Los mejores socios: tecnología y siembra directa
La demanda internacional de alimentos en el corto plazo genera un desafío: producir esos alimentos para 9.000 millones de personas. El objetivo se puede lograr con la siembra directa con todas las buenas prácticas que ello implica.
La demanda internacional de alimentos en el corto plazo genera un desafío: producir esos alimentos para 9.000 millones de personas. El objetivo se puede lograr con la siembra directa con todas las buenas prácticas que ello implica. En estos momentos, la incorporación tecnológica a las semillas evita el uso de agroquímicos y simplifica las tareas de los productores. Utilizan el sistema de agricultura certificada.
Las necesidades de alimentos son siempre crecientes en este mundo en el que vivimos. Sólo basta mirar el movimiento del mercado internacional de granos en los últimos tiempos para darnos cuenta de esto, ya que se caracterizó por el fuerte aumento del precio de soja y de maíz y de otros commodities, y se espera que varíen los stocks por efecto de la grave sequía de Sudamérica a fines del año pasado, y de lo que se está viviendo en este momento con la seca en los Estados Unidos.
Como vemos, esta situación es parte de la coyuntura pero, independientemente de eso, los precios tienen una tendencia creciente dada por el aumento poblacional con la consecuente mayor demanda alimenticia, pero sólo con algunos altibajos que son momentáneos.
Este considerable aumento que se vislumbra en las necesidades alimenticias solo hace que la tendencia en el mercado de semillas y fitosanitarios siga esa misma dirección y su futuro sea muy auspicioso, ya que se observa una mayor superficie productiva a nivel global.
Pero la tecnología actual que se usa en los campos del mundo muestra, claramente, que la semilla con su carga genética tiene que ir acompañada de defensivos agrícolas, siendo esta tendencia la que se seguirá usando seguramente durante varios años más.
Las semillas
Ahora hablamos de semilla como una unidad tecnológica donde tenemos la genética, la biología y la química, que le otorgan protección al cultivo hasta 50-60 días después de emergido.
Los fitosanitarios están observando un cambio muy marcado, en donde se priorizarán insumos de mucho mayor valor por unidad de superficie que los actuales, y donde se apunta a incrementar la productividad. En esta línea, aparecieron productos mucho más amigables con el medio ambiente, con niveles de toxicidad muy bajos y prácticamente inocuos para el ser humano.
En cuanto a la incorporación tecnológica a las semillas, responde a las necesidades del mercado. En estos momentos se apunta a simplificar la producción agrícola, de manera que un productor pueda contar en una semilla: el gen (resistencia), la biotecnología (productividad), la química (defensivos) y la biología (inoculantes). Esto no significa que no se tenga que trabajar con rotación de principios activos para aumentar la vida útil de los avances tecnológicos.
El campo actual continua buscando la manera de actualizarse y usa permanentemente diferentes tecnologías que afectan los resultados productivos.
La tecnología en sí misma no sirve de nada si no existen los medios para utilizarla correctamente, de manera que es necesario que el hombre de campo y su asesor estén capacitados correctamente para poder usufructuar la tecnología adecuadamente.
Los desafíos
Lo cierto es que, actualmente, se debe producir alimentos para más de 9.000 millones personas, según la proyección en el corto plazo.
Así que sólo se llegará a dichos niveles de producción mediante sistemas de siembra directa con todas las buenas prácticas. Esto implica que el uso de toda la tecnología disponible, y sumada a la actual en biotecnología, permitirá llegar a niveles de producción pocas veces pensado hace un par de décadas atrás.
La producción debe ir acompañada de un adecuado manejo de otros parámetros por parte del productor, como una buena cobertura de rastrojos mediante una adecuada rotación con gramíneas, fertilización balanceada, manejo integrado de plagas y enfermedades, todas prácticas promovidas por el sistema de agricultura certificada.
A nivel político económico se necesita aplicar, desde el punto de vista constitucional, medidas que fortalezcan una Nación federal, con una justa redistribución de los recursos generados para un desarrollo integral del país.
