Un banco de germoplasma de frutilla único en Latinoamérica

Más de 70 variedades para el estudio genético de un cultivo que aporta 15 millones de dólares por año a la economía provincial. Podrá observarse en INTA Expone NOA, del 20 al 22 de abril. “El banco de germoplasma de frutillas es clave para medir resistencias, plagas, enfermedades, calidad de fruta. Esta información es la base para nuestro programa de mejoramiento genético y para hacer cruzamientos”, explicó Daniel Kirschbaum, especialista del INTA Famaillá –Tucumán–, quien destacó que el banco es único en Latinoamérica  por la riqueza en variedad “con más de 70 materiales genéticos de todo el mundo”.

Parte de este banco de germoplasma de frutillas podrá observarse durante la megamuestra INTA Expone NOA, que se realizará en Cerrillos –Salta– del 20 al 22 de abril. Allí, en el sector de frutas finas, habrá material genético en el cual estará representado parte del insumo con el cual los técnicos realizan sus investigaciones.

Se trata de una herramienta fundamental para este cultivo, al que están destinadas más de 2.000 hectáreas en todo el país. Tucumán es la provincia más productiva en frutillas, con 450 hectáreas que producen 12 toneladas anuales y aporta hasta 15 millones de dólares por año a la economía de la provincia. El 70 por ciento de la producción se exporta a Europa, América, Asia y Oceanía.

Iniciado en 1996, el banco tuvo como objetivo reunir variedades de frutillas comerciales antiguas y recientes junto a especies silvestres. “Con este banco, entre otros, realizamos estudios de resistencias a las principales enfermedades, aislamos sustancias con propiedades bióticas, que pueden utilizarse como bioinsecticidas o biofunguicidas y hacemos cruzamientos para generar nuevas variedades”, detalló el técnico. Además, sostuvo que el banco de germoplasma monitorea en forma permanente las resistencias a enfermedades ya que “se modifican continuamente debido a cambios climáticos, varietales y prácticas de manejo agronómico”.

Sergio Salazar, del grupo de frutas finas del INTA Famaillá, señaló que las exigencias para la exportación de frutillas son cada vez más altas: “Esto obliga a que los productores sigan estrictas normas de calidad, buenas prácticas agrícolas y seguridad alimentaria”.

De etiqueta
El banco es un invernadero con plantas en macetas individualizadas con fichas y etiquetas que están aisladas del suelo para que no se contaminen con plagas y enfermedades.El técnico en frutillas, quien realiza los estudios y ensayos, especificó que a las plantas se las observa y estudia cuando florecen, cómo son las flores, los frutos y si aparece alguna enfermedad dentro del banco. A partir de esta información se genera documentación y seguimiento.
Los ensayos, que son la base para medir resistencias, plagas, enfermedades, calidad de fruta y generar nuevas variedades, son posibles debido a la riqueza del proyecto: “Si bien hay otros programa de mejoramiento en Uruguay y México, son más acotados y recientes”, recordó Kirschbaum.

En esta línea de trabajo –amplió Salazar– se diseñaron programas ajustados a las nuevas variedades como fertilización biológica con bacterias fijadoras libres de nitrógeno y promotoras del crecimiento vegetal, se evaluaron sustratos orgánicos para solucionar los  problemas de fertilización en cultivo de frutilla orgánica “cuya superficie aumentó notoriamente en los últimos años a escala mundial”.