Nueva información genética para preservar la batata

Investigadores del INTA y CONICET descifraron el genoma de un nuevo virus que afecta al cultivo, disminuye cuatro veces su contenido vitamínico y un 90 por ciento su producción. Un aporte para estudiar su evolución y controlarlo. Investigadores del INTA y CONICET descifraron el genoma de un nuevo virus que afecta al cultivo, disminuye cuatro veces su contenido vitamínico y un 90 por ciento su producción. Un aporte para estudiar su evolución y controlarlo.

Científicos del INTA y del CONICET descifraron el genoma de un virus que en combinación con otros patógenos afecta en forma severa el rendimiento y el contenido vitamínico del cultivo de batata, lo que permitirá conocer la variabilidad y evolución de este patógeno y desarrollar estrategias para su control.

“El virus secuenciado produce pérdidas en la mayoría de los cultivares y se puede distinguir porque poseen un curvado había arriba de los bordes de la lámina foliar y en épocas de cosecha, al descalzar las plantas, se puede evidenciar que no hay raíces producidas”, explicó a Revista RIA, la coordinadora de la investigación, Liliana Di Feo.

El patógeno descifrado es conocido como Virus del Rizado de la Hoja de Batata (SPLCV-Ar, por sus siglas en inglés) y es capaz de disminuir en más de un 90 por ciento el rendimiento y cuatro veces menos de vitamina A presente en el cultivo. Este logro forma parte de un conjunto de investigaciones que se llevan a cabo desde el Instituto De Patología Vegetal del Centro de Investigaciones Agropecuarias de Córdoba del INTA que un mes atrás reveló la secuenciación del genoma de otro virus que ataca al cultivo, identificado por primera vez en la Argentina, conocido como virus G (SPVG, por sus siglas en inglés).

“En el INTA hay una preocupación por darle continuidad a las investigaciones relativas a las virosis que son de aparición cíclica y que afectan las economías regionales que se sustentan en esos cultivos”, expresó Di Feo.

Según la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO, por sus siglas en inglés) la batata, también conocida como camote, es el tercer cultivo productor de tubérculos y raíces más importante, después de la papa y la mandioca, reconocido por su alto contenido en vitamina A, E y C, antocianinas, potasio, hierro, calcio y fibras.

En este sentido, Di Feo ratificó la importancia de este cultivo y aseguró que “se trata de un alimento que es utilizado en África, por ejemplo, para subsanar el problema de la ceguera que afecta a 500 mil niños y que tiene como una de las principales causas la carencia de vitamina A”, y agregó que “es un alimento saludable con alta capacidad antioxidante y potencialmente exportable en nuestro país. Si bien se informa una producción nacional de 120 mil toneladas hay una franca disminución debido a que la superficie cultivada es cada vez menor en el país y a nivel mundial a causa de la dispersión de las virosis”.

El primer informe argentino sobre la información genética del virus SPLCV tuvo como objetivo detectar, identificar y llevar a cabo la caracterización molecular del patógeno para “conocer con qué otros virus están emparentados, si se trata de una raza más severas y si hay formas de controlarlo, por ejemplo, mediante protección cruzada”, advirtió.


Genes de la plaga

De acuerdo con la coordinadora de la investigación, la secuenciación del genoma del nuevo virus permitirá identificar todos los genes contenidos en su ADN, conocer su modelo de funcionamiento más detallado y su evolución para establecer medidas para su manejo.

Según la investigadora, la experiencia es valiosa porque “conocer los genes que conforman el virus nos permite obtener información sobre su relación con otras razas citadas en diferentes partes del mundo, saber si es posible la obtención de fuentes de resistencia, orientar los estudios para su control y no sólo desde el punto de vista científico”.

Por su parte, explicó que el SPLCV-Ar “es transmitido por una clase de mosca blanca oriunda de zonas tropicales, de la especie Bemisia tabaci, que progresivamente fue trasladándose hacia zonas más australes por efecto del cambio climático y que se propagó en todas las áreas productoras del país”, y a su vez agregó que “el problema es que este virus se recombina con mucha facilidad y aparecen formas nuevas que pueden ser más o menos patogénicas”.

Existen virus que producen infecciones simples en la batata y no provocan disminución de rendimiento de los cultivos pero que, en infecciones mixtas los diferentes virus pueden actuar de manera sinérgica en el cultivo y provocar pérdidas totales de la producción. En este sentido, Di Feo explicó: “Sucede que un virus puede infectar la planta y hacer que el otro patógeno que lo acompaña, el que coinfecta, aumente su concentración y su movimiento en el organismo vegetal que se traduce en enormes pérdidas de la producción”.

Al momento, mientras los técnicos trabajan sobre la información genética para encontrar formas de control a este virus, proponen una medida eficiente de manejo “la solución es sanear los cultivos a través de una concientización hacia los productores al difundir material libre de virus procedente del cultivo de meristemas y de sanidad debidamente certificada, producidos por este instituto, como una forma eficiente de librarse de los virus y que en su práctica continua permitirá que le cultivo vuelva a tener una alta rentabilidad en nuestro país”, concluyó la investigadora.