con casi 900 genotipos conservados, el reservorio de pomáceas del Banco de Germoplasma del INTA Alto Valle –Río Negro– es único en Latinoamérica por su riqueza en variedades. Este tema será presentado en INTA Expone Patagonia, que se realizará del 4 al 6 de octubre en Trelew, Chubut.
“El banco de germoplasma de pomáceas –peras y manzanas– es clave para preservar la variabilidad genética de estos cultivos tan importantes para la actividad económica de la región”, aseguró Paula Calvo, técnica del INTA Alto Valle, quien destacó que ese banco es único en Latinoamérica por su riqueza en variedad “con casi 900 genotipos de perales y manzanos”. Para la especialista, “los recursos genéticos son estratégicos para el país” y resulta “imprescindible” que el Estado garantice la agro-biodiversidad y su uso sostenible.
Este aporte institucional podrá conocerse de primera mano durante la muestra INTA Expone Patagonia, que se realizará en Trelew -Chubut- del 4 al 6 de octubre. Actualmente, en el Banco de Pomáceas del INTA Alto Valle se conservan 109 genotipos de perales, 375 de viejas variedades de manzanos y 401 de manzanos asilvestrados. A lo largo de los años, la agricultura domesticó los cultivos y los transformó en especies más uniformes y mejor adaptadas al uso humano y a las actividades agrícolas. Se estima que sobre un total de 265.000 especies de plantas superiores, sólo 7.000 alguna vez fueron cultivadas o recolectadas para la alimentación. El 90% de la alimentación humana es aportado sólo por veinte especies y la mitad del total de la energía consumida por la humanidad proviene de tres (arroz, trigo y maíz).
“Esta erosión genética o pérdida de genes redujo la variabilidad y su capacidad de adaptabilidad a los cambios ambientales”, indicó la técnica. Calvo fue más allá y explicó la importancia de contar con un Banco: “No sabemos cómo será el ambiente del futuro, qué tipo de plantas se necesitarán para nuevos sistemas agrícolas, ni qué dieta tendremos”. Y afirmó: “Para que los cultivos sigan cambiando, en función de nuestra conveniencia, debemos contar con una variación genética disponible”.
Este reservorio genético de peras y manzanas se ubica en el INTA Alto Valle y pertenece a la Red de Bancos de Germoplasma del INTA que conserva, a su vez, el 93,5% del germoplasma disponible en el país y cuenta con más de 30.000 entradas, nueve bancos activos de recursos fitogenéticos, 12 colecciones distribuidas en diversas áreas ecológicas y un Banco Base que guarda un duplicado de todo.
Para conservarte mejor
El reservorio de pomáceas tiene el objetivo de preservar, caracterizar y asegurar la disponibilidad de materiales genéticos. Para ello, se utiliza el método de conservación ex-situ que consiste en el mantenimiento de algunos componentes de la biodiversidad fuera de sus hábitats naturales. Así, se conservan las especies cultivadas y sus congéneres silvestres, se las caracteriza y evalúa morfológica, agronómica, bioquímica y molecularmente, se las documenta a fin de que se encuentren disponibles tanto para la investigación y el mejoramiento, como para su uso directo. Anualmente, se realiza una serie de registros relacionados con la fenología del cultivar, en el que se determinan los momentos de plena floración; el diámetro del tronco, a fin de conocer su vigor y su eficiencia productiva; la determinación del momento de cosecha; la caracterización morfológica del fruto y la producción del árbol.
Con casi 900 genotipos conservados, el reservorio de pomáceas del Banco de Germoplasma del INTA Alto Valle –Río Negro– es único en Latinoamérica por su riqueza en variedades. Este tema será presentado en INTA Expone Patagonia, que se realizará del 4 al 6 de octubre en Trelew, Chubut.
“El banco de germoplasma de pomáceas –peras y manzanas– es clave para preservar la variabilidad genética de estos cultivos tan importantes para la actividad económica de la región”, aseguró Paula Calvo, técnica del INTA Alto Valle, quien destacó que ese banco es único en Latinoamérica por su riqueza en variedad “con casi 900 genotipos de perales y manzanos”. Para la especialista, “los recursos genéticos son estratégicos para el país” y resulta “imprescindible” que el Estado garantice la agro-biodiversidad y su uso sostenible.
Este aporte institucional podrá conocerse de primera mano durante la muestra INTA Expone Patagonia, que se realizará en Trelew -Chubut- del 4 al 6 de octubre. Actualmente, en el Banco de Pomáceas del INTA Alto Valle se conservan 109 genotipos de perales, 375 de viejas variedades de manzanos y 401 de manzanos asilvestrados. A lo largo de los años, la agricultura domesticó los cultivos y los transformó en especies más uniformes y mejor adaptadas al uso humano y a las actividades agrícolas. Se estima que sobre un total de 265.000 especies de plantas superiores, sólo 7.000 alguna vez fueron cultivadas o recolectadas para la alimentación. El 90% de la alimentación humana es aportado sólo por veinte especies y la mitad del total de la energía consumida por la humanidad proviene de tres (arroz, trigo y maíz).
“Esta erosión genética o pérdida de genes redujo la variabilidad y su capacidad de adaptabilidad a los cambios ambientales”, indicó la técnica. Calvo fue más allá y explicó la importancia de contar con un Banco: “No sabemos cómo será el ambiente del futuro, qué tipo de plantas se necesitarán para nuevos sistemas agrícolas, ni qué dieta tendremos”. Y afirmó: “Para que los cultivos sigan cambiando, en función de nuestra conveniencia, debemos contar con una variación genética disponible”.
Este reservorio genético de peras y manzanas se ubica en el INTA Alto Valle y pertenece a la Red de Bancos de Germoplasma del INTA que conserva, a su vez, el 93,5% del germoplasma disponible en el país y cuenta con más de 30.000 entradas, nueve bancos activos de recursos fitogenéticos, 12 colecciones distribuidas en diversas áreas ecológicas y un Banco Base que guarda un duplicado de todo.
Para conservarte mejor
El reservorio de pomáceas tiene el objetivo de preservar, caracterizar y asegurar la disponibilidad de materiales genéticos. Para ello, se utiliza el método de conservación ex-situ que consiste en el mantenimiento de algunos componentes de la biodiversidad fuera de sus hábitats naturales. Así, se conservan las especies cultivadas y sus congéneres silvestres, se las caracteriza y evalúa morfológica, agronómica, bioquímica y molecularmente, se las documenta a fin de que se encuentren disponibles tanto para la investigación y el mejoramiento, como para su uso directo. Anualmente, se realiza una serie de registros relacionados con la fenología del cultivar, en el que se determinan los momentos de plena floración; el diámetro del tronco, a fin de conocer su vigor y su eficiencia productiva; la determinación del momento de cosecha; la caracterización morfológica del fruto y la producción del árbol.