La tecnología actual y la siembra directa no sólo generan beneficios para el productor, sino que también son un beneficio para la comunidad por la menor utilización de insumos y agroquímicos. El productor en siembra directa no transfiere sus costos a la sociedad, sino que tiene una conciencia conservacionista fuertemente arraigada, y sólo debemos darle el lugar y el tiempo para que continúe produciendo conservando el ambiente.
Las necesidades de alimentos son siempre crecientes en este mundo en el que vivimos. Sólo basta mirar el movimiento del mercado internacional de granos en los últimos tiempos para darnos cuenta de esto, ya que se caracterizó por el fuerte aumento del precio de soja y de maíz y de otros commodities, y se espera que varíen los stocks por efecto de la grave sequía de Sudamérica a fines del año pasado, y de lo que se está viviendo en este momento con la seca en los Estados Unidos.
Como vemos, esta situación es parte de la coyuntura pero, independientemente de eso, los precios tienen una tendencia creciente dada por el aumento poblacional con la consecuente mayor demanda alimenticia, pero sólo con algunos altibajos que son momentáneos.
Este considerable aumento que se vislumbra en las necesidades alimenticias solo hace que la tendencia en el mercado de semillas y fitosanitarios siga esa misma dirección y su futuro sea muy auspicioso, ya que se observa una mayor superficie productiva a nivel global.
Pero la tecnología actual que se usa en los campos del mundo muestra, claramente, que la semilla con su carga genética tiene que ir acompañada de defensivos agrícolas, siendo esta tendencia la que se seguirá usando seguramente durante varios años más.
Las semillas
Ahora hablamos de semilla como una unidad tecnológica donde tenemos la genética, la biología y la química, que le otorgan protección al cultivo hasta 50-60 días después de emergido.
Los fitosanitarios están observando un cambio muy marcado, en donde se priorizarán insumos de mucho mayor valor por unidad de superficie que los actuales, y donde se apunta a incrementar la productividad. En esta línea, aparecieron productos mucho más amigables con el medio ambiente, con niveles de toxicidad muy bajos y prácticamente inocuos para el ser humano.
En cuanto a la incorporación tecnológica a las semillas, responde a las necesidades del mercado. En estos momentos se apunta a simplificar la producción agrícola, de manera que un productor pueda contar en una semilla: el gen (resistencia), la biotecnología (productividad), la química (defensivos) y la biología (inoculantes). Esto no significa que no se tenga que trabajar con rotación de principios activos para aumentar la vida útil de los avances tecnológicos.
El campo actual continua buscando la manera de actualizarse y usa permanentemente diferentes tecnologías que afectan los resultados productivos.
La tecnología en sí misma no sirve de nada si no existen los medios para utilizarla correctamente, de manera que es necesario que el hombre de campo y su asesor estén capacitados correctamente para poder usufructuar la tecnología adecuadamente.
Los desafíos
Lo cierto es que, actualmente, se debe producir alimentos para más de 9.000 millones personas, según la proyección en el corto plazo.
Así que sólo se llegará a dichos niveles de producción mediante sistemas de siembra directa con todas las buenas prácticas. Esto implica que el uso de toda la tecnología disponible, y sumada a la actual en biotecnología, permitirá llegar a niveles de producción pocas veces pensado hace un par de décadas atrás.
La producción debe ir acompañada de un adecuado manejo de otros parámetros por parte del productor, como una buena cobertura de rastrojos mediante una adecuada rotación con gramíneas, fertilización balanceada, manejo integrado de plagas y enfermedades, todas prácticas promovidas por el sistema de agricultura certificada.
A nivel político económico se necesita aplicar, desde el punto de vista constitucional, medidas que fortalezcan una Nación federal, con una justa redistribución de los recursos generados para un desarrollo integral del país.
La tecnología actual y la siembra directa no sólo generan beneficios para el productor, sino que también son un beneficio para la comunidad por la menor utilización de insumos y agroquímicos. El productor en siembra directa no transfiere sus costos a la sociedad, sino que tiene una conciencia conservacionista fuertemente arraigada, y sólo debemos darle el lugar y el tiempo para que continúe produciendo conservando el ambiente.