La Argentina constituye el primer Nodo Regional en el Proyecto Internacional de Código de Barras de la Vida

El objetivo principal apunta a la obtención de "huellas genéticas" de las especies. El proyecto emplea una tecnología que permite identificar especies animales y vegetales del planeta en un contexto en el cual muchas de ellas están desapareciendo a causa de la pérdida de ambientes naturales.

El objetivo principal apunta a la obtención de "huellas genéticas" de las especies. El proyecto emplea una tecnología que permite identificar especies animales y vegetales del planeta en un contexto en el cual muchas de ellas están desapareciendo a causa de la pérdida de ambientes naturales.

En los últimos 250 años de taxonomía moderna los científicos han llegado a describir aproximadamente 1,7 millones de especies. No obstante, se estima que esta cifra representa entre el 10 y 20 por ciento de las especies que existen realmente, "y al ritmo que se están perdiendo los ambientes naturales un gran porcentaje de ellas desaparecerán antes de ser descubiertas a no ser que empecemos a utilizar otros recursos que aceleren la velocidad a la que podemos descubrirlas", señaló a la Agencia CyTA el doctor Pablo Luis Tubaro, vicedirector del Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia" (MACN-CONICET).

Con el objetivo de identificar rápidamente a las especies animales y vegetales se desarrolló una tecnología que descifra -en forma rápida y efectiva- segmentos de ADN que constituyen algo así como "huellas genéticas" particulares de cada ser vivo, las que también son denominadas código de barras genéticos (DNA barcodes en inglés). "La idea de los códigos de barras genéticos es muy simple. Consiste en el uso de una secuencia corta y estandarizada del genoma para la identificación de especies. En los animales se utilizan 648 pares de bases de un determinado gen mitocondrial (citocromo c-oxidasa subunidad 1), pero en plantas es más complicado y se utilizan secuencias de al menos 2 genes de los plástidos (organelas que poseen las células vegetales)", explicó el doctor Tubaro.

La idea de los códigos de barras genéticos la propuso el doctor Paul Hebert, de la Universidad de Guelph, Canadá, en 2003, y un año más tarde se creó el Consortium for the Barcode of Life (CBOL) una alianza internacional de museos, institutos, universidades y laboratorios cuyo objetivo es promover esta técnica y establecer sus estándares. Actualmente se está implementando un nuevo consorcio denominado iBOL project (International Barcode of Life Project/ www.ibol.org/) que acaba de tener su lanzamiento mundial el pasado 25 de Septiembre en Toronto, Canadá, celebrando ya la obtención del primer millón de los códigos de barras genéticos de las primeras 80 mil especies. Asimismo se plantearon la misión de obtener los códigos de barras genéticos de 5 millones de especies en los próximos 5 años, que incluye a las especies de mayor relevancia sanitaria y económica, entre otras cosas.

Un proyecto de escala global
El iBOL project es actualmente el proyecto más importante de biodiversidad a escala global y está integrado por 25 países entre ellos la Argentina, Brasil, México, Perú, Panamá y Costa Rica. La Argentina participa en el proyecto iBOL a través del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) y es el primer Nodo Regional de dicho proyecto en Latinoamérica. Para ello el CONICET ha creado un fondo especial denominado Fondo iBOL Argentina para solventar los costos de preservación de los materiales genéticos y sus ejemplares de referencia, para la obtención de sus códigos de barras genéticos. Este fondo cuenta también con aportes privados, como el de la Fundación Williams. Por otra parte el lugar relevante que ocupa la Argentina en este proyecto mundial se ve representado por el nombramiento del doctor Faustino Siñeriz, vicepresidente de asuntos tecnológicos del CONICET como uno de los 8 miembros del directorio del proyecto iBOL.

Los códigos de barras genéticos sirven para identificar las especies conocidas pero también para ayudar a descubrir especies nuevas. "Para que el método pueda utilizarse el primer paso es construir una gran base de datos (llamada BOLD, por Barcode of Life Data System - www.barcodinglife.org/) que contenga las secuencias de los códigos de barras genéticos de todas las especies conocidas. Una vez que esta base ha sido poblada de datos, uno puede comparar la secuencia de código de barra genético de un espécimen incógnito con la base de datos y si coincide con alguna de ellas se obtendrá una identificación. Si la secuencia no se parece mucho a nada conocido eso constituye una indicación de que podría tratarse de una nueva especie (aún no descripta). Para resolver este problema los taxónomos deberán utilizar información adicional (morfológica, comportamental y genética, entre otras variables)", puntualizó Tubaro. Y agregó: "De esta manera se espera que el sistema ayude a descubrir gran parte de la biodiversidad (aún no descripta) que posee nuestro planeta."

Participación argentina
La primera institución argentina en participar en los mencionados proyectos globales de identificación de especies fue el Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia" (MACN-CONICET) que en 2004 fundó, junto con otra docena de museos y universidades del exterior el Consortium for the Barcode of Life (CBOL). La participación del MACN-CONICET y del Doctor Juan Martín Díaz de Astarloa del CONICET y la Universidad de Mar del Plata fue también muy activa en los años siguientes y llevó al involucramiento del CONICET cada vez a mayor escala desembocando en la Argentina como el primer nodo regional del iBOL project. Además del rol clave del doctor Faustino Siñeriz, vicepresidente de asuntos tecnológicos del CONICET, dentro del directorio del proyecto iBOL, los doctores Astarloa y Tubaro se desempeñan como integrantes del Comité científico del iBOL.
En la Argentina, se creó un Comité Nacional para el proyecto iBOL formado por una docena de investigadores del CONICET, y con representantes de Parques Nacionales, el Museo de La Plata y la Dirección de Fauna Nación, entre otros organismos. Actualmente existen cerca de 40 investigadores que están siendo financiados por el fondo iBOL Argentina.

El CONICET también está fomentando el código de barras genético mediante la realización de cursos de entrenamiento denominados "Leading Labs Training Workshop for DNA barcoding" a los que concurren los investigadores que reciben el fondo iBOL Argentina y también son invitados otros científicos de la región. "En estos dos años más de 100 investigadores y becarios han recibido este entrenamiento", destacó Tubaro. Y continuó: "Asimismo el CONICET está organizando campañas marinas con los barcos ‘Puerto Deseado' y ‘Comodoro Rivadavia' para realizar colecciones ‘barcodeables', y está también invirtiendo en la construcción de 5 laboratorios de barcode de referencia en distintos institutos."