Un malbec, del laboratorio a su mesa
Un innovador método de “micropropagación” para obtener un desarrollo uniforme de las vides permitió aumentar las exportaciones de una bodega mendocina.
Un innovador método de “micropropagación” para obtener un desarrollo uniforme de las vides permitió aumentar las exportaciones de una bodega mendocina.
Un vino malbec de alta calidad fue producido gracias a la cooperación entre una bodega familiar, el Fondo Tecnológico Argentino o FONTAR (que depende del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva), y técnicos del INTA, de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Cuyo y de un laboratorio privado de asesoramiento enológico.
El esfuerzo conjunto propició la clonación de vegetales de vides mediante un método “que asegura la producción masiva de plantas genéticamente semejantes a la planta madre, en un tiempo relativamente corto”, explicó a la Agencia CyTA Aldo Biondolillo, economista agrario y propietario de la bodega familiar Tempus Alba, en el departamento de Maipú, provincia de Mendoza. Como resultado, explicó Biondolillo, se obtiene un desarrollo vegetativo uniforme, con todas las uvas en su punto óptimo de madurez al mismo tiempo. “Con un adecuado manejo en bodega, esto se traducirá en vinos de la mejor calidad”, añadió.
Para multiplicar la planta, el método, llamado de “micropropagación”, no implica ningún tipo de manipulación genética, sino solamente la aceleración de un proceso natural milenario en condiciones controladas. En un laboratorio biotecnológico de la bodega, los técnicos extraen pequeños trozos de tejido verde provenientes de la yema de una planta madre de malbec, los cuales enraízan y crecen dentro de un frasco hasta alcanzar una altura de aproximadamente 15 centímetros. La nueva plántula luego es seccionada en pequeños segmentos que se vuelven a sembrar en otro frasco, continuando así el proceso “in vitro” hasta alcanzar el número total de plantas deseadas. El vino obtenido, según Biondolillo, “tiene la untuosidad y tanicidad propia de un malbec de alta gama, con una tipicidad en nariz y boca bien característica del varietal y un largo recuerdo a frutos rojos en su final de boca”.
A partir de esa campaña la bodega Tempus Alba ha comenzado a convocar a otras PYMES a que se incorporen al “Círculo Vero Malbec”, con el propósito de aislar y evaluar el impacto del terruño de cada zona sobre la expresión cuanti-cualitativa del varietal. El objetivo es armar un “mapa sensorial cualitativo” para esta cepa.
Para el ingeniero Facundo José Lagunas, director general del FONTAR, “el proyecto permitió a la empresa desarrollar un nuevo producto que contribuyó a incrementar las ventas y el valor de sus exportaciones.” El Altus Tempus se exporta a 16 países, entre ellos Estados Unidos, Canadá, Brasil, República Dominicana, China, Austria, Suiza, Bélgica, Holanda, Reino Unido, Australia e Italia.
Hasta la fecha el FONTAR ha promovido a más de 3.700 empresas innovadoras argentinas a través del subsidio de más de 6500 proyectos.
Un vino malbec de alta calidad fue producido gracias a la cooperación entre una bodega familiar, el Fondo Tecnológico Argentino o FONTAR (que depende del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva), y técnicos del INTA, de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Cuyo y de un laboratorio privado de asesoramiento enológico.
El esfuerzo conjunto propició la clonación de vegetales de vides mediante un método “que asegura la producción masiva de plantas genéticamente semejantes a la planta madre, en un tiempo relativamente corto”, explicó a la Agencia CyTA Aldo Biondolillo, economista agrario y propietario de la bodega familiar Tempus Alba, en el departamento de Maipú, provincia de Mendoza. Como resultado, explicó Biondolillo, se obtiene un desarrollo vegetativo uniforme, con todas las uvas en su punto óptimo de madurez al mismo tiempo. “Con un adecuado manejo en bodega, esto se traducirá en vinos de la mejor calidad”, añadió.
Para multiplicar la planta, el método, llamado de “micropropagación”, no implica ningún tipo de manipulación genética, sino solamente la aceleración de un proceso natural milenario en condiciones controladas. En un laboratorio biotecnológico de la bodega, los técnicos extraen pequeños trozos de tejido verde provenientes de la yema de una planta madre de malbec, los cuales enraízan y crecen dentro de un frasco hasta alcanzar una altura de aproximadamente 15 centímetros. La nueva plántula luego es seccionada en pequeños segmentos que se vuelven a sembrar en otro frasco, continuando así el proceso “in vitro” hasta alcanzar el número total de plantas deseadas. El vino obtenido, según Biondolillo, “tiene la untuosidad y tanicidad propia de un malbec de alta gama, con una tipicidad en nariz y boca bien característica del varietal y un largo recuerdo a frutos rojos en su final de boca”.
A partir de esa campaña la bodega Tempus Alba ha comenzado a convocar a otras PYMES a que se incorporen al “Círculo Vero Malbec”, con el propósito de aislar y evaluar el impacto del terruño de cada zona sobre la expresión cuanti-cualitativa del varietal. El objetivo es armar un “mapa sensorial cualitativo” para esta cepa.
Para el ingeniero Facundo José Lagunas, director general del FONTAR, “el proyecto permitió a la empresa desarrollar un nuevo producto que contribuyó a incrementar las ventas y el valor de sus exportaciones.” El Altus Tempus se exporta a 16 países, entre ellos Estados Unidos, Canadá, Brasil, República Dominicana, China, Austria, Suiza, Bélgica, Holanda, Reino Unido, Australia e Italia.
Hasta la fecha el FONTAR ha promovido a más de 3.700 empresas innovadoras argentinas a través del subsidio de más de 6500 proyectos.