Los hongos, excelentes controladores de insectos
Estos organismos pueden ser muy útiles para poner un freno a ciertas plagas, especialmente aquellas que perjudican los cultivos.
Estos organismos pueden ser muy útiles para poner un freno a ciertas plagas, especialmente aquellas que perjudican los cultivos.
En el Laboratorio de Hongos Entomopatógenos del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE, CONICET-UNLP) se desarrollan líneas de investigación con el fin de obtener hongos que crecen a partir de insectos plaga de la agricultura y de insectos vectores de enfermedades, para ser utilizados como agentes de control biológico. Estos hongos matan a los insectos y luego pueden ser recuperados y volver a infectar a otros insectos sanos.
La mayoría de los insecticidas convencionales químicos causan efectos nocivos para la salud animal y humana, además de provocar resistencia en los insectos, residuos y contaminación en el ambiente. Desde hace unos años se ha considerado al control biológico como una alternativa a los insecticidas químicos. Los hongos son organismos que se encuentran en la naturaleza y pueden causar la muerte de los insectos si penetran en su organismo y se desarrollan dentro de ellos.
Viven naturalmente en el ambiente -suelos o agua- como así también alojados en los mismos cuerpos de los insectos, causando su muerte en un plazo aproximado de cinco a siete días, con la posibilidad de propagar la enfermedad a otros insectos sanos bajo condiciones favorables de temperatura y humedad.
Los hongos son un ejemplo de los distintos organismos patógenos de insectos –es decir, que los enferman y pueden matarlos- que se estudian en el CEPAVE desde hace más de 20 años. Algunos de estos organismos se pueden aislar en cultivos y preservar a largo plazo, y es posible realizar pruebas en el laboratorio para demostrar su capacidad insecticida. Estas pruebas, denominadas bioensayos, se realizan bajo condiciones controladas de luz, temperatura y humedad con insectos sanos que se crían en el Centro.
Particularmente, en el laboratorio se desarrollan varias líneas de investigación en insectos vectores: hongos patógenos de mosquitos y de cucarachas; en insectos plagas de agricultura sobre distintos sistemas agrícolas (hortícolas, cereales, soja, yerba mate, frutales); y en arañas y ácaros.
También, y en colaboración con investigadores de la UBA, más recientemente se ha abordado el estudio del efecto de antimicrobianos y toxinas extraídos a partir de hongos entomopatógenos. Fundamentalmente, se han desarrollado varios proyectos en la línea de hongos patógenos de insectos en los aspectos de taxonomía, biodiversidad y patogenicidad así como trabajos de estacionalidad a campo, es decir, un seguimiento de cómo el hongo va infectando a un insecto a lo largo del tiempo en un determinado lugar.
Asimismo, en el CEPAVE se ha logrado instaurar una colección propia de cultivos de hongos patógenos de insectos y de otros artrópodos. La función de la colección es preservar los hongos para estudios actuales y futuros, además de funcionar como consultoría y servicios a terceros, así como depósito e intercambio de cepas, certificación e identificación de especies. Esta colección es producto de las diferentes investigaciones realizadas y cuenta con aproximadamente 400 cepas de unas 20 de hongos, lo cual la convierte en una fuente y reservorio genético altamente específico.
Actualmente estamos investigando sobre la producción masiva de hongos para lograr en un futuro un formulado que pueda ser usado como alternativa a los insecticidas químicos. Nuestro objetivo final es lograr la transferencia tecnológica a la comunidad y a empresas para su producción y registro.
Estas líneas de trabajo se desarrollan actualmente con el equipo de trabajo de investigación y algunas también en co-participación interdisciplinaria a través de extensión de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y agricultores, así como también con otros laboratorios del país, existiendo también convenios bilaterales con Brasil, Uruguay, Alemania y Sudáfrica.
Estos organismos pueden ser muy útiles para poner un freno a ciertas plagas, especialmente aquellas que perjudican los cultivos.
En el Laboratorio de Hongos Entomopatógenos del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE, CONICET-UNLP) se desarrollan líneas de investigación con el fin de obtener hongos que crecen a partir de insectos plaga de la agricultura y de insectos vectores de enfermedades, para ser utilizados como agentes de control biológico. Estos hongos matan a los insectos y luego pueden ser recuperados y volver a infectar a otros insectos sanos.
La mayoría de los insecticidas convencionales químicos causan efectos nocivos para la salud animal y humana, además de provocar resistencia en los insectos, residuos y contaminación en el ambiente. Desde hace unos años se ha considerado al control biológico como una alternativa a los insecticidas químicos. Los hongos son organismos que se encuentran en la naturaleza y pueden causar la muerte de los insectos si penetran en su organismo y se desarrollan dentro de ellos.
Viven naturalmente en el ambiente -suelos o agua- como así también alojados en los mismos cuerpos de los insectos, causando su muerte en un plazo aproximado de cinco a siete días, con la posibilidad de propagar la enfermedad a otros insectos sanos bajo condiciones favorables de temperatura y humedad.
Los hongos son un ejemplo de los distintos organismos patógenos de insectos –es decir, que los enferman y pueden matarlos- que se estudian en el CEPAVE desde hace más de 20 años. Algunos de estos organismos se pueden aislar en cultivos y preservar a largo plazo, y es posible realizar pruebas en el laboratorio para demostrar su capacidad insecticida. Estas pruebas, denominadas bioensayos, se realizan bajo condiciones controladas de luz, temperatura y humedad con insectos sanos que se crían en el Centro.
Particularmente, en el laboratorio se desarrollan varias líneas de investigación en insectos vectores: hongos patógenos de mosquitos y de cucarachas; en insectos plagas de agricultura sobre distintos sistemas agrícolas (hortícolas, cereales, soja, yerba mate, frutales); y en arañas y ácaros.
También, y en colaboración con investigadores de la UBA, más recientemente se ha abordado el estudio del efecto de antimicrobianos y toxinas extraídos a partir de hongos entomopatógenos. Fundamentalmente, se han desarrollado varios proyectos en la línea de hongos patógenos de insectos en los aspectos de taxonomía, biodiversidad y patogenicidad así como trabajos de estacionalidad a campo, es decir, un seguimiento de cómo el hongo va infectando a un insecto a lo largo del tiempo en un determinado lugar.
Asimismo, en el CEPAVE se ha logrado instaurar una colección propia de cultivos de hongos patógenos de insectos y de otros artrópodos. La función de la colección es preservar los hongos para estudios actuales y futuros, además de funcionar como consultoría y servicios a terceros, así como depósito e intercambio de cepas, certificación e identificación de especies. Esta colección es producto de las diferentes investigaciones realizadas y cuenta con aproximadamente 400 cepas de unas 20 de hongos, lo cual la convierte en una fuente y reservorio genético altamente específico.
Actualmente estamos investigando sobre la producción masiva de hongos para lograr en un futuro un formulado que pueda ser usado como alternativa a los insecticidas químicos. Nuestro objetivo final es lograr la transferencia tecnológica a la comunidad y a empresas para su producción y registro.
Estas líneas de trabajo se desarrollan actualmente con el equipo de trabajo de investigación y algunas también en co-participación interdisciplinaria a través de extensión de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y agricultores, así como también con otros laboratorios del país, existiendo también convenios bilaterales con Brasil, Uruguay, Alemania y Sudáfrica.